'Un tiempo nuevo' comenzó su nueva etapa en Cuatro el pasado sábado 22, y lo hizo tratando de dejar claras sus señas de identidad: con el color rojo como distintivo, el espacio presentado por Silvia Intxaurrondo se caracterizó por reportajes y debates de actualidad alejados del esquema de 'laSexta Noche' y del de su anterior vida en Telecinco.
La respuesta en la red fue positiva en líneas generales. Se benefició, por ejemplo, una imagen de marca más cohesionada y definida que la que tuvo el programa en Telecinco: todas las presentes en el espacio, con Intxaurrondo a la cabeza, aparecieron vestidas de color rojo, en línea con el grafismo y plató.
“Me encanta el aplomo, la imagen y la credibilidad de Silvia Intxaurrondo”
Por otro lado, fueron especialmente aplaudidas la labor de la presentadora, a la que se destacó por su mesura como moderadora y por su credibilidad a la hora de transmitir informaciones; y la de Marta Nebot, cuya exclusiva de Manuela Carmena también recibió no pocos comentarios: la actual alcaldesa de Madrid permitió a las cámaras de 'Un tiempo nuevo' conocer el interior del Ayuntamiento de Madrid. Allí se pudo ver cómo trabaja la mandataria madrileña, y también algunos de los excesos que emprendieron en el edificio sus antecesores en el puesto.
Intxaurrondo demostró las cualidades destacadas por el público, y también una sensación de cercanía y respeto por los invitados. Se hizo evidente en una de las anécdotas de la noche, ya entrado el espacio en su recta final. La periodista entrevistó al padre de un joven fallecido en una fiesta ilegal. El invitado se emocionó al recordarlo, y fruto del nerviosismo hasta tiró accidentalmente su vaso de agua al suelo. Intxaurrondo ayudó a recomponerse al entrevistado, cogiéndole de la mano y tranquilizándole sin aspavientos. Luego, este pudo continuar su relato y participar en el debate sobre estas raves tratadas.
Sobre el crimen de Cuenca: “Quiero pensar que ha sido un comentario desafortunado”
En el apartado más negativo, destacó la tertulia en torno al asesinato de las dos mujeres de Cuenca, presuntamente a manos del exnovio de una de las dos, Sergio Morate. Ciertos comentarios realizados por los colaboradores resultaron cuando menos “desafortunados”: se calificó de “imprudencia” la visita que Marina hizo al domicilio de su expareja a recoger sus pertenencias.