En uno de los planos más destacados de 'Adopción peligrosa' ('A Deadly Adoption', Rachel Lee Goldenberg, 2015), la cámara enfatiza en la alianza de casado que luce el protagonista, surcando un lago en lancha para rescatar a su hija de manos de una psicópata. A continuación, y mediante un paneo vertical, la cámara muestra el rostro pétreo, firme, de Will Ferrell, acompañado del subrayado musical de rigor. La aparición del cómico, y por extensión la de Kristen Wiig, revienta de forma velada la naturaleza de este telefilme de la marca Lifetime Network, que gozó de un pase de estreno en la sobremesa de Telecinco el pasado 5 de septiembre. La emisión quedó camuflada en la oferta vespertina que los operadores privados españoles ofrecieron, sin mayores suspicacias por parte de programadores. Podría decirse que ha pasado inadvertida...
Se conoce como mimetismo a aquella estrategia de engaño imperante en el mundo animal, consistente en la semejanza de una especie con otra o con algún elemento de su entorno para obtener ventajes diferenciales, para evitar ser comido, pero también para comer. A los depredadores también les interesa no ser percibidos por sus potenciales presas, para así sorprenderlas. Es el caso de esta película, que aparenta ser una más dentro del contingente de realizaciones de la cadena que la auspició, especializada en melodramas de inspiración supuestamente real y decidido carácter sensacionalista. Sus ingredientes están ahí, agolpados: protagonistas blancos de clase acomodada, con problemas conyugales y marcados por la tragedia, maridos poco afectuosos, infidelidades, tardoadolescentes con inestabilidad emocional, pedestres intrigas criminales, etc. Todo ello, con la pervivencia de la institución familiar como gran telón de fondo y eje narrativo. Los valores sociales más tradicionales nutren estas Made-For-TV-Movies, destinadas a un público que demanda historias reconocibles y de consumo rápido, que reafirmen sus modelos de conducta.
La escritura de 'Adopción peligrosa' se ajusta a las coordenadas establecidos. El relato gira en un torno a un matrimonio que cinco años atrás perdió a su bebé no nato tras un lamentable accidente casero, ocurrido en el lago junto a su mansión. La llegada de una joven madre subrogada, obsesionada con el esposo, hace tambalear los pilares del hogar.
A simple vista, no hay en su desarrollo indicios de sátira. Lo que subvierte el telefilme es precisamente su pareja protagonista, en un registro directo y concordado al producto. Pensemos en el plano que comentábamos al comienzo; o en ese marco fotográfico roto sobre el suelo, con el idílico retrato de la familia, sonriente, acentuado con un poco sutil zoom in. La sola presencia de estos dos paladines del humor inutiliza la pretensión dramática y deja en evidencia la tosca naturaleza de esta suerte de “gótico doméstico” de diseño. Contemplar a Ferrell, entregado durante el grueso de su carrera a los personajes infantilizados, cenutrios y casi parasitarios –pensemos en 'Hermanos por pelotas' ('Step Brothers', Adam McKay, 2008) como la referencia más afinada–, en la tesitura de incorporar a un próspero y taciturno cabeza de familia, torturado por el alcoholismo y la culpa, anula cualquier implicación emocional con el personaje. Se revelan las costuras, la impostura de las situaciones, de los diálogos. Lo mismo sirve para describir el trabajo de Kristen Wiig, adoptando el estereotipo de esposa ideal y abnegada frente a la peligrosa y salvaje muchacha que irrumpe en su vida. Ambos abrazan la pauta con extrema convicción, atravesando uno por uno los lugares comunes del género, y así hacen de este experimento una obra tan exitosa, tan disfrutable.
'Adopción peligrosa' se mimetizó como una tv-movie más en la parrilla de Telecinco, sin previo aviso. Sin tener que entregarse a exuberancias, mas al contrario, engatusaron a quienes sintonizaron con ella para procurarse una siesta plácida y sin sorpresas. Era el mejor escenario posible para lanzar una broma como esta. Mientras unos dormían, o trataban de hacerlo, el tándem Ferrell/Wiig se carcajeó bien fuerte para sus adentros. Cadena y espectadores fueron cómplices o víctimas, según se mire, de un plan perfecto. Un triunfo cómico.
Esto sí que son hechos reales.
Tráiler de 'Adopción peligrosa'
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