En la nueva entrega de Supervivientes: Tierra de Nadie, Kiko Matamoros volvió a ser el protagonista al disfrutar de una nueva sorpresa de su novia, Marta López Álamo. La joven, que creían que se había vuelto a España tras reencontrarse con el concursante, volvió a aparecer para formar parte de la despedida de soltero que le habían organizado.
Minutos antes, Carlos Sobera había preguntado a la influencer si quería casarse con el colaborador de Sálvame y ella confirmó, pero dejó claro algo: “Aquí no me voy a casar. Aunque sí estoy dispuesta a celebrar su última noche como soltero”.
Para ello, la organización hizo que todos se arreglaran con ropa que les entregaron. Así lo hicieron, cambiando totalmente su habitual look playero y cómodo, por algo más elegante. También Kiko tuvo su camisa blanca, con la que volvió a abrazar a su chica.
Todos se sentaron, cual banquete de boda, en dos mesas redondas y los novios en una en el centro. Allí, Lara Álvarez les informó de que también tendrían banquete, aunque con “tapas deliciosas y asquerosas”. Uno a uno fueron escogiendo el manjar que querían probar, arriesgándose a morder algo rico o que no era lo imaginado.
Eso le ocurrió a Kiko con una comida picante, a Yulen con gambas con wasabi, pero lo peor se lo llevó Anabel Pantoja cuando mordió una empanada que tenía un relleno de cucarachas, tarántulas y grillos, que escupió al instante.
Así acabó la entrega, sin aclarar si Marta pasaría la noche con Kiko o se marcharía. Eso sí, todos acabaron con el estómago más lleno de lo habitual.