Este miércoles, 22 de marzo, Georgina Rodríguez se sentaba por primera vez en un programa de televisión en directo. El afortunado fue El Hormiguero, donde acudió para promocionar la segunda temporada de su reality Soy Georgina.
La modelo, influencer y empresaria confesó sentir “nervios” por su debut en prime time, aunque estuvo arropada por Pablo Motos que intentó tranquilizarla explicándole cómo funcionaba el espacio, y por algunas amigas, familiares y hasta tripulación de su avión privado, que estaban entre el público.
Georgina explicó que en la segunda temporada de su producción en Netflix veríamos “todo lo que nos podemos imaginar”. Si en la primera- de la que ya publicamos la crítica subrayando lo que en realidad estamos consumiendo al ver dicha producción- la modelo abría las puertas de su casa y su historia, junto a Cristiano Ronaldo y a sus cinco hijos, la nueva tanda de capítulos mostrará algunos de los mejores y peores momentos de su vida.
Sin embargo, durante la charla se le escapó la poca “realidad” que muestra su reality: “Se llama reality, al final cada uno enseña lo que se siente cómodo”, explicó.
Pero no fue la única incoherencia que soltó. Preguntada por lo que le regala al futbolista, una persona que lo tiene todo, ella respondió: “Él no es muy materialista”, para más tarde recordar que algunos de los regalos con los que había obsequiado al padre de sus hijos era con “tres coches”.
De sus viajes, a su talento sin pruebas pero sin dudas
Georgina se mostró muy comedida, parca en palabras y cuidadosa a la hora de escoger las anécdotas que narraba. Sin embargo, las pocas veces que le invadió la espontaneidad soltó hasta tres “sobradas” que llamaron la atención:
La primera ocurrió solo arrancar la charla con Motos, y seguramente fue fruto de esos nervios que comentó. Al hablar de la trascendencia que tiene todo lo que hace, contestó con una sonrisa: “Yo soy mundial”.
La segunda llegó al recordar uno de sus cumpleaños. La influencer explicaba que estaban en Dubai, para después corregir y señalar que en realidad era en Manchester: “Ay, es que como viajo tanto”, comentó entre risas.
Para acabar subrayando otra de sus virtudes. Preguntada por si en alguna ocasión le habían propuesto hacer cine, respondió afirmativamente pero explicó que lo había rechazado por cuestión de tiempo. A lo que añadió, sin titubear, la tercera sobrada: “Sé que se me daría bien. Al final, he hecho danza clásica, y desde pequeña interpretaba papeles”.