La última entrega de Supervivientes 2023: Conexión Honduras se emitió en Telecinco con algunos imprevistos meteorológicos que hizo que se les “cayera el guión” como bromearon Ion Aramendi y Laura Madrueño.
“Tenemos que esperar a que pase esta borrasca que está encima de ellos”, advertía el presentador. “Justo cuando íbamos a entrar en directo ha caído el diluvio universal que parece que estamos en los Cayos”, añadía la conductora.
Como la palapa que tenía preparada el equipo para reunir a los concursantes no pudo utilizarse, la solución final les llevó a juntarlos a todos en el sofá del comedor de la Finca en la que residen.
Así, la gala contuvo el Puente de las emociones de Asraf y Bosco y enfrentó a Adara con Diego y a Jonan con Raquel Mosquera. Además, desvelaron que Artùr había perdido casi 9 kilos.
Jonan no se entendió con Raquel Mosquera
Jonan se reencontró con Raquel Mosquera, que llegó para limar asperezas... o no. Ella le achacó que le criticara diciendo que se parecía a Aramís Fuster. A lo que el influencer aseguraba que había querido decir que eran “igual de icónicas las dos”.
La peluquera lamentó que fue una “decepción” conocerle porque la convivencia no era la que esperaba junto a él. “Fue duro vivir contigo porque se me hacía difícil discutir contigo, antes del reality nunca había tenido una discusión”, aseguró él.
Sin embargo, Jonan explicó que quería arreglar la relación con ella porque la “respeta” y no hubo nada grave. Mientras que ella lamentó pensar que iba a ser “un compañero guay y después se dio cuenta de que estaba equivocada”.
Pero no llegaron a buen puerto porque ella continuó asegurando que él había hablado mal de muchos compañeros a las espaldas, y él se rindió con ella: “En mala hora has vuelto”, zanjó el finalista.
Adara, a Diego: “Has sido muy egoísta, egocéntrico y prepotente”
Seguidamente, Adara y Diego fueron los que se reencontraron. “Lo primero que me chocó tuyo es que cuando te proponíamos que hicieras tareas siempre nos achacaras que éramos machotes...”, empezó criticando el viceverso. A lo que ella contestó: “Quien empezó atizando fuiste tú comentando que no hacía nada cuando yo me encontraba mal”.
Ella lamentó no haber visto los vídeos que él había visto, pero lo resumió todo de la siguiente manera: “Creo que en tu concurso has sido muy egoísta, egocéntrico y prepotente. Creías que estabas por encima de todo el mundo”.
Mientras que él aseguraba que era todo lo contrario: “Cuando estuve nominado siempre dudaba de si podía salvarme, pero yo quería llegar a la final con los míos”, explicó.
Asraf: “Me gustaría que Adara me pidiera perdón”
Asraf cruzó el puente de las emociones, pisando en primer lugar la palabra “madre” de la que explicó que lo es “todo” para él. Que se había acordado de ella todos los días y que esperaba que estuviera orgullosa de él.
También con lágrimas en los ojos, aseguró que se había sentido “rechazado” por sus compañeros durante todo el concurso: “Me han prejuzgado desde el principio. Al final te acostumbras, no debería ser así pero lo normalicé. No quiero que lo viva nadie pero no solo lo he vivido aquí dentro, también fuera que no dan pie a conocerme más. Ya sea por mi origen u otras cosas. No estoy acostumbrado a que la gente quiera conocerme y lo agradecí de Adara”.
Sobre el “perdón” reflexionó que acudió al reality con la idea de ser un equipo entre todos, pero se había equivocado en muchas ocasiones y se disculpaba por ello. A la vez, que deseó que otros le pidieran “perdón” a él: “Me ha venido Adara a la cabeza pero es un tema pasado”.
Para acabar hablando de su “pareja”, Isa Pantoja con la que se emocionó: “Me ha apoyado en todo, ha creído en mí, lo está dando todo fuera. Me aporta muchísimo a nivel personal, solo me suma y solo tengo palabras de agradecimiento hacia ella. La amo tanto que haría cualquier cosa por ella”, zanjó sin parar de llorar.
Bosco: “Es bueno mojarse porque lo que piensas, importa”
Bosco empezó su puente de las emociones emocionado al hablar de su “familia”, algo que siempre le ha dado todo: “Me han sacado las castañas del fuego siempre. Tengo el placer y el honor de tener una vida en la que no me ha faltado nada. También tengo amigos que son como familia”, decía reprimiendo las lágrimas.
Sobre eso mismo también reflexionó, sobre las lágrimas: “El tema de llorar lo he visto siempre como controlar las emociones. Tenía mucha autodefensa. Pero aquí he aprendido a que es importante porque es una experiencia bonita y si lo pide el cuerpo pues se puede dejar salir”, aseguró.
Confesó que en su infancia lo pasó mal por una hiperactividad que no le dejaba encajar en un pupitre, una clase y un libro, algo que pudo decepcionar a la familia, frente a unos hermanos que “eran unos ases” en los estudios: “Podría haber sido algo más considerado con el resto”.
En cuanto al perdón: “Ha sido algo que he sobrevalorado y decía de forma muy fácil, para quitarme muchos problemas de encima. Pero aquí he aprendido a que si no lo siento, no lo tengo que decir. Que puedo opinar distinto sin lamentarlo”, explicó.
Para acabar, escogió la palabra “mojarse” para dar una alegría a alguien de su familia: “Hay que decir tus opiniones, porque los conflictos pueden ser positivos. Es bueno mojarse porque lo que piensas, importa”, zanjó.