Cómo fabricar un formato de éxito en televisión sin morir en el intento
A menudo, detrás de todo buen programa de televisión, hay un formato que ha sido lanzado previamente en cadenas de televisión de Estados Unidos, el Reino Unido o los Países Bajos (entre los de más éxito), que son los territorios que más creación original han dado al mundo.
Habitualmente, una cadena o una productora con un buen departamento internacional detecta estos éxitos, los propone a los programadores, y deciden que replicarlos puede ser una vía rápida de acceso a los primeros puestos de audiencias.
La consultora The Witt publicó, con motivo de una nueva edición del Mipformats, un buen documento bautizado como 'The definitive guide: How to create a hit format en ten lessons'.
Vertele les contará, en varias entregas, unas claves que serán útiles para todo profesional de la televisión.
Primer dilema: ¿imitar o comprar un formato?
Existen dos maneras de replicar un programa de éxito a una parrilla nacional: o copiarlo (imitarlo) o comprar los derechos de formato.
En el primer caso, cuando se decide hacer un copycat, a menudo se toma una idea central, se mezcla con otros elementos y ahí nace un formato nuevo que se llama de otra manera, con lo que incluso de puede alardear de haber inventado algo.
Ésta es una práctica habitual en televisión con la excusa de que hay barreras culturales, adaptaciones a la idiosincracia de un territorio o una lengua, que impide un traslado literal de un programa de televisión de un país a otro.
“Copiar” un programa es una actuación de riesgo, por distintas razones. Por una parte, porque te puedes inspirar en algo que ya existe, pero sin tener en cuenta ingredientes secretos del éxito que hacen que un formato funcione. En este caso es evidente que el creador y/o propietario de la idea no te va a ayudar ni te dará ningún consejo ni pista para que te vaya bien.
Por otra, porque copiar un programa original, protegido por derechos de autor, te puede llevar a los tribunales, aunque a veces sea complicado demostrar, según el país, la legislación nacional y el talante de los jueces, que el programa es un plagio.
Normalmente es posible “copiar” el plató, la escenografía e incluso una cierta narrativa, pero no se podrá usar el nombre del programa, ni tampoco contar con los presentadores nativos o los personajes con los que cuenta la versión original, que deberán ser necesariamente locales.
A veces, sin embargo, una “copia” da alegrías porque tiene más éxito que la idea original. La historia de la televisión está llena de sorpresas. Por ejemplo, 'Tú sí que vales', inspirado en 'Got Talent', tuvo más éxito proporcionalmente en Telecinco del que tuvo el formato adaptado 'Tienes Talento' en Cuatro. Eso sí, 'Got Talent' (la última versión oficial de Telecinco) ha superado el éxito de su predecesor.
Otro ejemplo de que a veces una “inspiración” puede funcionar igual o mejor que el formato original es el programa 'Little Big Shots', inspirado en 'Pequeños Gigantes', que se emite con éxito actualmente en la TV americana, y cuyos derechos ha comprado Telecinco.
¿Qué es en realidad un “formato” cuando hablamos de TV?
La mejor solución, la más justa y decente, siempre, para un productor o una cadena de televisión es comprar los “derechos de formato”, que permite adaptar y explotar un determinado programa de éxito internacional en el mercado local.
¿Qué incluye la compra de un formato?
En realidad no siempre se compra un paquete uniforme de prestaciones.
Se puede adquirir simplemente el derecho a usar una “fórmula” que debe ser respetada y cambiada solo en circunstancias excepcionales. O, para incrementar el valor de lo que se vende, el vendedor incluye muchas más cosas: desde todos los detalles del montaje y desarrollo del programa, y un servicio de asesoramiento y consultoría para garantizar una adaptación fidedigna con éxito en otro país.
Comprar un “formato” no consiste solo en hacerte con una idea excepcional, que ha funcionado en otras cadenas de televisión, sino que adquieres una “fórmula” que facilita acercarte a la posibilidad de un éxito, con riesgos mínimos, ahorrando tiempo y dinero en experimentos, aunque no es tampoco una garantía absoluta que evita un fracaso.
¿Qué elementos comparten los formatos televisivos de éxito?
The Witt identifica algunas claves que comparten todos los formatos televisivos de éxito:
- Un nombre poderoso, simple, claro y explícito, fácil de entender y recordar
- Una identidad visual y auditiva fácil de reconocer, incluyendo logo, plató y música, con lo que los espectadores saben inmediatamente qué van a ver
- La posibilidad de mejorar tu vida. Buena parte de los formatos de éxito son concursos o juegos, que son una apuesta vital para los concursantes, y una experiencia emocionante para los espectadores.
- Una construcción dramática que genera suspense, emoción y continuidad
- Son innovadores. Aportan algo diferente a lo que ya existe en televisión. Una propuesta original y única
- Forman parte de una tendencia de futuro. Un formato de éxito es un género seguido por los espectadores de la televisión actual.
Los 5 principales ingredientes para fabricar un formato potente
¿Qué ingredientes encontramos siempre en los formatos potentes de última generación?
1. Solucionan defectos de programas similares anteriores
El gran éxito de '¿Quién quiere ser millonario?' radica en en que los programas anteriores de preguntas y respuestas requerían una preparación cultural excepcional por parte de los concursantes, lo cual dificultaba que los espectadores en casa jugaran con satisfacción, y facilitaba que se desmoralizaran y abandonaran el visionado del concurso porqueles parecía demasiado exigente. También provocaba reticencias en los potenciales concursantes, que solo se atrevían a proponer sus candidaturas si era gente muy preparada.
El 'Millonario' aportó dos innovaciones que solucionaban este problema: el programa empieza con preguntas muy sencillas, va creciendo en dificultad y se refiere a temas variados, con lo que si no se sabe una pregunta específica se puede responder a otra.
Ahora, en 2016, esta dinámica ya es habitual en los concursos de preguntas y respuestas, pero este planteamiento resultó una novedad radical cuando se estrenó 'QQSM'.
2. Aplican una fórmula de éxito que ya ha funcionado anteriormente
En este apartado The Witt se centra en 'Masterchef', señalando que toma prestada la fórmula de los programas de talento musicales que han demostrado su eficacia y su éxito en audiencia.
Antes, los concursos de cocina estaban limitado a un pequeño número de participantes, y centraban su contenido especialmente en las recetas.
La innovación de 'Masterchef' consiste en castings masivos, y en un jurado exigente e incluso desagradable en sus comentarios y selecciones de concursantes.
En realidad, 'Masterchef' adopta las convenciones y las fórmulas de los programas de canciones al uso, con los que que el público internacional está perfectamente familiarizado con la mecánica desde el primer momento, la entiende y le permite seguir el show. Es algo reconocible, familiar, con lo que ya hay un ingrediente de éxito que favorece buenas audiencias.
3. Tiene en cuenta los sueños y anhelos sociales
Otro elemento de éxito de 'Masterchef' radica en que ha sabido interpretar las tendencias sociales, los sueños colectivos. Si antes mucha gente quería conseguir la fama explotando sus habilidades musicales y quería ser cantante, ahora, un sueño colectivo más maduro es que mucha gente quiere triunfar en los fogones, convertirse en chef o tener un restaurante. Los cocineros mediáticos y las estrellas Michelin han puesto a la cocina en el centro de una tendencia social rabiosa.
4. Pueden intentar demostrar su talento incluso los que no lo tienen: Una paradoja
Sigamos. The Witt identifica otro punto interesante en la creación de formatos de éxito. La existencia de una democracia del éxito. 'Got Talent' es un talent show abierto incluso a los que no tienen talento. Sean cuáles sean los origines, la posición social, la formación e incluso las habilidades particulares que posean, cualquiera puede intentar tener sus quince minutos de fama en televisión, sea gordo o flaco, alto o bajo, bello o feo. Haga lo que haga: cantar, bailar, silbar, contar chistes.
La parte “freaky” o la parte “fea” se convierte en un elemento de atracción para los espectadores, que se entretienen incluso viendo a alguien hacer el ridículo o que convierte su fealdad en un espectáculo
5. Invierten los principios de otros programas de éxito anteriores
Los concursos de canciones empezaron su camino con castings estrictos en los que la belleza, la apariencia física, eran elementos importantes.
Cuando se estrena 'The Voice', se rompe la norma. No es necesario que los concursantes sean admirados por su cara preciosa o el cuerpo atlético que poseen. Lo único importante es la voz.
El público británico estaba impresionado cuando Susan Boyle ganó una de las temporadas más seguidas de 'Britain's Got Talent' exclusivamente porque tenía una voz prodigiosa, que le permitió saltar a la fama sin paliativos, aunque tuviera un aspecto físico que provocó muchas burlas y comentarios.
'The Voice' también innovó incorporando celebrities a su jurado, posiblemente inspirado en lo que ya había hecho anteriormente 'The X Factor'.
En próximas entrega profundizaremos en el documento de The Witt.