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Agosto en Euskadi: un mes con tres Semanas Grandes

Carrera de barrikas, conciertos, procesiones, degustaciones gastronómicas, recitales… durante el mes de agosto la diversión y la fiesta se apoderan de Euskadi y sus gentes. Bajo la denominación común de Semana Grande (Aste Nagusia en euskera), las tres capitales de provincia, Vitoria, San Sebastián y Bilbao, se visten de gala para ofrecer, tanto a locales como a turistas, un amplio programa de actividades culturales en el marco de un ambiente festivo sin igual. Si todavía no conoces todo lo que ofrecen, te invitamos a que continúes leyendo.

Fiestas de la Virgen Blanca

La primera Semana Grande es la de Vitoria, del 4 al 10 de agosto, pero las prefiestas empiezan el día 25 de julio, el día del Blusa, que este año será el segundo que celebre carrera de barrikas en vez de burros, ante el rechazo animalista, que de paso han logrado que esta edición sea la primera sin feria taurina. El modelo está importado de una localidad italiana, pero aquí apuestan por el vino de Rioja alavesa.

Este año, además, los primeros gigantes y cabezudos de Vitoria cumplen 100 años y por ello el día 30 de julio habrá actos especiales. Ya el 4, el día de la inauguración oficial, quedan todas las cuadrillas de Blusas y Neskas a comer y a beber para llegar al chupinazo eufóricas. A las 18h, como clavos, en la plaza de la Virgen Blanca se reúnen unas 30.000 personas y unas 80.000 en el entorno, para observar la espectacular bajada del Celedón, el personaje más emblemático de la capital política vasca. No en vano, este festejo está entre las fiestas que no te puedes perder en verano en España. Entre otros motivos, por la música, pues Vitoria, famosa por su Festival de Jazz, atrae a muchos músicos callejeros y a grupos de todo tipo, especialmente por la tarde-noche. Además del concierto principal de la Plaza de Los Fueros a medianoche, hay folklore en la Plaza del Machete, espectáculos o conciertos en la plaza de la Provincia (tipo Mariachis). Y en las txosnas, que están más alejadas del centro, por la zona de la Universidad, hay un estilo más alternativo y/o borroka a última hora. Destaca también la parte del fervor religioso, con la belleza de la procesión de los Faroles y la de la Aurora.

Por supuesto, hay ferias gastronómicas y degustaciones, recitales de berstolaris, lanzamiento de abarca, un zoco árabe en la Plaza de Juan de Ayala...

vamos, para no aburrirse.

Semana Grande de San Sebastián

Del 12 de agosto al 19 tienen lugar las fiestas de Donosti. Estas dan comienzo con un Cañonazo de salida, lanzado desde el Alderdi Eder, seguido de la tradicional canción del Artillero. La música en general es importante en la Semana Grande, los conciertos digamos más “IN” se celebran en la zona de Sagües, al final de la playa de Gros.

Ahora bien, si algo tiene una afluencia masiva son los fuegos artificiales, en un escenario tan privilegiado como la Bahía de la Concha, donde la gente se baja como si estuviera en el salón de su casa, con sus sillas de playa y sus viandas, a coger sitio para asegurarse las mejores vistas, y a esperar con un heladito a que las compañías procedentes de todo el mundo hagan su exhibición para ganar el Concurso Internacional de Fuegos Artificiales.

Otra opción muy frecuente para los donostiarras, sobre todo para ir con niños, son las ferias, localizadas en el Paseo Nuevo. Aunque durante el día hay muchísimas más actividades típicas para los más txikis, como dicen ellos. A saber: talleres, juegos, gigantes y cabezudos, discoteca, toros de fuego…

Para los más deportistas, destaca la clásica travesía a nado desde Getaria hasta San Sebastián, las carreras de caballos, el torneo de voley playa y las demostraciones de “herri-kirolak” (deporte rural vasco).

Semana Grande de Bilbao

Durante nueve días, del 19 al 27, la fiesta se apodera de las calles de la Villa. Nadie habría dicho hace más de 30 años que iba a pasar de tener cuatro eventos sueltos a montarse semejante guirigay.

La Aste Nagusia de Bilbao es como Bilbao en sí: a lo grande. Y cada año más, porque se están poniendo de moda y por todo el Arenal y ahora también en el otro margen de la ría del Nervión se extienden las ambientadísimas txosnas de las comparsas. Cada una decorada de manera diferente, atraen a bilbaínos y visitantes con sus katxis en la mano, entremezclándose de la noche a la mañana.

Aquí también es un chupinazo lo que marca el comienzo de las fiestas, pero sobre todo porque lo lanza siempre una mujer, la txupinera. Después del pregón, llega el momento estelar: la Marijaia, símbolo de las fiestas, se asoma al balcón del teatro Arriaga y la gente se vuelve absolutamente majareta.

Conciertos para todo tipo de públicos, obras de teatro, fuegos artificiales, concursos gastronómicos y demás actividades culturales se suceden por las calles de Bilbao hasta el último día de las fiestas, momento en el que la Marijaia vuelve a acaparar todo el protagonismo. El peculiar personaje es quemado en la plaza del Teatro Arriaga ante cientos de espectadores, que se despiden hasta el próximo verano con ganas de volver a verla… y liarla.