Tony Aguilar: “Eurovisión sin público habría sido descafeinado, mejor esperar y hacerlo en condiciones”
Han pasado casi 30 años desde que, en 1991, Tony Aguilar se alzara como Subcampeón de España del concurso nacional de DJs. El premio: la oportunidad de incorporarse a Los 40, emisora en la que cerca de tres décadas después, se ha convertido en todo un emblema. Ya con una amplia carrera a sus espaldas, y un Ondas bajo el brazo, el locutor fue elegido en 2018 por TVE para tomar el relevo de José María Íñigo como voz de Eurovisión. Aquel fue el año de Amaia y Alfred, de Tu canción; y repitió labor en la última edición, la de Miki y La Venda, cuyo resultado reconoce que no se “lo esperaba para nada”.
Tras la cancelación del certamen de 2020 por el coronavirus, la UER organizó Europe: Shine a Light, un festival simbólico que se va a celebrar este sábado (y que seguiremos en directo en Vertele), y en el que van a participar los representantes que habrían actuado en Rotterdam. Nuestro candidato, Blas Cantó, incluido.
Aguilar se encargará de comentar el evento junto a Eva Mora en La 1. “Da pena porque hay algunas canciones que nos vamos a quedar con las ganas de disfrutar”, reconoce a Vertele, como las de “San Marino, Austria, Suecia, Islandia e Italia”. No obstante, considera un acierto que nuestro representante quiera algo “totalmente distinto” a Universo para el próximo año. Y pide, de paso, “que sea un tema en el que aún podamos disfrutar un poquito más de su calidad de voz”. Igualmente, defiende que “sin público”, al que considera “parte esencial” del evento, la presente edición de Eurovisión hubiera sido “absolutamente descafeinado. Es mejor esperar y hacerlo en condiciones”.
Diferente ha sido la apuesta de OT 2020, que ha decidido regresar aunque en sus galas los concursantes vayan a actuar solos en el plató. Este año no lo está siguiendo, por lo que afirma que “no sé cómo va a funcionar”. Lo que sí tiene claro es que “no se pueden tener 16 Aitanas ni 16 Bisbales, es imposible”, posicionándose a favor de distanciar las ediciones porque si no, terminan por “pisarse las carreras”.
¿Cómo afrontas la retransmisión de este Eurovisión tan atípico?
Ahora que nos hemos vuelto a poner delante de los papeles, las canciones y las biografías de los artistas, genera una sensación agridulce. Estaremos en antena pero no estamos en un Eurovisión al uso. Da un poco de pena porque no dejo de pensar en las canciones que podían haber hecho un buen papel o haber ganado. Y otras que habría disfrutado bailando en la cabina de retransmisión. Mentalmente iba haciendo mis apuestas personales.
¿Cuáles eran tus favoritas
Como me gusta mucho la música negra y el funky, temas como el de San Marino [Senhit con Freaky] y Austria [Vincent Bueno con Alive] me gustan mucho. Habría disfrutado con The Mamas y su tema Move de Suecia; y el tema de Islandia, Think about things es muy moderno, llamativo y tenia una puesta en escena buenísima.
¿Crees que los eurofans van a darle igualmente la oportunidad al certamen y que acaparará niveles de audiencia similares, o que por contra va a perder fuelle?
No va a tener las audiencias brutales que hemos tenido en los últimos años, que han sido de casi 200 millones de personas en toda Europa. No creo que un evento de estas características llegue a ese nivel, pero sí que el eurofan está deseando que suene la sintonía de la UER y sentirse en el ambiente eurovisivo.
Por hacer una similitud, si eres fan del fútbol, un partido a puerta cerrada con los equipos sin sus aficiones gritándoles, no va a ser lo mismo. Pero si te gusta, estás deseando que haya un partido aunque solo sea por ver a los jugadores y sentir que se hace algo dentro del mundo de la Liga o de la Champions. Esto es lo mismo, Eurovisión es la Champions de la música y el eurofan se quiere sentir partícipe de una noche en la que aun así no vamos a poder tener grandes reuniones, sobre todo lo que no estamos en la fase 1.
¿Crees que se podría haber “celebrado” el festival de alguna otra forma?
En un principio todos pensamos en haberlo hecho a puerta cerrada. Siendo un espectáculo televisivo, haberlo pasado a un plató, pero todo lo que hay alrededor de la organización de Eurovisión es imposible. No se puede viajar y, por lo que tengo entendido, tampoco se podía trasladar la fecha, haber esperado a final de año, porque el Rotterdam Ahoy tiene otros compromisos. Este no es un festival de llegar un día y ya está, entre el montaje y los ensayos se necesitan quince días, incluso un mes, con aquello colapsado.
Es una pena que no se haya podido realizar, aunque en nuestros chats internos de comentaristas y demás, vimos desde el inicio que pintaba a que se iba a posponer hasta el año que viene, y así fue. Aparte que un Eurovisión sin el público hace muchísimo, el eurofan que está allí es una parte esencial del show. Hubiera sido absolutamente descafeinado. Es mejor esperar y hacerlo en condiciones, que no ver ahí a los artistas en un plató, con las cámaras y nada más.
"Es mejor esperar y hacer Eurovisión en condiciones, que no ver ahí a los artistas en un plató, con las cámaras y nada más"
¿Qué opinas sobre la decisión de la organización de permitir que se repitan candidatos pero no las canciones?
Hay algunos artistas que llevan desde principios de año presentando su canción. Prácticamente recién llegados de Navidad estrenamos Universo [el tema con el que Blas Cantó iba a representar a España], imagínate defender lo mismo año y medio. Es mejor que haya un poco de refresh en ese sentido. Por otro lado están los artistas, porque no todos pueden repetir. En Suecia, por ejemplo, si The Mamas quieren ir a Eurovisión en 2021, van a tener que volver a ganar el Melodifestivalen, que para ellos es la máquina de crear artistas, no lo pueden dejar que hacer. Igual que Sanremo en Italia, que es una pena porque Fai Rumore de Diodato es una canción preciosa para interpretarse en un festival.
¿Piensas que Blas hace bien apostando por alejar su propuesta de Universo
No sé que hubiera pasado con Universo, pero lo mejor que puede hacer es que este fin de semana presente la canción, suene y ya está. Quedará ahí y él tendrá dos canciones en la historia de Eurovisión que optaron a ganar. Yo también le he aconsejado que busquemos otro sonido, otra directriz y que no se parezca en nada. Que sea un tema en el que aún podamos disfrutar un poquito más de su calidad de voz. Nadie discute que Blas tiene una de las mejores voces de este país, y con otra canción hay posibilidad de que su calidad vocal se luzca más. Eso es lo que tienen que buscar.
¿Cómo piensas que va a repercutir lo ocurrido en esta edición de Eurovisión, en la del año que viene, si es que puede celebrarse?
Entiendo que será como quitarse la espinita. Soy optimista por naturaleza por lo que que creo que sí que el año que viene iremos a Rotterdam. Esperemos que no nos pille de esta forma toda esta locura, porque no hay nadie que pueda decir que no le ha pillado por sorpresa la avalancha del virus. Hay gente que ha sabido reaccionar más, gente que ha sabido reaccionar menos, pero hasta donde parecía que más rápido se había contenido la cosa está viendo ahora los primeros repuntes. Sin entrar mucho en este tema, vamos a confiar en los científicos, en que va a haber una vacuna antes y una posibilidad de control de la pandemia.
"Yo también he aconsejado a Blas que busquemos otro sonido, otra directriz y que no se parezca en nada a 'Universo', que permita lucir un poquito más su calidad vocal"
Como experto musical y llevando ya dos años retransmitiendo Eurovisión, valorando nuestras últimas participaciones y nuestros pobres resultados, ¿qué piensas que falla para que las actuaciones de España no consigan mejores puntuaciones?
No lo sé. En los dos festivales que he retransmitido la canción la escogió el público, en ambos casos por los seguidores de Operación Triunfo. Personalmente pienso que tal vez había otras canciones en los dos años, que nos podían haber representado, pero son las que la gente quiso y a tope. En mi primero iba muy despistado. No tenía ni idea de cómo funcionaba todo, los entresijos, los briefings, las reuniones con los comentaristas y demás, por lo que estuve más pendiente de eso que de otra cosa. De que las retransmisiones fueran buenas, alcanzar un ritmo y un tono.
Musicalmente, con La venda me lo pasé muy bien. Fue divertidísimo. Miki es maravilloso, un cacho de pan, súper amable. Cuando llegamos a Israel todo el mundo nos cantaba La venda. En cuanto nos veían con las camisetas y la bandera de España, los taxistas, la gente por la calle nos paraban, se inventaban la letra, pero cantaban. Es verdad que tuvo un mal resultado en cuando a la tabla, pero allí todo el mundo se levantó, los artistas en la green room hicieron la conga, llevamos el espíritu y la alegría a Eurovisión. No me esperaba para nada el resultado. No es que pensara que fuéramos a ganar, pero tendríamos que haber tenido una mejor posición.
Las apuestas marcan muchísimo, aunque parezca mentira. El especialista ya va con una canción en la cabeza al sentarse en la Jury final. Duncan Laurence estuvo el año pasado desde el principio arriba, y ganó. Con una canción que aunque preciosa, a priori no era nada eurovisiva. Con Netta pasó igual. Cuando llegamos, todo el mundo hablaba de Israel. Lo de Eleni sí que fue subirse al escenario, aparecer allí como una pantera felina y con las primeras notas de la canción de Fuego aquello empezó a creer los días de Lisboa y terminó quedando segunda. Nunca se sabe, pero al final al que llega favorito todo el mundo le mira con otros ojos, en la decisión del jurado sobre todo.
Aprovechando que has acudido en más de una ocasión a OT como jurado, ¿qué tal crees que le va a sentar al formato el regreso sin público?
No lo sé, no estoy siguiendo el OT de este año, entonces no sé cómo va a funcionar.
Siendo de los que han impulsado a los trunfitos tras la salida de la Academia, ¿consideras que hay “espacio” para que una hornada al año de triunfitos encuentre su hueco como hicieran hace tres años Aitana, Lola Indigo o Ana Guerra?
No, absolutamente no. Es imposible. No se pueden tener 16 Aitanas, ni 16 Bisbales en su día. Para ellos es en un principio un gran momento, pero al final no todos lo logran. Siempre hay quien se queda por el camino. Estuvo bien que no hubiese el año pasado, porque se estaban juntando las carreras de 2017 y 2018. Recuerdo estar viendo el fin de gira del primero en el Palau Sant Jordi en Barcelona y ya estaban presentando la de los siguientes. Estaban cantando en el mismo escenario y era apabullante ver a 32 encimas del escenario en un mismo show.
Más allá de Eurovisión, ¿cómo piensas que va a salir la industria musical de la crisis del coronavirus?
Ahora no sabemos exactamente cómo va a ir. Ha habido diferentes fases, pero también un exceso del directo de Instagram y de YouTube Live. Una auténtica locura. Hay más directos que artistas. El artista necesita tener su exposición, hablar al público, tenerlo cerca. Son muy de creer que porque estén dos meses sin salir se van a olvidar de ellos. Pero los fans, me incluyo, estamos aquí por ellos y esperaremos el tiempo que haga falta a nuestros artistas favoritos.
No creo que sea necesaria tantísima exposición de golpe desde sus casas. Estaría bien para ahora un poco y crear esa necesidad de ver al artista, de acudir a un concierto, disfrutar de sus canciones. Nos tenemos que ir poco a poco reconduciendo. Supongo que cuando vayamos al WiZink Center tendremos 3.000 - 4.000 butacas como mucho. Eso hará que tengamos entre nuestro asiento y el de al lado, tres o cuatro butacas libres. Es un poco raro bienvenido sea, ojalá pronto podamos hacerlo. Ojalá llegue el día en el que podamos ir a un concierto aunque tengamos que tener unas cuantas butacas libres de por medio.