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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Sánchez decide quedarse por la “regeneración pendiente” de la democracia

“He decidido seguir con más fuerza si cabe al frente de la presidencia del Gobierno de España”. Con esta frase Pedro Sánchez ha puesto punto final a la reflexión anunciada hace cinco días sobre su futuro político y que ha mantenido al país, al Gobierno y al PSOE en vilo hasta la mañana de este lunes. El presidente ha comparecido en el Palacio de la Moncloa para asumir el “compromiso de trabajar sin descanso, con firmeza y con generosidad por la regeneración pendiente de nuestra democracia y por el avance y la consolidación de derechos y de libertades” y despejar así la incertidumbre creada tras su anuncio del pasado miércoles.

“No es un punto y seguido, es un punto y aparte. Solo hay una manera de revertir esta situación. Que la mayoría social, como ha hecho estos cinco días, se movilice en una apuesta decidida por la dignidad y el sentido común, poniendo freno a la política de la vergüenza que llevamos demasiado tiempo sufriendo”, ha dicho.

Sánchez, que ha explicado que las muestras de apoyo que ha recibido estos días de su propio partido y del “conjunto de la sociedad” han resultado determinantes en su decisión, ha asegurado que la reflexión que ha llevado a cabo “no va del destino de un dirigente en particular, eso es lo de menos”, ha dicho. “Se trata de qué tipo de sociedad queremos ser”.

“Creo que nuestro país necesita hacer esta reflexión colectiva. Que abra paso a la limpieza, a la regeneración, al juego limpio. Llevamos demasiado tiempo permitiendo que el fango colonice la vida pública”, ha denunciado.

El presidente ha llegado a apelar “a la conciencia colectiva de la sociedad española” para que se convierta en “ejemplo, en inspiración para un mundo convulso y herido. Porque los males que nos aquejan no son exclusivos de España, forman parte de un movimiento reaccionario mundial que aspira a imponer su agenda regresiva mediante la difamación y la falsedad”, ha planteado tras las denuncias a su pareja, Begoña Gómez, basada en informaciones periodísticas algunas de las cuales ya se han demostrado falsas.

“Mostremos al mundo cómo se defiende a la democracia. Pongamos fin a este fango de la única manera posible: mediante el rechazo colectivo, sereno, democrático, más allá de las siglas y las ideologías” ha finalizado. 

“Sabemos que la campaña no parará”

Pedro Sánchez comparecía a las once en punto de la mañana en la escalinata del Palacio de la Moncloa en una declaración institucional sin preguntas ni presencia de los medios de comunicación para despejar la incógnita sobre su permanencia al frente del Ejecutivo, una situación sobre la que la mayoría del equipo del presidente admitía su pesimismo en los últimos días.

En su carta del miércoles, el presidente planteó la pregunta de si merecía o no la pena continuar en el cargo tras los “ataques” a su familia por parte de la derecha y la extrema derecha después de que un juzgado de Madrid admitiese a trámite una denuncia de los ultraderechistas de Manos Limpias contra su pareja. “Si aceptamos como sociedad que la acción política permite el ataque indiscriminado a inocentes, entonces no merece la pena. Si consentimos que la contienda partidista justifique el ejercicio del odio, la insidia y la falsedad hacia terceras personas, entonces no merece la pena. Si permitimos que las mentiras más groseras sustituyan el debate respetuoso y racional basado en evidencias, entonces no merece la pena. Por muy alto que sea, no hay honor que justifique el sufrimiento injusto de las personas que uno más quiere y ver cómo se intenta destruir su dignidad sin el más mínimo fundamento”, ha planteado.

Tras cinco días de hermetismo, Sánchez ha explicado su retirada momentánea de la vida pública. “Tal y como les anuncié, necesitaba parar y reflexionar y sé que la carta que les envié pudo desconcertar porque no obedece a ningún cálculo político, y es cierto. Soy consciente de que he mostrado un sentimiento, que en política no suele ser admisible. He reconocido ante quienes buscan quebrarme que duele vivir esta situación, que no deseo a nadie. También porque sea cual sea nuestro oficio, vivimos en una sociedad donde se nos exige mantener la marcha a toda costa, pero hay veces en que la única forma de avanzar es detenerse y decidir por dónde queremos caminar”.

El presidente ha defendido haber actuado “desde una convicción clara: o decimos basta o esta degradación de la vida pública determinará nuestro futuro condenándonos como país. Es cierto que he dado este paso por motivos personales, pero todo el mundo puede entenderlos y sentirlos como propios. Porque esto no es una cuestión ideológica, estamos hablando de respeto, de dignidad. Esto nada tiene que ver con el legítimo debate entre opciones políticas, sino con la reglas del juego”. 

“Si consentimos que los bulos dirijan el debate político, si obligamos a las víctimas de esas mentiras a tener que demostrar su inocencia, si permitimos que se vuelva a relegar el papel de la mujer al ámbito doméstico en beneficio de la de su marido, si permitimos que la sinrazón se convierta en rutina, habremos hecho un daño irreparable a nuestra democracia”, ha proseguido para lamentar que “exigir resistencia incondicional es poner el foco en las víctimas y no en los agresores. Y confundir libertad de expresión con libertad de difamación es una perversión democrática de desastrosas consecuencias. Por tanto, la pregunta es sencilla: ¿queremos esto para España?”, se ha cuestionado.  

Pedro Sánchez ha admitido que “mi mujer y yo sabemos que esta campaña de descrédito no parará. Es grave, pero no es lo más relevante, podemos con ella”. Y ha confesado que en su decisión han influido de manera decisiva las muestras de apoyo público recibidas estos días. “Lo verdaderamente trascendente es que queremos agradecer de corazón las muestras de solidaridad y empatía que hemos recibido, y me van a permitir un agradecimiento especial a mi querido PSOE”.