Aviso, spoilers: este artículo desvela parte de lo ocurrido en la tercera temporada de 'The Boys'.
Pasados unos días desde su final, toca analizar lo que ha dado de sí la tercera temporada de The Boys. La ficción anti-superheroica de Amazon Prime Video se despidió el pasado viernes con un capítulo que sirvió para cerrar algunas tramas, abrir otras y esbozar lo que está por venir en la ya confirmada cuarta tanda. Pero antes de mirar al futuro centrémonos en lo visto esta temporada, que ha sido mucho y muy interesante.
Para empezar, llama la atención la madurez alcanzada por The Boys en esta tercera temporada. Hasta ahora, la ficción creada por Eric Kripke había construido su indudable éxito ofreciendo una sátira de los superhéroes, una crítica mordaz de nuestro presente y, por encima de todo, un entretenimiento salvaje reflejado, capítulo sí y capítulo también, en altas dosis de sangre y violencia gratuita.
Nada de esto ha faltado en la tercera tanda, evidentemente, de ahí que The Boys haya vuelto a ser esta temporada una serie de lo más entretenida. Sin embargo, el juego planteado durante las dos primeras entregas ha venido acompañado en esta ocasión por una mayor voluntad de profundizar en los personajes principales.
Parece como si la serie de Prime Video hubiera querido demostrar que es algo más que un festival de violencia, sangre y sesos reventados. En realidad siempre lo ha sido, y ahí está su abanico de personajes para demostrarlo, pero ahora con más ahínco todavía.
A lo largo de estos ocho capítulos hemos conocido mejor el pasado de Carnicero, las inquietudes de Kimiko o la nueva responsabilidad para sí mismo de A-Train, por citar algunos ejemplos. Todos los protagonistas han tenido, pues, su propio espacio, aunque su rendimiento ha estado lejos de ser el mismo. Algo lógico teniendo en cuenta que hablamos de una serie tan coral como The Boys, donde el desequilibrio entre unos personajes y otros ha existido desde el primer día.
Patriota destaca por encima del resto
La tercera temporada, siguiendo la senda de las dos primeras, ha sido más interesante cuando más ha fiado sus tramas a Carnicero y, en esta ocasión en concreto, a Patriota, la gran estrella de la tanda. El personaje brillantemente interpretado por Antony Starr ha cargado sobre sus hombros con lo mejor de la temporada, haciendo méritos para ser el rostro que más que recordemos una vez acabe la serie. No solo por su sonrisa malvada -sinónimo de que va a ocurrir algo que no nos va a dejar indiferentes-, sino por erigirse definitivamente como una especie de Donald Trump con mallas y capa tras una temporada llena de altibajos para él.
Patriota ha acabado la tercera tanda junto a Ryan y sintiendo el cariño inquebrantable de sus seguidores, algo que le importa tanto o más que su propio hijo. Pero por el camino ha descubierto la existencia de un superhéroe tan temible como él: Soldier Boy, que ha supuesto un soplo de aire fresco para lo que concierne a Patriota, pero sobre todo, para lo que concierne al grupo de Carnicero y compañía.
Este último y Hughie, a base de inyectarse la versión temporal del compuesto V, han vivido una realidad diferente hasta ahora, potenciando aún más el afán lúdico de la serie. Sin embargo, su acertada reconversión a 'superhéroes' momentáneos ha chocado con otras tramas de menor interés. La relación entre Kimiko y Frenchie, por ejemplo, aunque ha dejado por el camino reflexiones interesantes sobre el papel que los superpoderes juegan en la vida de quien los posee, se ha sentido por momentos como si formara parte de una serie diferente. Aunque dentro de 'los muchachos', probablemente el peor parado haya sido Leche Materna y su drama familiar, menos inspirada que otras historias de la temporada.
El 'Herogasm', la anécdota de la temporada
En lo que respecta a 'Los 7', y más allá de lo comentado sobre Patriota, también se han sentido algunas descompensaciones. Luz Estelar, a partir de su conexión con Hughie, ha terminado por adoptar una condición de líder que le ha sentado bien al personaje. A-Train también ha salido ganando con su trama sobre el racismo y la figura de Blue Hawk. Igual que Negro Oscuro y su trauma con Soldier Boy, que ha dado peso a un personaje que hasta entonces estaba en un segundo plano. Por el contrario, Profundo no ha ido más allá de sus llamativas escenas en compañía de animales acuáticos, y Maeve, aunque decisiva al final, se despide -a priori- tras una temporada prácticamente en la sombra.
Justo lo mismo que se puede decir, fuera de 'Los 7', de Victoria Newman. Un personaje que prometía ser capital tras lo visto al final de la segunda temporada, y que no cabe duda de que lo ha sido, pero solo en momentos muy concretos como en el desenlace de Stan Edgar o la ayuda prestada a Patriota para encontrar a Ryan-. Aun así, su nueva posición y su alianza con el líder de 'Los 7' -o lo que queda de ellos- invitan a pensar que volverá a hacerse notar en la cuarta tanda.
Lo que probablemente no veamos de nuevo -o sí, quién sabe- será el Herogasm. El equipo de la serie consiguió crear un hype desmedido antes de la emisión de esta orgía superheroica que apuntaba a ser uno de los momentos cumbre de la temporada. A la hora de la verdad, sin embargo, se quedó en una mera y divisiva anécdota de bajo metraje, aunque al menos sirvió de escenario para la pelea entre Carnicero, Soldier Boy y Patriota, sin duda una de las mejores escenas de lo que llevamos de serie.
'The Boys' pide dar un paso hacia la excelencia
Como decíamos al principio, The Boys ha vuelto a ser un entretenimiento de primer nivel en su tercera temporada. También un retrato mordaz del mundo en el que vivimos, sobre todo si hablamos en clave norteamericana. El racismo, el fascismo representado por Patriota e, incluso, el gusto de los estadounidenses por las armas -reflejado en la escena de la feria con una efectiva mezcla de ironía e inquietud- han estado presentes esta tanda, demostrándose una vez más que a The Boys siempre le ha importado hablar de los problemas de nuestros días.
Y así parece que será en próximas temporadas, cuya camino a seguir parece parcialmente marcado visto el desenlace de esta tercera. Sobre todo por lo que el delicadísimo estado de salud de Carnicero, que se entiende como una especie de cuenta atrás hacia el inevitable final de la serie, llegue este cuando llegue.
Su nueva y complicada posición se presente como uno de los poquitos pasos hacia adelante que, por otro lado, ha dado The Boys en esta tercera temporada. Porque puede que hayamos visto la mejor y más redonda tanda de las tres, pero eso no significa que la ficción de Prime Video haya terminado de dar ese último paso hacia el siguiente nivel.
Estos ocho capítulos han reforzado la posición de la mayoría de personajes, pero no han cambiado la de casi ninguno de ellos. La sensación de que las cosas se han quedado en un punto cercano a como ya estaban tras el final de la segunda temporada está ahí. Y aunque la tercera ha conseguido compensarlo con altas cotas de entretenimiento, la cuarta tanda deberá ser un verdadero punto de inflexión si The Boys quiere dejar de ser una serie notable para alcanzar directamente la excelencia.