La décima entrega de Supervivientes 2022: Tierra de Nadie desveló la decisión de la audiencia con los cuatro nominados de la semana: Ana Luque, Yulen, Anabel Pantoja y Nacho Palau. Salvando a este último y dejando al resto en la lista negra.
Además, el ex de Miguel Bosé cruzó el puente de las emociones, totalmente destrozado al recordar su separación, el dolor de sus cuatro hijos y el rencor que confesó aún sentir. A la vez que también habló de su nueva pareja.
Todo ello en una noche en la que Kiko Matamoros llegó a plató, se reencontró con Marta López - su novia- y desveló los kilos perdidos durante el reality.
La lista de nominados se queda con tres nombres
Como cada martes, el reality montó la plataforma para la ceremonia de salvación. Yulen, Anabel, Nacho Palau y Ana Luque (que se estrenaba como nominada) se sentaron en ella a la espera de que les cayera el barro encima o quedaran impolutos.
El primero en ensuciarse, y por tanto en seguir en la línea roja, fue el deportista. La siguiente, la amiga de Olga Moreno que justo se echó hacia atrás cuando dejaron caer el barreño e hizo un Flashdance perfecto. Y la tercera en caer fue Anabel.
Por tanto, el salvado de la semana volvió a ser el ex de Miguel Bosé (por segunda semana consecutiva): “No me lo puedo creer. Muchísimas gracias, esto significa mucho para mí. Los quiero a todos y les deseo suerte a los tres”.
Nacho Palau habló de su “traumática” separación en el puente de las emociones
después de 10 semanas de concurso, Nacho Palau se abrió en canal en el puente de las emociones. Sobre él empezó hablando de la paternidad: “Lo más deseado para Miguel y para mí. Pasamos muchos años preparándolo y logramos tener una familia. A día de hoy es lo mejor, tenemos cuatro hijos maravillosos, de los que estoy muy orgulloso. Fueron niños muy deseados, con una familia muy feliz, fueron una bendición para nosotros”, aseguró.
La siguiente palabra sobre la que reflexionó fue de la 'separación', pero al empezar se rompió: “Esto ha sido lo peor, lo más difícil, los niños no tienen culpa de nada. No entendían. Seguramente los mayores tampoco, aparece el odio, aparece lo peor. Fue lo más traumático y doloroso. Separarte de tus hijos, no saber explicarles. Horrible”, dijo entre lágrimas.
Sobre el rencor, también explicó que lo sintió “por no saber cómo había llegado esta situación. Una separación que no sentí propia. Perdí a mis hijos y perdí a Miguel. Sentí mucha rabia por el sufrimiento nuestro y de nuestros seres queridos. Aún siento rencor hacia Miguel y creo que desaparecerá cuando hablemos. Yo aún le quiero mucho y ojalá podamos recordar nuestra vida juntos. Han sido muchos años y nunca tendré una relación así con nadie”.
Tras secarse las lágrimas, confesó sentirse “culpable y tan responsable como Miguel. Y quiero dejarlo atrás para poder seguir viviendo dignamente con mis hijos y mi familia”. Para acabar, habló de amor: “Actualmente, en una palabra es Cristian. Un ángel, una persona que está conmigo desde hace un año. Un tío que me ha sabido llevar, que ha aguantado mucho y al que aprovecho a darle su sitio, que sin él esto no hubiera sucedido”, zanjó.
El regreso de Kiko Matamoros y sus kilos perdidos
Tras el destierro de Kiko Matamoros el pasado jueves, y su expulsión definitiva el domingo, volvía a las instalaciones de Mediaset para regresar al plató del programa. Al entrar por la puerta, se reencontró con Marta López, a la que abrazó y se hicieron muestras de cariño mutuas.
Se sentó junto a Carlos Sobera para reflexionar sobre su paso y su salida: “Aquí está lo que queda de mí. Estoy muy satisfecho por trabajar en esta casa y estar rodeado de gente maravillosa. Yo ya había cumplido mi función en el concurso y no iba a dar más. Yo no creo que me mereciera estar con los finalistas. He podido completar mi paso por la casa en un reality con decencia”.
También vieron imágenes de su paso por el reality. Así como su primer reencuentro con el espejo y con su nueva figura: “¡Dios, Dios, Dios! Si parezco Gandhi, madre mía de mi vida. La cara no me ha quedado mal pero ¿cómo estoy? Me he consumido totalmente, el estómago...¡qué brazos, me salen las clavículas! Estoy asustado”, exclamaba sin dejar de mirarse.
Finalmente, al preguntarle cuántos kilos creía haber perdido respondía que unos 20. Y abrió el sobre con la cifra que, exactamente, era: “19,9 kilos”.