“Gran Hermano” inicia este domingo una nueva temporada en Telecinco y Mercedes Milá ha charlado con la web de la cadena para comenta cómo afronta el reto.
La presentadora afirma que sueña “con un GH innovador, audaz, austero, lleno de risas y emociones”, y avisa que los reproches a esta nueva era ya “no funcionan”.
Después de que el reality haya cumplido diez ediciones, Milá cree que el principal secreto del éxito del programa es “un equipo sólido y entregado” en Zeppelin que ronda las 500 personas.
“Me parece imprescindible ver las 24 horas la casa en directo”
A la nueva edición, la periodista le pide “potencia, historias que nos atrapen y concursantes entregados a vivir una aventura que no olvidarán jamás”.
La experiencia de Milá se basa en “atrapar la atención de los que te están viendo, justificar tu sueldo con un férreo control del plató e improvisar en medio de la máquina mejor engrasada y del guión más perfecto.”
“Sólo improvisas si conoces todo a fondo y, por eso, me ha parecido siempre imprescindible dejarme la vista en la pantalla atenta a las 24 horas de la casa en directo”.
“Cuando son expulsados tienen que sentir cariño y atención”
Una de las principales críticas que se le realizan a la presentadora, sobre todo por parte de algunos de los concursantes expulsados de la casa, es la supuesta extrema dureza de sus entrevistas y sus preguntas.
Al respecto, Mercedes afirma que “de la dureza suele salir lo mejor de un concursante, porque no olvidemos que son personas preparadas para aguantar mucho. Los castings no se hacen en vano, dan la oportunidad de escoger a las personas mejor preparadas para aguantar esta experiencia”.
Pero la conductora de “Gran Hermano” también sabe cuándo hacer o no hacer las preguntas. Para ella, “cuando salen de la casa están en carne viva. Llegan desorientados y hay que darles sitio.”
“Tus ojos son su sujeción y tienen que sentir que les miras con cariño y atención. Una vez que se centran, puedes formular las preguntas que debes hacer y que ellos saben que no serán fáciles”.