Évole reabre el debate sobre la eutanasia con Carlos: 'Quiero morir'
Tras arrancar con éxito su nueva temporada en 'Salvados' la semana pasada gracias al documental 'Astral' sobre los refugiados, Jordi Évole fomentó anoche el debate sobre la eutanasia en España con su entrega titulada 'La buena muerte'.
Con la misma premisa que centra esta temporada del 'Tabú' de Jon Sistiaga en el canal #0 de Movistar+, el programa de laSexta se propuso conocer cómo se muere en España y hasta qué punto podemos elegir sobre el momento de nuestra despedida.
Para ello contó con el ejemplo de Carlos, un enfermo terminal de ELA que ya ha fallecido, y que antes de expirar demandó el derecho a morir a través de la eutanasia, porque lo suyo es “una muerte en vida”. Una decisión que incluso apoya su familia, pero que no puede llevar a cabo por la legislación española, como recoge la web de laSexta.
“En cuanto a la muerte, un perro tiene más derechos que yo”
Por ello, Carlos reivindica su derecho a elegir cómo morir, a poder hacerlo con dignidad, y se queja de que “los políticos me quitan la libertad” al imponer esas medidas prohibitivas “por miedo”.
El entrevistado reconoció que vive en una situación de “dependencia brutal”, y que ya ha hecho testamento vital y renunciado a toda ayuda externa. Pide morir digna y legalmente, confesando que “lo primero que pensé fue cómo acabar con esto. Miré las formas de suicidio”.
Quejándose por que “en cuanto a la muerte, un perro tiene más derechos que yo”, Carlos repitió su única idea: “Quiero morir cuándo y cómo quiera. Si en España existiera la eutanasia, la pediría”.
Opiniones médicas en contra y a favor de la eutanasia
'Salvados' contó con distintas opiniones médicas, tanto a favor como en contra de la eutanasia. La primera fue la de Marcos Ariel Hourmann, el primer doctor sentenciado en España por ayudar a morir a una paciente.
Él defendió que “cumplí con mi deber de ser humano antes que de médico”, explicando que “era lo que debía hacer” porque la paciente “no soportaba más el dolor ni ver sufrir a su hija”.
Tras su condena, se mantiene firme y lanza una pregunta al aire: “¿Quiénes somos nosotros para determinar si la persona debe mantener el dolor aunque no quiera?”, opinando que “no hay que sufrir más de lo necesario ante una situación médica irreversible”.
“Matar a un ser humano por orden del Estado es la mayor indecencia”
También desde el mundo de la medicina, pero en contra de la eutanasia, se manifestó el doctor especializado en cuidados paliativos Marcos Gómez. Él dejó claro que “gestionar la muerte va en contra de los principios éticos de la Medicina”, por lo que desde su punto de vista “matar a un ser humano por orden del Estado es la mayor indecencia que se puede contemplar”.
El doctor también aportó una cifra significativa para contextualizar este debate, explicando que “en más de 25.000 pacientes terminales no ha habido más que tres o cuatro demandas de eutanasia”, lo que lo convierte en una demanda “absolutamente anecdótica”.
No apoyar la eutanasia no quiere decir que el doctor Marcos Gómez deje sufrir a sus pacientes. Todo lo contrario, ya que cuenta que “con una sedación paliativa el objetivo no es acabar con la vida del enfermo, sino con el sufrimiento”. Por eso, cuenta que “con unos buenos paliativos, la 'buena muerte' no sería necesaria”.
El problema que él mismo reconoce es que “las autoridades sanitarias no tienen excesivo interés por los cuidados paliativos”, calificando como “una vergüenza” la situación de los cuidados paliativos en nuestro país, ya que ocupa en Europa el 14º puesto.
La legislación fuera de España, y la 'alternativa' en nuestro país
'Salvados' también se desplazó a Holanda, el país más avanzado en cuanto a legislación de la eutanasia, que desde el año 2002 la recoge en su ley. Allí habló con Erik Van Wijlick, del Real Colegio de Médicos, que explicó a Évole que “todo el mundo tiene derecho a morir y acabará muriendo al final. La cuestión es cuándo y cómo”. Holanda debate ahora ampliar esa ley para permitir elegir su muerte a personas mayores que no quieran seguir viviendo.
En España, la única alternativa similar es la que presenta la asociación 'Derecho a Morir Dignamente', cuyo presidente Fernando Marín explicó a Évole que su método “se parece a la eutanasia, pero es legal porque no provoca la muerte directa”.
Marín también destapó la hipocresía que hay a este respecto, reconociendo que “los médicos realizan en España eutanasias pero no lo dicen para evitar el castigo penal”, y explicando que realizar un suicidio asistido implica un castigo penal de tres años de cárcel mientras una eutanasia son de seis meses a un año.