Antena 3 estrena el próximo lunes 14 de septiembre su nueva serie diaria “Somos cómplices”, producida por Linze TV (Grupo Endemol), tal y como anuncia ya la cadena sin especificar todavía su horario de emisión.
La ficción es una adaptación de la serie del mismo nombre emitida con gran éxito en la TV Nacional Chilena, que ha supuesto un fenómeno mundial al extenderse en más de 30 países de los cinco continentes.
La cadena define “Somos cómplices” como una “pícara comedia salpicada de enredos, ambiciones y embrollos” sobre la que se cruzará otro elemento distorsionador, el amor.
Cuenta entre sus actores protagonistas con Cristina Peña, Martijn Kuiper, María Luisa Merlo, Aleix Albareda, Xisco Segura y Bruno Squarcia y destaca la participación estelar de Larry Hagman, quien dio vida al mítico JR en “Dallas”.
Larry Hagman: “Me sigo considerando un sex-symbol”
Larry Hagman, el mítico JR de “Dallas”, interpretará en “Somos cómplices” a Richard Slater, un rico productor agropecuario de Estados Unidos con una moral dudosa, capaz de ocultarle a su hijo Harvey, interpretado por Martijn Kuiper, durante toda la vida su verdadera identidad.
Coincidiendo con el inminente estreno de “Somos cómplices” en la tarde de Antena 3, Hagman ha concedido esta entrevista a la cadena.
¿Cómo es su personaje en ‘Somos cómplices’?
Richard Slater es un rico empresario que decide contarle a su hijo que, en realidad, es adoptado y que su verdadera familia está en España.
En la serie habla algo de castellano, ¿qué tal se le da?
Fatal (risas). En el colegio estudié dos años de castellano, pero por desgracia aprendí muy poco. Tengo una hija que lo habla muy bien, el resto de mi familia también, pero lamentablemente yo no. Lo que sí te digo es que en el bachillerato, cuando di clase de Castellano, tuve una profesora que se enamoró de mí y me aprobó (risas).
¿Le gusta trabajar en una serie española?
Claro que sí, ahora sólo me falta aprender castellano y me lanzaré definitivamente, el problema es que dentro de unos días cumplo 78 años y me queda poco tiempo para dominar el idioma (risas).
¿Por qué aceptó trabajar en ‘Somos cómplices’?
¿Qué por qué acepté el proyecto? Pues está claro, por dinero (risas). La mitad de los actores de Hollywood están en paro, esta era una buena oportunidad para trabajar.
¿Ha encontrado diferencias entre trabajar en Estados Unidos y España?
No, es muy parecido, lo que sí es cierto es que tanto allí como aquí lo que necesitamos son equipos de cientos de personas, es impresionante los grupos de gente que necesitamos para hacer una serie de este tipo.
Lo que me ha encantado de España ha sido el ambiente que había entre el equipo, desde los actores a los técnicos, todos, era un espíritu positivo, de simpatía de alegría conjunta y eso me ha parecido muy destacable. Y encima me trataron muy bien.
¿Había estado alguna vez en España?
Pasé mi luna de miel en España, en 1953 en la Costa Brava.
¿Se quedaría a vivir en España?
El otro día visité la Plaza Mayor de Madrid de noche y ahí sí, en uno de los pisos que hay por allí sí que me quedaría a vivir. Cada mañana que te levantas ves un espectáculo en ella.
¿Le siguen recordando el papel de JR en ‘Dallas’?
Me encanta que me llamen JR, soy JR y seguramente todas y todos tenemos un JR en nuestras vidas, su primo, su hermano, su tío... Es un personaje que se ha convertido en una especie de hito mundial. Me encanta ser JR (risas).
¿Hubo un desgaste de JR tras tantos años de emisión de ‘Dallas’?
Claro que este elemento existe, pero depende de la persona, pero el hecho particular de ‘Dallas’ es que esa serie fue un especie de evento mundial tan conocido que es muy difícil salir del marco, pero depende de la persona. Antes sólo había tres canales y ahora hay muchos más, internet, blogs... la competencia es múltiple y en diferentes esferas.
Richard Slater es muy parecido a JR ¿alguien disparará a Richard como le pasó a su personaje en ‘Dallas’?
Espero que sí, pero que no lo maten, con un balazo vale (risas). Lo que sí te digo es que cuando le dieron el balazo a JR el resultado, en audiencia, fue formidable, que sepamos, ese capítulo fue visto por más de cuatrocientos millones de espectadores en todo el mundo y en ese tiempo.
¿Le gusta hacer de malo?
Los personajes que me tocan son los que son, pero como actor te digo que el personaje malo es mucho más interesante que el bueno. Tienen mucha más riqueza y enjundia que el bueno.
¿Es cierto que los actores de ‘Dallas’ se siguen reuniendo para hacer barbacoas?
Por supuesto, yo me voy a pescar muchas veces con Patrick Duffy y mi mujer actual llama ‘esposa’ a Linda Gray, Sue Ellen en la serie. Cada una se llama a la otra ‘esposa’. Mantenemos el contacto.
¿Tiene muchos caprichos cuando trabaja en una serie o una película?
Por supuesto que sí, pero no te voy a decir lo que pido, es un secreto (risas).
Fue un sex-symbol en su momento ¿sigue considerándose atractivo para el público femenino?
Sin la menor duda (risas), eso es lo que pienso, lo malo es que mi mujer no me ve como un sex-symbol (risas).
¿Ha cambiado mucho la televisión en estos años?, ¿qué suele ver?
Ha cambiado en que antes en Estados Unidos sólo había tres canales, pero ahora hay más de doscientos, son demasiados. El dinero es, precisamente, la única razón porque la que se explica el boom creativo de la ficción en televisión. No enciendo mucho la televisión y solo veo las noticias y deportes.
En su vida personal, ¿ante quién se quitaría el sombrero?
Ante cualquiera, respeto a todo el mundo. Como tenemos que respetar a todo el mundo, incluidos nuestros hermanos, yo voy más allá y digo que todos somos hermanos y tenemos que respetarnos mutuamente.
Ha trabajado en cine, teatro, televisión ¿qué proyectos tiene ahora?
Yo, como actor, me gustaría tener el papel de Dios, un dios que ama a todos porque nadie ha hecho nunca este papel. Morgan Freeman hizo un papel parecido en ‘Como Dios’, pero a mí me gustaría hacer de su jefe (risas).
¿De dónde le nace la pasión por la ecología?
Como elemento principal tenemos que ver el entorno en el que nos movemos y en el que vivimos, dependemos de la energía, de la electricidad.
En 2003, hubo un parón en la aportación energética de la costa este de Estados Unidos donde 50 millones de personas se quedaron sin energía, no solamente para encender o apagar la luz, sino también las bombas que surten de gasolina y combustible a todas las fábricas. Todo eso se paró con resultados inimaginables.
El parón energético duró cuatro días, pero si hubiera sido semana y media habríamos llegado a miles de muertos, aparte de todas las complicaciones que podemos imaginar. Se consume más de lo que se descubre, en un par de decenios la vida que conocemos podría desaparecer. Antes. J.R. era el dueño del mundo del petróleo, hoy, es el dueño del mundo de las algas (risas).