Empieza la campaña electoral para las elecciones catalanas del 27 de septiembre. La televisión pública catalana ha sido acusada en los últimos años, desde todas las posturas políticas, de fomentar el soberanismo y de falta de pluralidad informativa.
Sin entrar en el fondo del asunto, Vertele dedica dos artículos a TV3. Por una parte, Mireya Marrón ha realizado una radiografía de su situación actual y nos ofrece una mirada global sobre la que ha sido, desde su creación, una magnífica cadena de televisión.
Por la otra, les ofrecemos una entrevista con el Doctor Reinald Besalú, que realizó su tesis doctoral sobre la relación de los castellanohablantes con TV3.
TV3 es considerada una buena televisión
Reinald Besalú, investigador de audiencias, ha centrado su tesis doctoral, que obtuvo sobresaliente cum laude, en la relación con TV3 de los telespectadores catalanohablantes y castellanohablantes. Es Licenciado en Comunicación Audiovisual por la UPF (2005) y licenciado en Sociología por la UB (2010). Actualmente es profesor e investigador en el Departamento de Comunicación de la UPF.
Partiendo de la base de la gran calidad histórica de TV3, pionera en formatos de calidad y muy bien acogida por su Comunidad, Besalú llega a la conclusión que una de sus asignaturas pendientes es reflexionar sobre el interés e identificación que genera entre los catalanes que hablan castellano.
¿Por qué decidió hacer esta tesis doctoral sobre TV3 y los castellanohablantes?
La idea nació cuando realizaba prácticas en el departamento de audiencias de TV3. En nuestros estudios siempre me llamaba la atención que los castellanohablantes tenían un interés muy limitado por la programación de la cadena pública.
Aunque su tesis doctoral se basa en TV3 y en su relación con los castellanoparlantes, es inevitable que en sus dinámicas de grupos se hable del conjunto de cadenas que se ven habitualmente en la Cataluña. ¿Que percepción hay entre los espectadores catalanes sobre las cuatro grandes cadenas?
En términos generales se ve a TVE como una cadena aburrida y anticuada, demasiado seria y demasiado dependiente del poder político, y que además no cumple con lo que se espera de un medio público. Las personas mayores son las que mejor la valoran.
Antena 3, entretenimiento sin violentar al espectador
Los espectadores tienen dificultades para considerar a Antena 3 en su conjunto. Conocen muchos de sus programas pero no tienen una imagen clara de la cadena en sí. Para describirla recurren a menudo al contraste con Telecinco. Muchos de ellos la consideran entretenida, aunque algunos en sentido positivo (en contraposición, sobre todo, al tipo de entretenimiento que hace Telecinco) y otros en sentido negativo (como una cadena que hace programas que no aportan nada).
Telecinco, una cadena muy vista pero relacionada con la telebasura
Telecinco es la peor valorada, se ve como el paradigma de la telebasura y el mal gusto. Sin embargo, se observa que se trata de un discurso políticamente correcto, por lo que cuando se ahonda en las argumentaciones de los espectadores se detecta que es una cadena mucho más vista y conocida de lo que dejan apreciar en un principio. Solo unos pocos espectadores “se atreven” a afirmar que ven la cadena y que les gustan algunos de sus programas.
TV3, calidad y servicio público
TV3 es vista como una televisión de calidad y de servicio público. Sin embargo, los discursos varían bastante entre catalanohablantes y castellanohablantes. Los primeros denotan un conocimiento amplio de la cadena y sus programas y se muestran muy críticos con ella (a pesar de seguir considerándola una buena cadena de televisión). Los segundos tienen un discurso mucho más superficial, vinculándola con la idea de servicio público e información, sin muchas críticas, cosa que es fruto de un bajo conocimiento de la cadena.
Has basado buena parte de tu trabajo en la continuidad de las cadenas, que al final es el envoltorio que engloba la totalidad de contenidos ¿a que conclusiones has llegado sobre la imagen de marca?
La continuidad es sólo uno de los elementos que contribuye a generar imagen de marca, pero me interesaba analizarla porque me permitía contrastar la manera de presentarse de las cadenas con las percepciones de los espectadores.
La continuidad de La1 construye una imagen de cadena elegante y sobria, y establece unas relaciones muy jerárquicas con los espectadores.
En Antena 3 se enfatiza la idea de que la cadena presenta la realidad desde su propio punto de vista, aunque hay algunas incoherencias entre el discurso verbal y el visual.
Telecinco se construye como un mundo autocontenido y al margen de los espectadores, con los que, sin embargo, crea un vínculo muy igualitario y festivo.
Finalmente, TV3 incluye a los espectadores en un “nosotros” (cadena y espectadores son lo mismo), y además aporta un toque propio y muy reconocible en todo.
¿Que diferencias significativas hay entre castellanoparlantes y catalanoparlantes en la relación que tienen con la cadena pública catalana TV3?
La mayoría de los castellanohablantes , aunque no todos, denotan un conocimiento mucho menos profundo de la cadena, que se pone de manifiesto cuando se observa que se refieren a ella con un discurso políticamente correcto, vinculándola con el servicio público y con la información, pero sin mencionar sus programas o presentadores, y hablando de ella sólo cuando se les pregunta directamente.
Además, lingüísticamente construyen unas relaciones con la cadena más distantes e impersonales.
Entre los catalanohablantes sucede lo contrario: hablan espontáneamente y continuamente de TV3, denotan un conocimiento profundo de sus programas y presentadores y la critican sin ambages, aunque siempre afirmando que se trata de una de las mejores cadenas de televisión. Además, en coherencia con la continuidad de la cadena, lingüísticamente estos espectadores a menudo hablan en primera persona del plural al referirse a TV3, enfatizando la idea de comunidad.
¿Ambos grupos se identifican de manera similar con TV3?
En términos generales no. La manera como hablan de la cadena indica que existe una identificación mucho mayor entre los catalanohablantes que entre los castellanohablantes.
Considerando que buena parte de la programación de TV3 se basa en deportes y en ficción seriada, ¿tienen los castellanoparlantes una percepción clara de esta apuesta?
Lo que detecté en mi análisis es que la continuidad de TV3 pone mucho más énfasis en estos géneros (ficción seriada y deportes) de lo que correspondería por su presencia real en la parrilla. En todo caso, los castellanohablantes vinculan TV3 sobre todo con la información y los programas divulgativos, géneros que son mucho menos promocionados por la cadena.
¿Se rompe la lejanía de los castellanoparlantes en relación a TV3 en los programas de humor que emite la cadena?
En algunos casos sí. Observé que, en relación con programas como Polònia o APM?, algunos de los castellanohablantes dejaban aquel discurso superficial y políticamente correcto y denotaban un conocimiento mucho mayor y una actitud más próxima hacia la cadena.
En los dos últimos años han arreciado las críticas a TV3 por el exceso de politización nacionalista tanto en los informativos como en sus programas ¿afecta este posicionamiento a la relación de los castellanoparlantes con la cadena?
No, o al menos no en más medida que entre los catalanohablantes. De hecho, tanto unos como otros consideran que a veces hay un exceso de politización y nacionalismo en la televisión, pero no solo en TV3, sino en todas las cadenas. La poca presencia de espectadores castellanohablantes entre la audiencia de TV3 es un fenómeno que hace muchos años que se produce y que, en mi opinión y por lo que observé, no tiene relación con el momento político que se vive actualmente en Catalunya.
Está cambiando de forma acelerada la forma de ver televisión. Buena parte de los menores de cuarenta años consumen contenidos “a la carta”, sin consultar los horarios de emisión de los programas en las cadenas, o buscan sus contenidos vía IP, o en los canales de pago de internet. ¿Este comportamiento es similar entre castellanoparlantes y catalanoparlantes?
Este no era el objeto de mi estudio y no puedo dar respuestas concluyentes. Mi impresión es que en relación con esto la lengua de habla no tiene mucho que ver, más bien otros factores como pueden ser la edad o el estatus socioeconómico.
Como buen conocedor del mundo de las audiencias televisivas, ¿como crees que están cambiando las redes sociales la forma de ver e interactuar con la televisión?
Por un lado, las redes provocan que se preste menos atención a la televisión porque los espectadores están pendientes de comentar y leer comentarios simultáneamente al visionado. Sin embargo, también pueden suponer un mayor “engagement” o implicación con los programas.
Las redes se convierten también en una herramienta de prescripción: si muchos de tus amigos en Facebook o mucha de la gente a quien sigues en Twitter comenta un programa, es posible que tengas ganas de verlo.
Creo que es mucho menos revolucionario, sin embargo, la manera de interactuar con los programas. La mayoría de los espectadores se limitan a sobreimpresionar comentarios, como se hacía antes con los SMS o las llamadas telefónicas. En todo caso, lo bueno de las redes sociales es que como espectador puedes elegir utilizarlas como una herramienta complementaria al visionado de televisión o no, de modo que si quieres puedes seguir viendo la televisión como antes, como de hecho aún hace mucha gente.
Has dedicado mucho tiempo a reflexionar y a analizar sobre la relación entre la televisión y los espectadores. La acusación de que el espectador de televisión es pasivo, dócil, acrítico, se confirma en tu tesis doctoral?
En mi opinión, no existen personas que siempre adoptan una actitud pasiva hacia la televisión y otras personas que siempre son críticas. Lo más habitual es que todos, en un momento u otro, cambiemos nuestra actitud según nuestro estado de ánimo o el tipo de contenido que consumimos, a pesar de que aspectos como la formación recibida también influyan en que seamos más o menos críticos. Pero me parece evidente que el espectador de televisión no es por definición pasivo y acrítico. La gente tiene mucho que decir de la televisión. Lo que pasa es que de momento es aún un medio muy unidireccional, y esto a veces se confunde con la pasividad del espectador.
El otro día un compañero que ha pasado sus vacaciones en Nueva York me decía que en su apartamento podía sintonizar 1800 canales. Esta oferta televisiva, que acabará llegando, unido al crecimiento exponencial imparable de internet, ¿puede convertir a las actuales cadenas de televisión en irrelevantes o rabiosamente minoritarias?
Creo que todas las sociedades necesitan unos pocos medios de comunicación verdaderamente generalistas y de gran consumo, y que esto seguirá existiendo. Hay grandes acontecimientos televisivos que siguen cosechando grandes audiencias y, en mi opinión, esto seguirá siendo así. Otra cosa es si estos medios serán las cadenas de televisión que conocemos actualmente u otro tipo de servicios, y aquí también cuenta la pericia de las cadenas para saber seguir ofreciendo estos productos. Si no, a lo mejor un día veremos los partidos de la Champions o las finales de Eurovisión por YouTube. En todo caso, creo evidente que estos pocos medios masivos convivirán cada vez más con ofertas dirigidas a satisfacer ciertos públicos con necesidades específicas, como de hecho ya está ocurriendo. Pero, en mi opinión, unos no anulan a los otros.