Sálvame había anunciado el lunes 3 la llegada de nuevos fichajes al magacín para revitalizar su elenco de tertulianos habituales en la tarde, y un día después ha dado la bienvenida a estas incorporaciones: Las Mellis. El dúo musical, conocido en el panorama televisivo por su actual enemistad con el clan Pantoja, así como por haber concursado en formatos como Supervivientes, se suman al formato vespertino de La Fábrica de la Tele desde esta semana.
“Qué alegría más grande... Eso es lo que necesitábamos”, ironizaba Kiko Matamoros. Cabe recordar que Sálvame había avisado de que en su empeño por renovar su equipo, no solo llegarían nuevas caras sino que “agitarían el avispero” para despedir a otras. Al menos, eso publicitan desde el programa.
“Dos mujeres pero una sola voz”
El fichaje se ha desvelado al más puro estilo del magacín, con las dos nuevas colaboradoras ocultas y encerradas en una jaula que ha destapado Jorge Javier Vázquez con ayuda de Antonio Montero. Lo hacían, además, unidas como si fueran siamesas, dentro del mismo vestido, diseñado por José Perea.
“El monstruo bicéfalo aterriza en Sálvame”, se leía en los rótulos del programa, que hablaba de ellas como “dos mujeres pero una sola voz”. Esta será la condición para participar desde ahora en el espacio: dar vida a una “criatura sobrenatural capaz de aterrorizar a todo el que se ponga por delante” con sus opiniones sobre temas de actualidad.
“Tenemos que aportar muchísimo. Vemos que los colaboradores están un poco dormiditos, todo el día con el móvil”, decían en el vídeo de presentación, donde no faltaban ataques a Anabel Pantoja, con la que están enfrentadas desde hace tiempo. También han criticado a Matamoros, de quien han dicho que “va durmiéndose de plató en plató”; a Lydia Lozano, “que es amiga de todo el mundo y no lo es de nadie”, y a la que han tachado de “periodista nefasta”; o a Kiko Hernández, de quien dicen que “se lo inventa todo, es un actor de los pies a la cabeza”.
Eso sí, la primera pulla la han recibido de parte del presentador en su primera interacción ya sentadas como colaboradoras: “¿Pero venís a trabajar o como siempre?”.
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