El Ministerio de Sanidad y Consumo exigió hoy a los comerciantes que incluyan advertencias sobre los televisores no adaptados a la emisión digital, ya que estos aparatos analógicos no servirán a partir del 3 de abril de 2010, a no ser que se compre un decodificador.
En un comunicado, este organismo recuerda que el vendedor que incumpla esta advertencia incurrirá en una infracción en materia de consumo, al constituir una “omisión engañosa” sobre las instrucciones y advertencias necesarias para su correcto uso en un futuro “próximo y predecible”.
Según un informe elaborado por este ministerio, en este caso, el consumidor podrá ejercer su derecho a la garantía y podría darse lugar a la correspondiente sanción administrativa.
La elaboración de este informe responde a prácticas detectadas en las que algunos comerciantes que venden televisores analógicos a bajo coste no informan de que, a partir de la fecha señalada, todas las emisiones de televisión terrestre que se presten serán con tecnología digital y, por lo tanto, imposibles de captar por un receptor analógico.
La compra de un televisor no adaptado para la emisión de la televisión digital terrestre implicaría no sólo un nuevo desembolso para el consumidor, que se vería obligado a adquirir en el futuro un decodificador, sino disponer de dos aparatos en lugar de uno.
Información “veraz y eficaz”
El informe señala que la legislación vigente establece que todos los bienes y servicios puestos a disposición de los consumidores y usuarios deberán permitir de forma “clara y comprensible” información veraz, eficaz y suficiente sobre sus características esenciales. Además, destaca que, de manera específica, debe informar sobre la naturaleza del producto, su composición y finalidad“, así como de las ”instrucciones o indicaciones para su correcto uso o consumo, advertencias y riesgos previsibles“.
Asimismo, según la actual normativa de consumo, “la oferta, promoción y publicidad falsa o engañosa de los bienes y servicios será perseguida y sancionada como fraude”. En este sentido, recuerda que “cualquier situación que induzca a engaño o confusión o que impida reconocer la verdadera naturaleza del bien o servicio”, será objeto de infracción en materia de defensa de los consumidores y usuarios.
Derecho a la garantía
El comprador de un televisor analógico que no ha sido convenientemente informado de las limitaciones del aparato podría además acogerse al régimen de garantías contemplado en el texto refundido de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios (Real Decreto Legislativo 1/2007) y en la Ley del Comercio Minorista.
Ambos textos legales establecen la obligación del vendedor de responder de la falta de conformidad de los bienes con el contrato de compraventa, y el primero de los citados dispone también que para que exista esta conformidad el bien debe ajustarse a la descripción realizada por el vendedor.
Además, resalta que este bien debe ser “apto” para los usos a que ordinariamente se destinen los bienes del mismo tipo y presentar “la calidad y prestaciones habituales de un bien del mismo tipo que el consumidor pueda fundadamente esperar, habida la naturaleza del bien”.
Estos requisitos no se cumplirían, concluye el estudio, si, en el momento de la compra, el vendedor no informase de las limitaciones temporales de uso de un aparato cuya vida media es de 8 ó 10 años. También existiría incumplimiento si no advirtiese de la necesidad de adquirir en un futuro “próximo y predecible” el correspondiente decodificador, por lo que el consumidor podría ejercitar los derechos a garantía que le otorga la ley, dentro de los plazos fijados en la misma, ante la falta de conformidad del bien.