Si la operación, que ha sido rechazada enérgicamente por el Presidente de Disney prospera, Comcast se convertiría en la mayor compañía de medios de comunicación y ocio del mundo e incluiría además la cadena de televisión ABC, la de deportes ESPN, los parques temáticos y la red de clientes de Comcast, que cuenta con más de 21 millones de abonados. La propuesta de Comcast ofrece un intercambio accionarial por el que se canjearían 0,78 acciones de la operadora de cable por cada una de Disney, lo que reprenta una prima del 10% sobre los precios de cierre en bolsa del gigante de la animación. En total valoraría los estudios en 51.000 millones (66.000 millones de dólares). “Es una oportunidad única para que los accionistas de Comcast y de Disney creen un gigante del mundo del ocio”, ha asegurado el director general de la compañía de cable, Brian Roberts, citado en un comunicado.
En la carta enviada por Brian Roberts, Director General de Comcast a Michael Eisner, actual presidente de Disney, ofrece canjear las acciones de la operadora de cable a un precio ventajoso y asumir la deuda de casi 12.000 millones de dólares de la compañía además de una prima a los accionistas de Disney de 5.000 millones de dólares adicionales. Eisner se ha negado rotundamente a negociar y Roberts ya ha advertido de que “hará directamente una oferta pública”, que los analistas aseguran irá acompañada de una mejora en las condiciones económicas. Disney, un imperio en crisis Los estudios Disney no están pasando por su mejor momento. Acaban de romper su colaboración con Pixar, compañía pionera en animación por ordenador y responsable de películas como Toy Story o Buscando a Nemo. En los últimos meses han decidido clausurar sus estudios de animación en Florida, Tokio y París, además de ejecutar una drástica reducción de plantilla en su sede principal en Burbank (California). Estos cierres se unen a las protestas expresadas por Roy Disney, sobrino del creador de los estudios y el único miembro de la familia que quedaba en la junta de la compañía. Roy Disney presentó su dimisión a finales del año pasado y se ha quejado en varias ocasiones al actual presidente, Michael Eisner, por su mala gestión.