La mayoría de demandas y querellas de programas de corazón se acumulan en un juzgado de primera instancia de Alcobendas (Madrid), donde una de las magistradas ha terminado por tirar la toalla.
“Lo dejo, no puedo más”, ha dicho esta juez que prefiere mantener el anonimato, harta de tener que abordar una pila de querellas, denuncias y demandas procedentes de platós de televisión, según un artículo de El Correo que les resumimos a continuación.
Abandonó hace unos meses
La magistrada de este juzgado de primera instancia de Alcobendas, localidad del norte de Madrid de más de 100.000 habitantes, dijo basta e hizo las maletas hace unos meses. Pese a sus años de experiencia reflejados en el escalafón judicial, lo que le hubiera permitido elegir un destino al gusto, prefirió amarrar la primera plaza que saliera a concurso. Dejaba atrás una espiral laboral que no auguraba nada bueno para su salud.
Desde hace varios años, ella y sus ocho compañeros de los juzgados de instrucción y primera instancia de Alcobendas, tramitan procesos civiles y penales de todo tipo (robos, hurtos, faltas, accidentes, asesinatos), pero también los procedentes de fenómenos televisivos, que están colapsando los órganos judiciales.
La “judicialiazación de los programas de corazón”
En su opinión, se trata de la “judicialización de la telebasura”. Esto es, utilizar y poner en marcha todo el engranaje judicial para la obtención de unos beneficios propios y ajenos que se apartan del derecho constitucional a la tutela judicial efectiva. Dicho en llano, se trata de usar los tribunales con fines espurios. Unas veces por exigencias del guión y otras para seguir acudiendo a los platós y que hablen de uno.
Los programas que han movido más demandas en últimos años: 'Sálvame', 'Sálvame deluxe', 'La noria', 'Enemigos íntimos', 'Aquí hay tomate' y 'Dónde estás corazón', de Antena 3. Los cuatro últimos ya no están en parrilla.
Tiempo y dinero
En estos juzgados madrileños entran a diario querellas y denuncias por injurias o calumnias o demandas por vulnerar el derecho al honor o la intimidad. Las primeras se resuelven por la vía penal y llevan aparejadas un coste medio de unos 1.300 euros con cargo a la administración de Justicia, según un reciente estudio elaborado por un grupo de magistrados.
Los jueces, “rehenes de los higadillos de los programas de corazón”
Y es que el mero hecho de querellarse porque un tertuliano le insultó o amenazó y otro mintió sobre la penúltima infidelidad moviliza todo el aparataje judicial: jueces, fiscales, funcionarios, abogados y procuradores. Absorbe tiempo y dinero. Retrasa trabajo y genera una distorsión del propio juzgado por la carga mediática de los asuntos. En conclusión, “convierte a los jueces en rehenes de los higadillos de la telebasura”, denuncian los magistrados de Alcobendas.
Proponene fomentar el arbitraje o la mediación
La única salida es fomentar el arbitraje o la mediación para que estos temas no lleguen a los tribunales. Para ello se requiere una reforma legal que regule estos mecanismos y ponga veto al uso espurio de la Justicia.
El aumento de tasas judiciales podría frenar esta tendencia
Algunos piensan que el incremento de las tasas judiciales que ha aprobado el ministro Alberto Ruiz Gallardón podría contener esta avalancha, cuyos efectos ya se sienten en el Tribunal Supremo, la última instancia judicial. Un ejemplo. La Sala de lo Civil resuelve más demandas contra el honor en medios de comunicación que conflictos testamentarios, mercantiles o de familia. Sólo en 2010 admitió 85 recursos, el 13% del total, y su tramitación oscila entre los 12 y los 18 meses.
De esa sala han salido mediáticas condenas y cuantiosas indemnizaciones de cientos de miles de euros que han hecho estragos a los denunciados.