CRITICA

'The Flight Attentant': lo nuevo de Kaley Cuoco es un cóctel de alcohol y fantasmas al que le falta jugo

Salir de fiesta era el deporte favorito de muchos antes de que irrumpiera la pandemia. Los bailes, las copas, los ligues, los amigos y las resacas formaban parte de una rutina que ahora parece sacada de otro siglo. Quizás precisamente por ello, el arranque de The Flight Attendant, la nueva serie de Kaley Cuoco tras The Big Bang Theory, funciona como ese primer chupito que siempre entra bien. El trago que inaugura una ficción, cuyos tres primeros episodios estrena este jueves HBO. Quien encarnara a Penny interpreta aquí a Cassandra Bowden, una azafata que bebe a todas horas, se lleva cada día a un chico diferente a la cama y tiene serios problemas para recordar qué hizo, con quién e incluso por qué. Sus lagunas y respectivas consecuencias motivan una empatía instantánea con su protagonista, a quien en el punto de partida de la producción vemos relativamente acomodada en su caótico estilo de vida.

Desde el inicio de la serie queda patente que va a ser un producto dinámico, con un montaje eléctrico que combina pantallas y confiere ritmo a la aparente comedia, que poco a poco se va tornando en thriller. Algo en lo que su directora, Susanna Fogel -guionista de la brillante Superempollonas-, ha incidido en el desarrollo en los cuatro primeros episodios facilitados a la prensa. Además, al ambientarse en el mundo de los aviones y sus trabajadores, acostumbrados a viajar cada jornada a rincones de todo el planeta, lo visual es potenciado por la propia naturaleza de su premisa. Eso sí, será Bangkok el destino que haga implosionar a su personaje principal. El viajero Alexander Sokolov (Michiel Huisman), después de un encuentro sexual a bordo, le da su teléfono con la intención de invitarle a cenar. Una cita aparentemente inocente y rutinaria, que sin embargo acabará en tragedia.

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Al sonar el despertador, solamente uno de ellos será quien escuche la alarma. El misterioso hombre ha sido asesinado con un corte en el cuello del que brota una ingente cantidad de sangre. Inevitablemente, Cassie entra en pánico, toma las peores decisiones posibles y sale de allí corriendo dispuesta a coger su avión de vuelta. Lo peor de todo es que no se acuerda de nada, y pronto empezará a hacerlo gracias a las apariciones de su amante, que brindan ingeniosos momentos de comedia. Alex no será un fantasma enamorado a lo Ghost, si no que irrumpe en sus pensamientos no importe si está en clase de spinning, siendo interrogada por el FBI o besándose con otro chico en una discoteca. Hasta que llegan estas “visiones”, la ficción consigue que por la cabeza del espectador se pase la idea de “esto me podría haber pasado a mi”, solo que llevada a un delirante y disfrutable extremo. Una herramienta clave para inferir intriga y conseguir enganchar, descubriendo al tiempo que la azafata qué ocurrió.

Más allá de la apariencia ociosa

The Flight Attendant está basada en la novela homónima de Chris Bohjalian, cuyos derechos compró la intérprete que ejerce de productora ejecutiva junto a Greg Berlanti (You, The Flash), antes de habérselo leído. Según confesó hace unos días, basó su apuesta en la primera frase de la sinopsis que encontró en internet. “Sabia que me iba a gustar” defendió. Cuoco es en sí el primer aliciente para ver la serie, por lo mucho que los fans de Penny echaban de menos verla en pantalla, y por la curiosidad de seguir el devenir de su carrera más allá de su trabajo como amiga de Sheldon y compañía. La actriz cumple, pero la ficción no consigue que todos sus ingredientes la conviertan en imprescindible, inolvidable ni exquisita. Carencias que no evitan que aun así sea entretenida e intrigue, sabiendo medir muy bien en qué punto de las tramas acabar los episodios para que pulsar 'siguiente' sea prácticamente obligatorio.

Por lo pronto, HBO estrena este jueves sus tres primeras entregas; entre los próximos 4 y 11 de diciembre las cuatro siguientes, dejando el lanzamiento de la última y definitiva para el día 18 del mismo mes. Todo apunta a que la historia seguirá volviéndose más loca y, sin duda, ganará cuanto más ahonde en la personalidad de Cassie. Una mujer sumida en las contradicciones y un trauma aún no revelado, que ha aprendido a forjarse una fachada de “todo está bien” mientras sonríe deseando “buen vuelo” en cada trayecto; pero que en realidad convive con la soledad. Interesante es igualmente el planteamiento de la amistad con su abogada, como figura incondicional y que acepta a quienes quiere con todos sus peros. Una mano izquierda que permite, por el bien de la serie, que la protagonista no deje de complicar las cosas con la mejor de las intenciones.

Su aparente oponente, la agente del FBI Kim (Merle Dandridge) es igualmente clave. Otra de las mujeres que luchan contra el patriarcado del que ella ha sido muy consciente por la diferencia trayectoria que ha tenido que cargar a sus espaldas, en comparación con su compañero Van (Nolan Gerard Funk), para lograr ocupar el mismo puesto. Se lo hace ver con firmeza y humor, añadiendo un tono crítico que encaja con este plantel de personajes que corren de un lado para otro mientras hacen lo que pueden. Con el thriller como telón de fondo, y una tercera mujer que compartió velada con Cassie y Alex antes de que este fuera asesinado, a The Flight Attendant le queda enredo y suspense por ofrecer, entre sospechas, persecuciones y unos cuantos tragos más de vodka.