La novena entrega de Supervivientes 2022: Tierra de Nadie vivió la llamativa prueba de las tentaciones extremas, en las que Lara Álvarez mostró a los concursantes unas recompensas (comestibles) a cambio de una penitencia. Las más llamativas fueron las rapadas de Alejandro Nieto y Anabel Pantoja.
Además, el programa vivió su habitual ceremonia de salvación en la que sentó a sus cuatro nominados y salvó a uno de ellos. En una noche en la que Marta Peñate cumplió 27 días como parásito. La concursante que ha pasado más jornadas a solas de la presente edición.
Y Mariana llegó a plató, con una sorpresa de su novio, para hacer balance de su paso por el reality.
Salvado uno de los nominados (y no es el habitual)
Kiko Matamoros, Ignacio, Yulen y Nacho Palau, los nominados de la semana, se sentaron en la plataforma, bajo a un cubo de barro, para escuchar la decisión de la audiencia. El primero en seguir en la lista negra fue el concursante de sangre azul, le siguió el novio de Anabel Pantoja y la sorpresa llegó minutos después.
Con tan solo Nacho Palau y Kiko a la espera, Lara desveló que el público no salvaba por primera vez al colaborador de Sálvame. Por lo que se bautizó en el barro y el ex de Miguel Bosé se salvó.
Recompensas soñadas y penitencias capilares
Más de dos meses después del arranque de la aventura, el programa sometió a los concursantes al juego de las Tentaciones extremas:
La primera en descubrir la suya fue Anabel Pantoja, que se topó con una hamburguesa completa gigante a cambio de raparse el pelo. Algo que se negó a hacer, y negoció lo que pudo hasta que logró que le cortaran solo 25 centímetros, a cambio de comerse el manjar. El jueves le acabarán el peinado.
Le siguió Nacho Palau, al que se le hizo la boca agua al ver un pastel de chocolate y coco. Lara le propuso comérselo si se convertía en el “único encargado en abrir almendras y cocos”, a la vez que no podría comerse ninguna de ellas durante esos días. Aceptó.
Yulen logró volver a comer la comida latina de su madre, a cambio de vestirse unicamente con un tanga, tanto de día como de noche. Ana Luque también pudo degustar un bol de chucherías porque aceptó ir con los pies atados y quedarse muda.
Al llegar el turno de Alejandro, destaparon una campana con dos pizzas calzone, que podía comerse si se rapaba. Se negó en un principio, pero finalmente aceptó si era al 1. Lara le cortó parte de la cabeza, pero el jueves se la acabarán.
Kiko Matamoros no tuvo dudas: aceptó ser el único encargado de la pesca - a pesar de que los compañeros no comerán nada porque nunca ha pescado- a cambio de disfrutar de unas natillas y un flan. Así como Ignacio de Borbón se marchó con unos canelones a cambio de ir a ciegas hasta próximo aviso.
Mariana, en plató: “Mi mayor enemigo es Nacho Palau”
Mariana entró a plató, tras ser la nueva expulsada del reality. Allí se reencontraba, por sorpresa, con su novio que le llamó por teléfono pero finalmente apareció por detrás de ella con un ramo de flores.
Mostraron imágenes de la venezolana viéndose por primera vez frente al espejo, tras la aventura: “Qué flaca estoy, qué fea, con canas! Los huesitos...” y leyó los kilos que había perdido: 5 kilos. “Pero yo me siento más delgada”, decía extrañada.
También hizo balance de su paso: “Valoro la amistad entre personas que me llevo. La máxima enemistad ha sido con Nacho Palau. Me sentí muy protegida por él y por Kiko, pero se me olvidó que estaba en un concurso y descubrí que me habían utilizado”, zanjó.