“El odio sin fin” se titulaba la entrega de Salvados de este domingo, 22 de octubre. Un programa que se emitía dos semanas después del trágico 7 de octubre, cuando Hamás asaltó Israel.
Para hablar del conflicto, Gonzo entrevistó a Salah Jamal, palestino de 79 años, y también escuchó a Ofer Laszewicki, israelí de 35. Con ambos habló de su infancia, de cuál es el primer recuerdo que tienen de la guerra, cómo les ha afectado durante su vida y cómo sienten lo que está ocurriendo en la actualidad.
Pero antes de finalizar el programa, el presentador preguntó a ambos si aceptarían sentarse el uno con el otro, compartiendo mesa un palestino con un israelí y viceversa. “No tengo ningún problema” empezaba respondiendo Jamal para añadir que la conversación podía ayudar a los espectadores: “Al español en general a que actúe según su conciencia, y que chille, salga a la calle y diga que basta”.
Mientras que Laszewicki también aceptó: “Sí estoy dispuesto a que se siente un palestino y hablar con él, porque no nos queda otra. No va a ser una situación fácil pero no queda otra”.
Por lo que ambos entraron a la habitación, se dieron la mano y se sentaron en la mesa, uno frente al otro con Gongo de mediador. Empezaron contándose quiénes eran y de dónde era cada uno. Cuando el palestino escuchó que el israelí viajaba con frecuencia allí: “Qué suerte que puedas ir y volver como te da la gana”, cuidando el tono, a lo que el interlocutor detalló: “Sí, suerte. En las colonias tengo acceso pero no puedo entrar a las zonas de control palestino”.
Preguntados por cómo se estaban sintiendo, Laszewicki habló de la complejidad de la situación: “Es un momento particular el que estamos viviendo, traumático y doloroso y requiere de un ejercicio de valentía por nuestra parte hacer esto y mostrarnos en abierto con cámaras y ante todo el país explicando nuestra historia”.
Momento en el que Gonzo le preguntó si creía que Israel debía pedir perdón al pueblo palestino, y este afirmó: “Israel tiene que pedirle perdón al pueblo palestino, la historia sobre la que está construido mi país infringe un drama al otro pueblo”, reflexionó. Una respuesta que dejó “satisfecho” a Jamal. Eso sí, el israelí señaló que no comparte “que se nos catalogue como fuerza de ocupación a todos los israelíes”.
Para acabar, el presentador agradeció la disposición de ambos: “Gracias por el ejemplo que acabáis de dar aquí, sentándoos el uno con el otro, mostrando discrepancia pero con el tono que lo habéis hecho”. Ambos se miraron y volvieron a darse la mano, deseando que “lleguen tiempos mejores”.