Macarena Ramírez cumplió con los pronósticos y venció en la final de The Dancer. La bailaora de Chiclana había sido una de las favoritas desde la primera gala, en la que sorprendió bailando por Rosalía y fue elegida por Lola Indigo para formar parte de su equipo. Durante el concurso, defendió a capa y espada su estilo, el flamenco, asegurando que “el arte no tiene medida”. Tras entusiasmar con cada una de sus actuaciones, el público le otorgó la máxima puntuación que la alzó a lo más alto del talent de danza de TVE.
Pero Macarena no ha sido la única artista enmarcada en este género que ha triunfado en formatos televisivos. Al repasar los ganadores de otros programas como Got Talent, Idol Kids, La voz, El número uno y Operación Triunfo, comprobamos que su presencia en las primeras posiciones ha sido y se mantiene como una constante. Es evidente que este estilo forma parte del ADN de nuestro país, como también lo es su presencia, influencia y buena acogida en la pequeña pantalla.
El ejemplo más claro y contundente está en La Voz Kids, donde en su tercera edición, copó de flamenco su final con pleno de representantes de este estilo en su podio. Rocío Aguilar se alzó como la gran triunfadora, seguida de Antonio Díez Lucena (Aray) y Esperanza Garrido. En su primera temporada se quedó igualmente cerca, con Triana Sánchez como medalla de plata y Raúl Vidal (El Bailla) de bronce. En la quinta, Daniel García consiguió la segunda plaza. Por delante queda aún la sexta edición, actualmente en emisión, en la que ya hemos visto a aspirantes con mucho poderío como Águeda González y Sara Vidal.
La versión de adultos tampoco se ha quedado corta. Jorge González -tras su paso por OT 2006-, fue subcampeón de la primera edición de La Voz. Su testigo lo recogieron en la cuarta y sexta temporada Carlos Torres y María Espinosa, respectivamente, pero entre medias dio tiempo a coronar a dos ganadores flamencos: David Barrull (La Voz 2) y Antonio José (La Voz 3). A ellos se suman Estela Amaya, cuarta clasificada de la segunda y Javi Moya, tercero en La Voz 6.
Además, los sillones rojos del formato también han acogido a artistas enmarcados en este género. Desde que se estrenara en 2012, han ejercido de coaches figuras como Rosario Flores, Antonio Orozco, Melendi y Manuel Carrasco, a los que se sumará en la próxima Pablo Alborán.
De Juan San Juan a Manuel Carrasco
Más allá del programa presentado por Eva González, encontramos más ejemplos flamencos en Got talent, que en su cuarta edición, coronó como subcampeón a Juan San Juan, que logró que Risto Mejide dejara de considerarle “el corista de”; y como tercer clasificada a Nazaret Natera, que se llevó el Pase de Oro unánime del jurado en la semifinal. En su sexta temporada, la tercera plaza la ocupó la joven de dieciséis años Elsa Tortonda.
Echando la vista aún más atrás, llegamos hasta la segunda edición de El número uno, de Antena 3, cuya medalla de plata fue para Maribel Castillo. Y no podía faltar Operación Triunfo, con Manuel Carrasco como mayor estandarte. El cantante onubense quedó segundo tras Ainhoa Cantalapiedra y por delante de Beth, que viajaría aquel año -2002- a Eurovisión con Dime. Aunque no se colaron entre los tres finalistas, OT ha contado igualmente en la amplia mayoría de sus ediciones con algún perfil flamenco (el propio Jorge González, Nuria Fergó, Javy Ramírez, Manu Tenorio), erigiéndose como estilo firme dentro del formato.
¿Sería buena baza para Eurovisión?
Tras seis ediciones de Eurovisión ocupando las últimas plazas, está claro que hace falta repensar una propuesta original, que enganche y sea auténtica. Si hay algo que atraiga la atención por España fuera de nuestras fronteras y que nos represente -más allá de los tópicos fiesta y paella- es el flamenco. Y sin embargo, es un estilo que apenas hemos llevado al certamen, más allá de Remedios Amaya en 1982, con el tema Quién maneja. Cierto es que quedó en una floja 19ª posición.
Diferente ha sido en el caso de Eurovisión Junior, donde precisamente con tres propuestas enmarcadas en este género musical, hemos conseguido la primera, segunda y la tercera plaza. El oro fue para María Isabel en 2004, que enamoró a Europa con su Antes muerta que sencilla, la plata para el ya citado Antonio José, que cantó Te traigo flores en 2005; y el bronce para Soleá Morente con Palante el año pasado. Su éxito es innegable por lo que, por qué no, probar suerte de nuevo con el flamenco en el festival madre.
“Si Lola Indigo va a Eurovisión, yo le bailo”, declaró Macarena Ramírez a Bluper tras su victoria en The Dancer. Una puerta abierta con mucho potencial para poner sobre la mesa el año que viene. Sin olvidar el ejemplo de Rosalía, convertida en todo un fenómeno a nivel mundial y cuyas actuaciones tardan poco en viralizarse, su estilo podría ser una gran opción con la que presumir de nuestro folclore sobre el escenario del festival.
El flamenco está vertebrado por la pasión, la emoción y los sentimientos a flor de piel. Un cóctel de sensaciones que consigue traspasar la pantalla y erizar igualmente la piel. Tomando como referencia la forma en la que se ha impuesto en los talents de nuestro país y en la versión infantil de Eurovisión, podríamos apostar por él en el mayor evento televisivo del año. Igual que en Lisboa se cantaba Lo malo por las calles el año en que erramos llevando Tu canción, ilusiona imaginarse al público europeo gritar al unísono “olé”, “arsa” o “tra-tra”.
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