Una concursante del “Gran Hermano” australiano no será informada de la muerte de su padre porque él no quería interrumpir su carrera hacia el estrellato televisivo, según dijo el jueves el novio de la joven, informa Reuters.
Raymond Cornell, de 53 años, fue enterrado el lunes tras morir de un cáncer. Pero Cornell pidió que su hija Emma, de 24 años, no recibiera la noticia de su muerte hasta que abandonara la casa de “Big Brother”, en el estado de Queensland, como triunfadora o expulsada.
“Su padre no quería turbarla o hacerle sentir que tenía que abandonar la casa para ir a su entierro. No quería arruinarle esta experiencia”, dijo el novio de Emma, Tim Stanton, al periódico australiano Daily Telegraph. Cornell y su hija, originarios de Sydney, estuvieron enfadados varios años pero recientemente recuperaron el contacto a través de los mensajes de texto del móvil.
El psicólogo Chris Hall, de un centro australiano dedicado al duelo, criticó a los productores del programa y dijo que tenían que haberle dicho que su padre había muerto para que ella decidiera libremente. “He trabajado con montones de dolientes, y nunca he oído a nadie quejándose de que les hubieran dicho demasiado”, dijo Hall al periódico The Age.
“¿Le darán la noticia en directo, por la audiencia?”, dijo el director de la organización caritativa World Vision, Tim Costello. “Ella sólo tiene un padre y sufrirá pena y posiblemente resentimiento el resto de su vida”, añadió. Los productores de “Gran Hermano” dijeron que no reconsiderarían su decisión porque “era el deseo de la familia” que Emma no conociera la noticia.