Tras semanas de rumores, el pasado viernes 17 de diciembre se desveló el misterio: Secret Story volverá a ser la apuesta de Telecinco para arrancar el 2022, esta vez con una edición de “caras nuevas en televisión” y con una renovación importante en el trío de presentadores, del que se caen Jorge Javier Vázquez y Jordi González en favor de Toñi Moreno y Sandra Barneda, y en el que Carlos Sobera asciende a conductor principal.
Mediaset refuerza así su apuesta por la producción de Zeppelin TV, que se estrenó en otoño como alternativa a GH VIP mientras la marca Gran Hermano sigue en pausa. Un formato que ha acabado siendo una versión más del reality de encierros por excelencia de nuestra TV, y que aunque no ha brillado en audiencias como las últimas ediciones de este, ha cumplido las exigencias mínimas de una cadena que se vertebra sobre la telerrealidad.
Terminada la primera edición de Secret Story, y con La isla de las tentaciones 4 sobrepasando su ecuador, a Telecinco le faltaba una pieza para completar su puzle de realities para el primer tramo del próximo año, donde solo asomaba el titán Supervivientes. Y tras barajar distintas opciones, la elegida ha sido la alternativa que más se acerca a ese regreso del Gran Hermano de anónimos que tanto demandan los espectadores de la cadena, y que por ahora solo se puede dar bajo esta fórmula.
Como ya ocurrió en otoño, cuando Mediaset tuvo que sustituir el anunciado regreso de GH VIP por esta primera edición de otro formato original de Banijay, la marca GH seguirá descansando una temporada más mientras se resuelve el juicio por el “caso Carlota”. Sin embargo, esta vez el grupo de comunicación no ha renunciado a volver a probar qué tal funcionan ahora los encierros con “desconocidos” que convirtieron al género en una auténtica mina televisiva a principios de los 2000.
Vuelta a los anónimos 5 años después de 'GH Revolution'
Cinco años después de la fallida y traumática edición de GH Revolution, las puertas de la casa de Guadalix de la Sierra volverán a abrirse para un grupo de “nuevas caras en televisión”, como les describe Telecinco en su comunicado oficial. O lo que es lo mismo, personajes anónimos en el medio, que o bien buscan la oportunidad de ganarse un hueco en el universo Mediaset, o bien vivir una experiencia a la que pocos tienen acceso.
Durante este tiempo, desde el grupo de comunicación han defendido esta pausa en los encierros con personajes no famosos como algo necesario, pues consideraban que tras tantas ediciones resultaba cada vez más complicado encontrar concursantes naturales. “El Gran Hermano de anónimos estaba contaminado”, llegó a declarar Manuel Villanueva, director de contenidos de Mediaset España, en una entrevista a este portal. Y cierto es que las audiencias de esa última edición de 2017, que se conformó con un promedio del 14.3% de cuota y 1,5 millones de espectadores, refrendaban su tesis.
Tras un largo descanso, donde otro formato como La isla de las tentaciones ha demostrado que los espectadores no sólo tienen interés por los famosos, Telecinco vuelve a los orígenes de la telerrealidad que tantas alegrías le han dado desde que se lanzó por primera vez a encerrar a un grupo de desconocidos en una casa prefabricada de Soto del Real. En un momento en el que son los VIP los que muestran síntomas de agotamiento, esencialmente en unos seguidores algo hastiados de ver cómo los mismos personajes saltan de un programa a otro, parece una decisión a priori acertada.
Explota la marca 'Secret Story' en su versión original
También parece lo más oportuno mantener la apuesta por Secret Story. Una vez testada la marca con los famosos, y ante la imposibilidad de recuperar “la etiqueta” GH mientras no se resuelva el juicio por el caso de presunto abuso sexual a Carlota Prado dentro del reality, ni la renovación de La casa fuerte ni la creación de un nuevo formato parecían mejores alternativas a la decisión tomada.
Los espectadores ya han comprobado que La casa de los secretos es un Gran Hermano con un 'juego' extra que se asemeja al introducido en otras ediciones del pasado, por lo que solo cambia el “envoltorio”. Además, cabe recordar que la marca Secret Story nació en Francia como una versión del propio GH y se ideó para personajes anónimos, por lo que con ellos podrá explotar la dinámica de los secretos con mayor acierto que con los VIP. Y no solo porque los misterios ya no serán conocidos por gran parte de la audiencia, sino porque tras una primera edición de 'rodaje', el equipo estará más preparado para aplicar la mecánica sin tantos golpes de timón.
Primer reality sin Jorge Javier Vázquez, 7 años después
La apuesta por un Secret Story de anónimos no solo supondrá cambios en los personajes que habitarán la casa de Guadalix, sino también en los encargados de conducir la aventura. Por primera vez en siete años, Jorge Javier Vázquez se queda fuera del grupo de presentadores de un reality estrella de Telecinco.
Si dejamos a un lado La isla de las tentaciones, una rareza en el género, el catalán no se ha perdido ni un formato estelar desde que en 2016 asumió los mandos de Gran Hermano por la salida de Mercedes Milá. GH 17, GH Revolution, GH VIP, GH Dúo, El tiempo de descuento, La casa fuerte, Supervivientes y Secret Story han seguido engrosando un currículum en el que, para sorpresa de muchos, no figurará la primera versión con anónimos de La casa de los secretos.
Su lugar lo ocupará Carlos Sobera, el 'caballito ganador' con el que Mediaset tratará de dar otro aire a esta nueva versión del programa. El presentador vasco ha vivido un ascenso meteórico en el grupo de comunicación, donde se ha convertido en uno de los rostros de confianza de la casa para todo tipo de proyectos. Ahora, y tras ejercer como sustituto del propio Jorge Javier en algunas galas, será por primera vez el maestro de ceremonias titular de un gran reality. Un cambio sin duda necesario para el regreso de los anónimos por la puerta grande.
Acierto con Toñi Moreno, oportunidad perdida con Lara Álvarez
Aunque la apuesta por Sobera es todo un acierto, puesto que ya tiene bagaje como conductor de las galas de los martes en proyectos como Supervivientes, GH VIP y el propio Secret Story, su elección como presentador titular también deja una sensación agridulce por lo que podría haber sido una renovación total de la marca si se hubiera apostado por un trío femenino encabezado por Lara Álvarez.
La asturiana lleva tiempo demostrando que está preparada para dar el salto y asumir un rol principal en uno de los grandes realities. Lo ha dejado patente siempre que ha tenido la oportunidad, y ha quedado más que evidenciado cuando en este último Secret Story se ha hecho la dueña del plató en las galas de la Última hora. Por eso, sabe a poco el 'premio' que le ha dado Telecinco como copresentadora de backstage de Idol Kids, cuando podía haber tenido el gran desafío en la renovada Casa de los secretos.
Sí ha tenido su recompensa Toñi Moreno, que junto a Sandra Barneda supone la gran novedad en el trío de presentadores de la edición de anónimos de Secret Story. La periodista andaluza, que también venía 'reclamando' con su trabajo una oportunidad de este calibre, debutará en el terreno de los realities como conductora de una de las galas, previsiblemente 'heredando' la labor que hasta ahora ejercía Sobera. Una gran noticia para ella y para Mediaset, que aprovechará por fin a una de sus presentadoras “todoterreno” en un género al que siempre le vienen bien nuevas caras, más si tienen la profesionalidad, empatía y cercanía de Toñi.
Así las cosas, sobre el papel el nuevo Secret Story de anónimos puede ser la bocanada de aire fresco que los realities de la cadena piden a gritos tras su enésimo formato con famosos. Falta que la ejecución nos devuelva de verdad a esos orígenes en los que la naturalidad de los personajes, y el buen empaque de la producción, engancharon a millones de espectadores al género.
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