Este sábado 28 de mayo, RTVE volverá a tocar el cielo de las audiencias con la final de la Champions League, que regresa a la televisión en abierto cuatro años después con la emisión en La 1 del Liverpool-Real Madrid, “compartida” con la de Movistar Plus+. Una retransmisión que se situará sin sorpresas en el podio de lo más visto del año junto a Eurovisión 2022, y que coronará un mes de alegrías puntuales para una radiotelevisión pública en horas bajas.
Que TVE no pasa por su mejor momento es algo que ya hemos analizado, tanto en lo que respecta a los datos de share como a la producción de proyectos propios. Y es que salvo el Benidorm Fest, la nueva dirección de la Corporación no está destacando por poner en marcha nuevas marcas de entretenimiento y ficción, sino más bien por una apuesta cimentada sobre grandes eventos, y cuyos resultados se van a ver especialmente reflejados en las audiencias mensuales de mayo.
Tras la emisión de Eurovisión 2022, un éxito rotundo para la TV pública por la clasificación histórica de Chanel, la imagen de la delegación y el impacto en audiencias, llega el turno de la otra gran cita televisiva del mes: la esperada final de la Champions League. La competición, sin ventana en abierto desde que Movistar Plus+ adquirió los derechos en la temporada 2018-2019, salta a La 1 siete años después de la última final emitida en TVE con la garantía de darle un impulso que, a la postre, será efímero.
Del éxito en Eurovisión 2022...
Este mayo, La 1 vivirá un respiro en su profunda crisis de audiencias. Tras firmar en abril su peor registro de la temporada, un 8.3% de media, el canal recuperará el aliento con el que será su mejor dato de los últimos meses, aún así conformándose con un 9.2% que no le acerca a Telecinco (13.3%) ni a Antena 3 (13.7%).
Esto será posible, en primer lugar, gracias a la apuesta de TVE por Eurovisión, que este 2022 ha registrado su cuota más potente desde 2008. Con un 50.8% y 6.835.000 espectadores, la gran final firmó además el cuarto mejor share histórico por detrás de Rosa (80.4%), Chikilicuatre (59.3%) y Beth (58.4%), mientras que sumó 2,7 millones de seguidores respecto a la edición de 2021, cuando Blas Cantó nos representó en Rotterdam.
Como analizamos en este artículo reciente, el 'Chanelazo' dejó otros datos para celebrar: las votaciones, en las que España recibió ocho '12 points' de los jurados y tuvo opciones de ganar hasta el final, mantuvieron pegados a La 1 a 7.942.000 espectadores (61.3% de cuota de pantalla). La actuación de SloMo fue seguida por 7.262.000 personas, mientras que el minuto de oro congregó a 8.853.000 televidentes (71.6% de share) a las 00:57 de la madrugada. En total,15.680.000 personas vieron en algún momento la final de Eurovisión 2022, que se ha convertido a su vez en la emisión más vista de los últimos 11 meses en TV.
Además, el salto de las semifinales de La 2 a La 1, clave para que TVE eleve y exprima Eurovisión como su gran marca, también dejó resultados históricos: la semifinal 1 (9.2% y 1.245.000) se convirtió en el mejor arranque de una edición del festival desde 2006, mientras que la segunda (11% y 1.491.000) se convirtió en la semifinal más vista en nuestro país, como mínimo, en 18 años.
...a la vuelta de la Champions al abierto cuatro años después
Con el impulso eurovisivo, la primera cadena de TVE consiguió elevar su media mensual del 8.7% que registraba el día antes de la gran final, al 10% al que ascendió el promedio de mayo el mismo domingo 15. No es para menos, pues La 1 disparó su cuota diaria en sábado de un 11.7% (7 de mayo) a un 25.8% (14 de mayo) gracias a la final del certamen.
Este sábado 28 de mayo, con un 9.2% de partida, la TV pública espera recibir con la Champions el empujón definitivo para cerrar el mes con un importante incremento que no garantiza nada de cara al futuro, pero que sí le permitirá coger impulso antes de la temporada baja de verano para volver en septiembre con energías renovadas. Recordemos que la última vez que La 1 superó el 9% de cuota fue en noviembre de 2021, y que para ver registros mensuales por encima del 10% hay que remontarse a marzo de 2020.
El interés deportivo de una final de la máxima competición continental no es siquiera cuestionable, menos todavía si la disputa un equipo español del prestigio, masa social y trayectoria del Real Madrid, que actualmente es el rey del torneo con 13 títulos. Si además tenemos en cuenta que la audiencia futbolera lleva sin ver una final de Champions en abierto desde 2018, cabe esperar que La 1 se dé un verdadero baño de share la noche de este sábado.
Los precedentes más recientes los tenemos en Antena 3, que emitió la competición durante tres temporadas consecutivas antes del salto de ésta al pago. Y precisamente también corresponde a un Real Madrid-Liverpool el último dato de audiencia de una final de Champions en abierto, que superó los 9,2 millones en la cadena de Atresmedia y ascendió por encima de los 10 millones al sumar sus otras dos ventanas de emisión (TV3 y BeIN Sports).
Audiencias de las últimas finales de Champions League en abierto:
- 2018: Real Madrid-Liverpool: 55.3% y 9.291.000 en Antena 3 (60.2% y 10.114.000 en todos los canales)
- 2017: Juventus - Real Madrid: 56.9% y 9.620.000 en Antena 3 (10.616.000 en todos los canales)
- 2016: Real Madrid - Atlético de Madrid: 57.3% y 9.447.000 (partido) / 58.1% y 10.717.000 (prórroga) / 62.3% y 11.642.000 (penaltis) en Antena 3
Una nueva RTVE que lo fía todo a los grandes eventos
El acuerdo con Movistar Plus+ por los derechos de emisión de la final de la Champions, antes incluso de confirmar la presencia en ella de un equipo español, es solo un ejemplo del modelo que está instaurando RTVE de fiarlo todo a los grandes eventos, especialmente deportivos, para atraer de nuevo a la audiencia.
A la gran cita de este sábado hay que sumar la emisión íntegra del Mundial de Qatar 2022, que ha sido cuestionada por cuestiones económicas, empresariales y éticas, y también la recientemente anunciada adquisición de todos los partidos de la Selección Española de fútbol de los próximos cuatro años, incluyendo la Eurocopa 2024.
Tres grandes inversiones por acontecimientos de interés general que contrastan con la ausencia de nuevos proyectos con los que relanzar la programación de La 1. Pese al elevado coste de estos derechos, y a la imposibilidad de rentabilizar la compra en términos comerciales, TVE lo apuesta todo a emisiones-evento como vía rápida y segura para dar un empujón a sus audiencias, que siguen en mínimos históricos.
En lugar de aprobar nuevos espacios, series y programas que puedan aportar un rendimiento continuado en una cadena carente de marcas sólidas, a excepción de MasterChef, la nueva dirección opta por una estrategia cortoplacista que garantiza grandes resultados puntuales, como se observa este mes de mayo, pero que no cambia las perspectivas de futuro de la Corporación pública.
Habrá que confiar en que el curso televisivo que arrancará en septiembre pueda ser un nuevo punto de partida para el proyecto de RTVE, que necesita mirar más allá de estos grandes eventos y apostar por una renovación de la parrilla de La 1 que invite a la audiencia a volver a asomarse, y quedarse, en nuestra TV pública.