Aunque su éxito pueda parecer reciente, esos realities que podríamos resumir como “chicos y chicas de ensueño que conviven juntos en lugares paradisíacos con mucho sexo de por medio” llevan acompañándonos prácticamente 20 años. Con largos parones de emisión de por medio, muchos éxitos y también algunos fracasos, sí, pero dos décadas en las que las relaciones sexuales, las amorosas, la fiesta y el desenfreno han sido, o siguen siendo, sus ingredientes principales.
El último caso de éxito internacional lo encontramos en Jugando con fuego, el reality de Netflix que, en una vuelta de tuerca dentro del género, insta a sus desinhibidos concursantes a no tener relaciones, ni siquiera besos entre ellos, a cambio de una suma de dinero a repartir entre todos. El programa, que a muchos amenizó el confinamiento de 2020, vuelve este miércoles 23 de junio con su segunda edición. Aprovechamos su regreso para repasar otros programas similares y pertenecientes a este subgénero de los realities que no tiene fin.
Los formatos anglosajones que lo iniciaron todo
Al igual que Gran Hermano, los realities de temática más sexual también tienen su origen en los Países Bajos y la productora Endemol. En 2001, la cadena neerlandesa SBS estrenó Blind Vertrouwen (Confianza Ciega), programa en el que varias parejas de enamorados se separaban para poner a prueba su relación. Ellas se iban a vivir a una idílica villa junto a un grupo de atractivos hombres, y ellos hacían lo propio con un grupo de despampanantes mujeres. La organización del programa ponía a las parejas imágenes de lo que ocurría en la villa contraria y a partir de ahí su confianza aumentaba... o se resquebrajaba por completo hasta incurrir en la infidelidad, según el caso.
Aquella primera edición no triunfó en audiencias, pero la versión estadounidense que se estrenó ese mismo año, Temptation Island (Fox) sí tuvo mayor recorrido, facilitando que cadenas de otros países apostaran por sus propias versiones o por formatos de corte similar. En España tuvimos una adaptación directa, Confianza ciega, cuya única temporada fue emitida por Antena 3 en 2002 y sigue siendo, aún hoy, unos de los programas más controvertidos y con mayor culto de nuestra televisión.
En Reino Unido, sin embargo, apostaron por su propio formato, Love Island (ITV, 2005), que introducía algunas novedades con respecto a Blind Vertrouwen/Temptation Island -aquí no entraban parejas sino solteros en busca de pareja-, pero donde los cuerpos de gimnasio, la convivencia en un lugar de ensueño y las ganas de sexo seguían siendo los ejes principales.
Curiosamente, ninguno de estos programas pasó de las tres temporadas en el mejor de los casos. Sin embargo, dejaron tal huella que más de 10 años después volvieron a la televisión y la fiebre por los realities de corte sexual se desató definitivamente. De hecho, Temptation Island y Love Island son los actuales bastiones del género a nivel mundial, aunque en la última década también han surgido otros títulos como Ex on the Beach, 10 parejas 10 (ambos de MTV) y, por supuesto, el mencionado Jugando con fuego (Netflix), que han ayudado a consolidar el éxito de esta clase de formatos.
La franquicia 'Shore', uno de los pilares de MTV
Probablemente la franquicia más internacional de este tipo de realities. Su pionero, Jersey shore, fue la versión estadounidense estrenada en 2009 para MTV. Tales fueron sus récords de audiencia que no se tardaron en crear versiones bajo el mismo sello en otros países: Geordie Shore (Reino Unido), Acapulco Shore (México), Gandía Shore (España), Super Shore (concursantes de varias ediciones juntos por Europa)…
Cada una de sus versiones consiste en seguir la convivencia de ocho o nueve concursantes en una zona de costa del respectivo país (o de otros, como pasó con la tercera temporada de su versión originaria). Por supuesto, estos personajes representan el estereotipo claro de 'joven fiestero' y, como no podía ser de otra manera, la fiesta, los romances y las peleas forman parte de sus rutinas.
El éxito de la franquicia 'Shore' ha llevado a varios de sus participantes a continuar en el mundo de la farándula por mucho tiempo. De hecho, algunos de ellos también se han hecho tan famosos gracias a su personalidad y sus frases que han tenido sus propios programas. En el caso de la versión original estadounidense, Jennifer “JWOWW” y Nicole “Snooki” tuvieron su propio spin-off conjunto, al igual que Pauly D en solitario.
'La isla de las tentaciones' y otras adaptaciones españolas
Como apuntábamos antes, la primera experiencia española con el género fue en 2002 con Confianza ciega, un programa hoy inimaginable en Antena 3 pero que en aquella época formaba parte de los sucesivos intentos que acometió la cadena por encontrar su propio Gran Hermano. El programa presentado por Francine Gálvez se quedó en una única temporada -disponible actualmente en Amazon Prime Video-, pero su impacto fue tan grande que Confianza Ciega vino a la memoria de muchos cuando Mediaset estrenó 18 años después La isla de las tentaciones (2020), la versión española de Temptation Island.
Con tres ediciones a sus espaldas en apenas un año y medio -más una cuarta y un spin-off en camino-, el reality conducido por Sandra Barneda es el gran estandarte del género en nuestro país. Su fulgurante éxito propició la llegada esta primavera de Love Island al grupo rival, Atresmedia, aunque con unas audiencias ínfimas debido a su emisión en un canal tan secundario como Neox.
Entre un programa y otro, MTV España lanzó en 2012 Gandía Shore, que al igual que el resto de títulos de la franquicia Shore, mostraba a un grupo de jóvenes conviviendo en la misma casa con mucha fiesta, mucho sexo, mucho alcohol y mucha bronca de por medio. Al emitirse en una cadena como MTV apenas duró una temporada con unas cifras muy limitadas, pero eso no impidió que varios de sus participantes hicieran después carrera en programas y realities de Mediaset. El ejemplo más claro fue el de Ylenia Padilla, estrella de aquel reality por el que también pasaron Arantxa Bustos, Esteban Martínez, José Labrador y Abraham García, que ganó Supervivientes en 2014.
Próximamente Netflix estrenará Amor con fianza, reality presentado por Mónica Naranjo en el que seis parejas viajarán a un lugar exótico donde tendrán que demostrar que tiene confianza ciega el uno en el otro. Durante el programa se irán descubriendo todas las mentiras o las verdades que vayan contando los concursantes, ya que se someterán a una moderna tecnología que captura las mentiras a través de los ojos. Al final, las parejas que digan más mentiras serán eliminadas, y solo una pareja se llevará el premio final.
Los grandes formatos de éxito en Latinoamérica
En el caso de los formatos latinoamericanos, además de las adaptaciones exactas de los programas anglosajones, varios formatos chilenos han sido, en términos generales, grandes triunfos para los países de habla hispana. Eso sí, siempre siguiendo la línea de romances, infidelidades, peleas, concursantes atractivos, pruebas…
En este caso, cabe destacar dos formatos basados en Temptation Island: Amor a prueba y Doble tentación. En el caso del primero, tanto parejas como ex parejas conviven con solteros, y, por supuesto, deben evitar las tentaciones propias del concurso, además de superar pruebas en dúos o en tríos. Están divididos en un grupo de famosos (donde destaca la participación de Oriana Marzoli y su entonces pareja Tony Espina) y otro formado por desconocidos. Durante la emisión de su única temporada, este reality fue uno de los programas de telerrealidad más exitosos de la televisión chilena.
Por su parte, Doble tentación es casi la continuación del anterior en cuanto a sus dinámicas. Sin embargo, en este caso, como su nombre indica, cada pareja se enfrenta a dos solteros, y todos los concursantes tienen que superar pruebas de cuatro en cuatro para no ser eliminados. A pesar de seguir un formato que en un principio triunfó, su predecesor en emisión ¿Volverías con tu ex?, fue mucho más visto.
Porque este último programa de telerrealidad 'innovó' en Latinoamérica con una premisa que consistía en reunir a exparejas que podían darse una segunda oportunidad o, por el contrario, llevar a cabo un plan de venganza. Y fue en este concurso con muy buenos datos de audiencia donde ganó Oriana Manzoli.
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