Sálvame sigue amortizando su inminente final. En su tercera emisión desde que se comunicó oficialmente su cancelación, el magacín ha vuelto a tirar de humor al abordar el futuro. Si el lunes contaron con un asesor laboral para orientarles una vez se queden sin trabajo, y si el martes contaron con un experto inmobiliario para tasar el plató, este miércoles han optado por un enfoque más... Sobrenatural.
Unas santeras se han encargado de realizar una limpieza energética del estudio donde lleva realizándose Sálvame desde hace más de 14 años. Lo han hecho para atajar el “gafe” que consideran que pesa sobre las instalaciones, escenario de numerosas caídas y lesiones. “Vamos a dejarlo limpio de malas energías. No queremos, por nada del mundo, que los siguientes inquilinos tengan algún tipo de excusa”.
Para ello, tiraban de hemeroteca, enumerando la larga lista de titulares y noticias que han bromeado con la “maldición” del programa, a cuenta de los traspiés y accidentes acaecidos en la andadura del formato producido por La Fábrica de la Tele. Entre otros, aparecía verTele en pantalla, con el artículo dedicado a este gafe. En concreto, se podía leer en pantalla el siguiente fragmento extraído del texto, que se publicó en junio de 2022, después de que Belén Esteban se fracturase la tibia y el peroné en pleno directo: “Tres fracturas, dos ingresos hospitalarios, una brecha, y hasta cinco de sus colaboradores afectados en apenas 43 días. Ríete tú de la saga 'Destino Final'”.
“Y mi ictus, que estuve a punto de irme al otro barrio”, agregó Vázquez a la lista de partes médicos.
Paz Padilla se 'aparece': “Ni la gente zen ha tenido buena energía aquí”
A continuación, una nueva pieza locutada por Germán González mantenía el tono sardónico de los dos días previos. Sorprendía, además, por la inclusión de imágenes de Paz Padilla, otrora presentadora hasta su salida de plató en enero de 2022 y sucesivos despido (y posterior reincorporación) de Mediaset.
“Está claro que algo o alguien lanzó una maldición sobre el plató de Sálvame y no sabemos cómo ni cuándo fue. Sucesos extraños, cosas perturbadoras, caídas fatales. El mal siempre nos ha acechado”, narraba el colaborador, que matizaba: “Mal de ojo, que no de ojete”. Entre otros percances, se enumeraban un reciente accidente de moto de Pipi Estrada, la caída que “casi le cuesta varias piezas dentales” a Chelo García Cortés, el mal de altura de Jorge Javier sufrido durante el pasado verano, la rotura de brazo de Lydia Lozano; o la fractura de tibia y peroné de Belén Esteban.
Las alusiones a Padilla, que aparecía a menudo, también parecieron estar presentes en el texto: “Ni siquiera la gente zen ha tenido buena energía aquí”. Hay que recordar que la humorista y expresentadora del magacín ya se había referido, solo meses antes de su salida, a encontrarse en un “momento muy zen”.
“Este plató está endemoniado. Nos hemos tomado lo de las energías por el pito del sereno”, continuaban cebando este “buffet libre de maldiciones”. En el cierre del vídeo, leves alusiones a los futuros ocupantes de la franja: “¿Lograremos dejar esto en modo reset como si no hubiera pasado nadie ni nada? ¿Conseguirán nuestras visitas de hoy dejar el plató impoluto de energías para los que vengan?”. Recordemos que, si bien los comentarios sobre el final de Sálvame han sido la norma estos tres últimos días, no se ha hecho mención a la que tomará el relevo de la tarde, Ana Rosa Quintana... A excepción de un solitario comentario fuera de cámara de Kiko Hernández.
Señalan las “malas vibras” alrededor de Belén
La cosa no quedaba ahí pues tras la pieza, y entre carcajadas, Jorge Javier daba la bienvenida a Montse y Nerea, madre e hija, que se definían como “clarividentes y médiums”, y a las que se daba “permiso total, para todo” de cara a su trabajo místico. “Examinándonos con esto, ¿podrá decirnos quién está más necesitado de ayuda?”, preguntaba el presentador.
Las dos invitadas se pusieron a trabajar par airear el plató, que estaba impregnado de “mucha mala vibra”. Una de las principales damnificadas era Belén Esteban, a quien las santeras indicaban que tenía malos augurios. “¿Pero lo malo que tengo me lo ha echado la gente?”, se preguntaba ella.
En todo caso, y tras el mal trago, le aseguraban que “va a venir algo bueno enseguida” una vez termine el programa. No era lo único que le traían las santeras, pues una de ellas le daba también un mensaje relacionado con su padre, fallecido en 2006.