El consejero delegado de Telecinco, Paolo Vasile, admitió hoy que el concurso Hotel Glam, uno de los buques-insignia de la programación de la cadena esta temporada, se “escapó de las manos” en su desarrollo por culpa de un error en la elección de los participantes. No obstante, aseguró que “no ha habido mala fe” por parte de nadie y que el resultado final de este reality no ha sido a propósito, “porque no es garantía de éxito hacer un programa inmoral”. En un encuentro informativo esta mañana, Paolo Vasile explicó que el formato de Hotel Glam responde al de un Gran Hermano VIP, pero el problema fue que, para un concurso de tan larga duración, no se podía contar con participantes verdaderamente VIP, y se seleccionó a unos “conocidos” sin tener en cuenta que el resultado podía ser “muy fuerte”. Vasile equiparó el desenvolvimiento del concurso con el de “cuatro pit-bulls metidos en una jaula”, y aseguró que cuando se dieron cuenta llamaron a la productora, Gestmusic, para “sacar la tarjeta amarilla”, semanas antes incluso de las palabras del presidente del Gobierno, José María Aznar, contra la telebasura y responsabilizando de ella a los empresarios de las televisiones.
“Somos conscientes de que la responsabilidad y la culpa es nuestra” declaró Vasile, quien remarcó que será difífil volver a programar Hotel Glam e imposible con los mismos contenidos. Aunque declinó responder a los comentarios del presidente del Gobierno, Vasile afirmó que Hotel Glam ha dado la “oportunidad” para hacer una crítica al conjunto de la televisión con un interés último de controlar el mundo de la comunicación. En este sentido, se mostró firme partidario de volver a intentar un acuerdo de autorregulación entre todas las televisiones con voluntad real de cumplimiento por todas las cadenas para establecer límites en los contenidos, en especial para la protección de los menores en horario de tarde. Antena 3 funcionará ahora como TV privada Por otra parte, el consejero delegado de Telecinco se refirió al cambio de accionistas en Antena 3, y afirmó que la cadena competidora funcionaba hasta ahora como una televisión pública y de ahí sus problemas de gestión y dimensión. Asi, afirmó que Telefónica actuaba en Antena 3 como un “factor de distorsión” ya que se trata de una empresa con una fuerte influencia pública a través de la golden-share del Estado o la política de tarifas. En su opinión, una vez fuera Telefónica, los accionistas son ya sólo empresas privadas cuyo único objetivo es obtener rentabilidad de la compañía. Sobre la competencia con Telecinco, Vasile dijo que la situación nueva será la normal en un sector en competencia como el que quiere desenvolverse Telecinco. “Lo que no es normal es un elemento de distorsión del mercado como el que tenía Antena 3. Espero que Antena 3 mejore, pero espero que lo haga a costa de TVE y de las Autonómicas”, afirmó. Sobre posibles ofertas de Antena 3 a profesionales de Telecinco, Vasile respondió en relación a María Teresa Campos, a quien le resta aún un año de contrato, que “sabe que ésta es su casa y puede quedarse mientras quiera. Lo que ha hecho por Telecinco es tanto que la gratitud de Telecinco la tendrá siempre”, dijo Vasile quien garantizó a profesionales como ella o el propio Javier Sardá que seguirán haciendo el producto televisivo que quieran hacer. Críticas al PSOE por sus enmiendas a la ley de Telecos Por otra parte, el consejero delegado de Telecinco criticó al PSOE por presentar en el Senado una enmienda a la ley de Telecomunicaciones que pretende restituir el límite accionarial en las televisiones al 49 por ciento (en telecinco Mediaset tiene el 52). Vasile se refirió a la iniciativa como propia de “aficionados, sin criterio, y que puede decirla un niño”, porque el sector lo que necesita es la supresión de los límites que se mantienen y no la restitución de los antiguos.
Sobre la frustrada Ley del Audiopivsual, el consejero delegado de Telecinco dijo que, sin haber tocado la televisión pública, hace bien el Gobierno en no poner parches que no arreglarán nada, en relación a la renuncia del PP a introducir enmiendas al respecto en la Ley de Telecomunicaciones. Sin embargo, emplazó al nuevo gobierno que salga de las Elecciones de 2004 a afrontar los problemas del sector en el plazo de seis meses empezando ineludiblemente por la reforma de la televisión pública y de su financiación.