'The Idol' de barro: cronología de la serie que persigue ser fenómeno a fuerza de polémicas en HBO
En la presentación de The Idol en Cannes, Sam Levinson afirmó que cuando comenzó a leer las noticias sobre el turbulento rodaje se dio cuenta de que tenía “el mayor éxito del verano”. A juzgar por los números, la controvertida sátira de Hollywood podría acercarse a esa consideración, aunque sus datos aún estén lejos de los de los fenómenos de la cadena de cable. Ahora bien, es difícil que nadie gane a esta como la producción que peor fama se ha granjeado con menos de un mes de emisión.
Es cierto que Levinson no es ajeno a polémicas, pues ya se ha visto envuelto en otras previamente a raíz de Euphoria. Ahora bien, los factores que se han reunido en esta ocasión hacen pensar que el artefacto que tenía entre manos no ha estallado del todo como le gustaría. Por más que su socio en esta trinchera creativa, Abel “The Weeknd” Tesfaye, asegure que contaban con una reacción así de antemano.
Los plácidos orígenes del ídolo
Es difícil que pudiera controlarse lo ocurrido, de hecho, sobre todo si tenemos en cuenta el proceso de desarrollo y producción de esta ficción. Tirando de hemeroteca, hemos de saltar a verano de 2021, hace casi dos años, para encontrar reportes de la puesta en marcha de The Idol. En junio de aquel año, cuando aún retumbaba las Blinding Lights del After Hours de The Weeknd, HBO anunciaba la luz verde a la serie, nacida de la colaboración con Levinson y con Reza Fahim, exempresario del ocio nocturno convertido en escritor y socio de Tesfaye.
Para el artista, que acababa de protagonizar apenas tres meses antes el espectáculo de medio tiempo de la Super Bowl, el salto a la interpretación parecía la siguiente frontera para su ambiciosa mirada. No hay más que ver la serie de videoclips que salieron de After Hours, que mostraban un viaje por momentos terrorífico al submundo de la noche y la fiesta, muy acorde a la estética sonora del álbum. Tesfaye ya había demostrado sus inquietudes con una pequeña intervención en Diamantes en bruto de los hermanos Safdie, pero también había escrito un episodio de Padre Made in USA. Así, crear y protagonizar una serie, concebida de inicio para su lucimiento, parecía la culminación de un proceso.
Ya entonces se avanzó una breve sinopsis de lo que estaría por venir: la historia de una cantante de pop que comienza un romance con el misterioso propietario de un club de Los Ángeles, alguien que resulta ser líder de una secta. En sí, la trama no se despega de tan sintética frase, aunque no alcanza a recoger las tensiones creativas.
En noviembre de ese año, con el rodaje comenzado, se desgranaba un amplio equipo donde destacaba el nombre de la directora Amy Seimetz, artífice de She Dies Tomorrow, al frente de los seis episodios. Por otro lado, Mary Laws, guionista de Succession pero también de otra fábula sobre el mundo del oropel californiano, The Neon Demon, completaría la mesa de guionistas, con Joseph Epstein como showrunner. Tanto una como otra parecían, por sus intereses y antecedentes, idóneas para trabajar sobre la historia de Jocelyn, la protagonista real de la historia, que estaría encarnada por Lily-Rose Depp.
Una regrabación caótica que anticipó la mala recepción
Ahora bien, la apuesta por esa perspectiva aparenta ser, de acuerdo al extenso reportaje de Rolling Stone, a partir de 13 entrevistas de trabajadores no identificados del equipo, el origen de que este Idol acabara descubriéndose de barro para parte de sus implicados.
El artículo describía el rodaje como un caos marcado por la disensión entre las diferentes voces creativas. En abril de 2022, Seimetz abandonaba el proyecto con el 80% del material enlatado, de acuerdo a fuentes cercanas al proyecto. En un primer momento, se insinuaba que The Weeknd fue responsable de tal decisión sumarísima, al considerar que la “mirada femenina” era demasiado acusada; sin embargo, el reportaje apuntaban a Levinson como causante de las fricciones.
Tras el parón de un mes del rodaje, este se retomó con Levinson a los mandos: el productor ejecutivo descartaba todo el trabajo previo, que había costado entre 54 y 75 millones de dólares a HBO, y se lanzó a reescribir y dirigir por completo la serie. El nuevo material, decía la publicación, había trastocado por completo el tono: más secuencias de sexo, más desnudos, y un trabajo igual de movido, que recordaba a los problemas que Levinson ya había tenido durante la grabación de la temporada 2 de Euphoria.
“Firmé para hacer una oscura sátira sobre la fama y el mundo de la moda en el siglo XXI. Sobre las cosas a las que sometemos nuestro talento y nuestras estrellas, las fuerzas que colocan a la gente en el estrellato y cómo se puede manipular todo eso en la era post-Trump. Pasó de ser una sátira a ser exactamente lo que se satirizaba”, afirmaba un integrante del equipo de producción, cuya identidad quedó en el anonimato. Estas fuentes consultadas por Rolling Stone definieron el proyecto como “la fantasía de violación de un hombre tóxico”. Una definición que, veremos, caló entre la prensa especializada.
HBO alegó que el motivo para hacer tabula rasa con The Idol era que el metraje anterior “no estaba a la altura de los estándares” de la cadena. Lily-Rose Depp también salió en defensa de Levinson, al que alabó como director, mientras que Tesfaye se limitó a hacer una publicación en tono irónico contra la publicación especializada. “¿Te hicimos enfadar?”, publicó en Instagram, sin aludir a ninguna acusación contra él.
El primer tráiler que se lanzó a finales de agosto de 2022 ya enseñaba un elenco con notables cambios respecto al anunciado de origen. Por ejemplo, ya no aparecía Elizabeth Berkley Lauren, la Noomi de Showgirls, ni Suzanna Son (Red Rocket) o Anne Heche, que falleció ese mismo agosto; pero en cambio lo hacían otras estrellas como el director y actor Eli Roth, responsable de títulos como Cabin Fever, Hostel e Infierno verde y uno de los Malditos bastardos de Quentin Tarantino; Hank Azaria, Dan Levy, Jane Adams y la emergente Rachel Sennott. Ese es el reparto definitivo con el que The Idol se vistió de largo en Cannes, el pasado mes de mayo.
Una recepción abisal, un éxito lejos de la previsión
Ya recogimos a mediados de mayo el vapuleo al que fue sometida. Por recordar algunos comentarios, Kyle Buchanan, crítico del New York Times, la definió como “una odisea por la portada de Pornhub”, agregaba. Peter Debruge para Variety, donde termina definiéndola una “fantasía masculina tóxica”, mientras que David Fear, de Rolling Stone, la calificaba como “mucho peor de lo que podrías haber anticipado” con el reportaje que publicaron semanas antes. La nota de los agregadores más conocidos del panorama americano, Rotten Tomatoes y Metacritic, certifican el descalabro: solo un 24% de opiniones positivas de un total de 78 reseñas, con una nota media de 4,6, en el primero; un 27/100 de nota media en el segundo, donde se sitúa como la segunda serie peor valorada de HBO desde el nacimiento de la web, solo solo por delante de la miniserie The Leisure Class.
Las malas opiniones no han quedado ahí: una coordinadora de intimidad de Hollywood ya cuestionó la representación que se hacía de su labor en el primer episodio: “Nos han usado de hazmerreír”, lamentaba, criticando además que esto sucediera en una producción de HBO, la que marcó tendencia en la industria al introducir este departamento fijo en sus rodajes. Con todo, cabe decir, sí reconoció cierto grado de realidad en las situaciones que se recreaban en la secuencia de la polémica.
Ese trazo grueso ha seguido en episodios posteriores. por ejemplo, el segundo causó malestar a juzgar por las reacciones en Twitter a las muy subidas de tono secuencias en las que Tedros (Tesfaye) ordena a Jocelyn (Depp) a realizar toda clase de actos lascivos. El actor y músico salió al paso de los comentarios recalcando a GQ que la escena en cuestión “no tiene nada de sexy”. En el tercero, donde En un momento dado, el ejecutivo Finkelstein (Eli Roth) aseguraba estar “cagando más sangre que un niño en la isla de Jeffrey Epstein” ante la mala prensa que estaba generándole Jocelyn. Por supuesto, se refiere a los sucesos acaecidos en la isla privada que poseyó el millonario durante décadas en el Caribe. El magnate se suicidó en su celda en agosto de 2019 cuando esperaba la celebración del juicio por numerosos cargos federales de tráfico sexual de niñas.
En todo caso, ¿ha sido The Idol ese “fenómeno” que auguraba Levinson? El primero de los seis episodios, estrenado el 6 de junio, tuvo un arranque modesto: 913.000 espectadores entre HBO (cable) y Max (streaming), según los datos de Nielsen y la propia Warner Bros Discovery. No es un mal dato, desde luego, pues es parejo al de Tiempo de victoria o The White Lotus, pero dista de las previsiones de su creador.
De hecho, comparándolos con los datos de Euphoria en su debut en 2019, se evidencia que no ha tenido tal pegada: 1,1 millones de espectadores, lo que en comparación supone una diferencia del 17%. Eso sí, el contexto era menos favorable en el caso de The Idol: además de la mala prensa, la nueva producción tenía que competir contra las finales de la NBA. El segundo episodio cayó a 800.000 espectadores. El dato supone una bajada del 12%.
Eso sí, el consumo en diferido está siendo el principal argumento a su favor: en comparación con Euphoria, el primer episodio de The Idol mejoró sus prestaciones tras los primeros siete días a disposición de la audiencia. Este consumo en Max fundamenta la salvación de la serie para Warner Bros Discovery, que tiene en ella la posibilidad de alcanzar un target más joven de lo habitual, pero en última instancia certifica un rendimiento decepcionante. Al menos, a tenor de lo que se esperaba.
¿Lo que todos esperaban?
Y hablando de lo que se esperaba, The Weeknd ha hablado sobre ello. Preguntado por Variety sobre la recepción negativa, asegura que “era algo que preveíamos”. De hecho, se muestra muy confiado en los riesgos emprendidos, citando a referentes en el arte de la provocación cinematográfica a gran escala, como Brian de Palma o Paul Verhoeven, quien en última instancia dirigió tanto Instinto básico como Showgirls, con la que temáticamente este Idol puede tener nexos argumentales o temáticos.
“Mira, estamos jugando con los géneros en esta serie, estamos haciendo exactamente lo que pretendíamos. Nada de esto es una sorpresa. Estoy deseando que la gente vea el resto de la serie”, afirma.
Entre tanto, más ruido: en concreto, comentarios sobre la cancelación de la serie por su mala acogida, recogidos por Page Six. HBO no tardó en sacar la cara por su producto, recordando que desde el primer momento se ideó como una serie cerrada. “Definitivamente, la puerta está abierta. No hay una decisión definitiva. Es algo normal, solo llevamos dos episodios”, decían hace algo menos de dos semanas. Faltan tres episodios por verse. Falta aún mucho por ocurrir.