Planeo atravesar África, de norte a sur, por la costa oriental recorriendo una veintena de países por unos caminos que pondrán a prueba mi capacidad de resistencia, adaptación e imaginación para hacer frente a adversidades tales como la pandemia, países en guerra, logísticas imposibles, o un sinfín de imprevistos que de seguro irán surgiendo a diario por el camino.
Los conflictos de Etiopía y Libia, la inestabilidad de Sudán, la frontera con el Congo o la amenaza extremista del norte de Mozambique son algunos de los principales obstáculos a salvar, aunque tampoco podré descuidarme ante la presencia de animales salvajes en la ruta, el impacto de condiciones climáticas extremas o comida que haría vomitar a una cabra y que a buen seguro no me va a sentar bien del todo.
No es empresa fácil, y aunque tengo ya cierta experiencia en líos, pues a lo largo de estos años me han disparado, perseguido, intentado secuestrar, engañado, timado, robado,…(y aquí estoy, sin apenas ninguna tara posterior), es la primera vez que me enfrento a los peligros subido en una moto.
El viaje empezará en Orán y terminará casi 30.000 kms después en las playas de ciudad del Cabo. Durante la ruta atravesaré lugares tan espectaculares e inhóspitos como los desiertos del Sahara, el Danakil, el Chalbi o el Kalahari. Navegaré por ríos tan míticos como el Nilo, el Limpopo o el Zambeze, subiré volcanes en actividad, atravesaré profundos barrancos, me internaré por selvas impenetrables y llegaré a los lugares más remotos y escondidos de África.
Seguiré tanto la ruta de las caravanas Afar como la de la gran migración de los ñus. Cada día conviviré con Tuareg, Mursi, Sam, Kikuyu, Turkana, Samburu, Karamajong, Tutsis…o cualquier otra tribu que vaya encontrando por el camino. Adoraré a Dios en las Iglesias coptas de Etiopía y al diablo en los peores garitos de Yibuti.
No pondré limites, es la aventura esperada y soñada durante toda una vida. Y la quiero compartir con vosotros.