Pocos espectáculos de la naturaleza te impactarán tanto como la imagen del Gran Cañón del río Colorado. Esta formación geológica del estado de Arizona, en Estados Unidos, es una de las maravillas naturales más espectaculares del mundo, y no por casualidad atrae a unos seis millones de visitantes cada año.
Durante millones y millones de años la tierra ha sido erosionada por el agua hasta dejar a la luz una verdadera enciclopedia histórica del subsuelo, donde los estratos han quedado al descubierto mostrando las edades del planeta.
La inmensidad del Gran Cañón no cabe en una imagen a no ser que lo veamos desde el espacio. Tiene unos 446 km de longitud, una anchura que va de 6 a 29 km y una profundidad que llega a alcanzar los 1.600 metros. Los tonos rojos, amarillos, naranjas y ocres se superponen, el sol dibuja sus formas a lo largo del día y es un lugar de ensueño para los amantes de los amaneceres y las puestas de sol.
Fue declarado Parque Nacional en 1919, es el segundo Parque Nacional más visitado de los Estados Unidos, solo por detrás del Great Smoky Mountains National Park, y la UNESCO lo nombró Patrimonio de la Humanidad en 1979. Su cercanía a Las Vegas, la mítica Ruta 66 y otros Parques Nacionales lo sitúan en una de las zonas más turísticas de Norteamérica y, por méritos propios, se merece estar en cualquier lista llamada “esos lugares que tienes que visitar alguna vez en la vida”.
Cómo es el Gran Cañón y cómo puedes visitarlo
Con semejante tamaño, comprenderás que el Gran Cañón es un lugar que no se suele visitar entero. Podemos hablar de cuatro zonas diferenciadas: el borde norte, el borde sur, el lado este y el lado oeste. La opción más popular, mejor preparada, con más servicios y posiblemente las mejores vistas es la sur, conocida como el south rim. También es la más masificada en temporada alta, por lo que las otras tres zonas cobran fuerza entre quienes buscan una mayor tranquilidad, pero si es tu primera vez, y no tienes tiempo para visitar más de una, la sur es sin duda la más recomendable.
Para llevarte una idea de la belleza del Parque Nacional del Gran Cañón podrías incluso llegar e irte en el mismo día, pero lo mejor que puedes hacer es pasar allí una noche, o incluso dos. En el south rim hay una buena oferta hotelera, tanto en Tusayan, la población más cercana ubicada a unos 11 km, como en los alojamientos situados dentro del propio Parque Nacional. La mejor opción de todas, pero también la primera que suele agotarse.
En Grand Canyon Village, el pueblo creado expresamente para el turismo al borde del south rim, dispones de todos los servicios que puedas necesitar, y es el centro de operaciones de la mayoría de los visitantes del Gran Cañón. Puedes llegar a él en tu propio vehículo.
El precio de la entrada al Parque Nacional del Gran Cañón varía de cómo lo visites, y se reparte de la siguiente manera: 35 US$ por coche y sus ocupantes, 30 US$ por moto y sus ocupantes, y 20 US$ si pasas a pie o en bicicleta. Si vas a visitar más de dos parques nacionales en Estados Unidos nuestra recomendación es que adquieras un pase anual, el America the Beautiful, que por 80 US$ te permite entrar durante todo un año en todos los parques nacionales del país y es válido para dos coches, por lo que tras tu visita lo puedes compartir con otra persona.
Cómo moverte en el South Rim del Gran Cañón
Una vez en Grand Canyon Village es posible que no sepas por dónde empezar, así que lo mejor que puedes hacer es acudir el Visitor Center. En la entrada al parque te habrán dado un mapa para que sepas cómo moverte por el south rim, y te será de gran ayuda para aprovechar al máximo tu visita.
El south rim lo podemos dividir en tres zonas: una oeste de 11 km de longitud que va del punto Hermist Rest al pueblo, una central de 3,5 km que va del pueblo al centro de visitantes, y una este de 35 km que va del centro de visitantes al punto Desert View. A lo largo de las tres zonas hay multitud de miradores que se asoman al cañón y un camino peatonal que puedes pasear casi de punta a punta.
Pero teniendo en cuenta las distancias, el parque ofrece un servicio de autobuses gratuitos que te lleva de un lado a otro de manera rápida y efectiva, por lo que lo mejor es dejar el coche cerca del centro de visitantes y moverte en bus desde allí. Hay cuatro líneas de autobuses que te llevan por todo el parque: una dedicada al extremo oeste, una que recorre la zona central, otra que cubre los 35 km del lado este, y una cuarta que conecta Tusayan con el centro de visitantes, para trasladar a quienes se alojen fuera del parque. La frecuencia de los autobuses es alta y cuentan con numerosas paradas, por lo que puedes subir y bajar tantas veces como quieras para configurar tu visita como prefieras.
Lo que no te puedes perder en el Gran Cañón
Nada más llegar al Gran Cañón lo primero que querrás hacer será asomarte rápida al primer mirador que encuentres, pero tendrás kilómetros y kilómetros para disfrutar de sus vistas. El recorrido está lleno de miradores y desde cada uno de ellos la perspectiva es diferente. A veces verás el río Colorado en su fondo y a veces no, otras verás cortados más pronunciados y otras no, salientes, entrantes, curvas, estratos, vegetación, rocas, fauna, colores y mil y una formas que moldean las laderas de este enorme canal natural. Así que, ante tanta variedad, lo mejor que puedes hacer es recorrer el mayor número de miradores que puedas.
Entre todos los que hay, si tienes que elegir alguno para empezar y terminar el día, toma nota de las siguientes recomendaciones, porque no fallan: los mejores amaneceres los tendrás desde Yavapai Point, Yaki Point y Mather Point, mientras que los mejores atardeceres los tienes sin lugar a dudas desde Hopi Point, aunque si está muy concurrido desde Mojave Point tampoco están mal. Hazlo. Si los visitas en esos momentos del día posiblemente será algo que no olvidarás jamás.
Si lo que buscas es senderismo el parque también cuenta con un buen número de rutas que saciará tu sed de caminatas. Desde las más sencillas que recorren el borde superior hasta las más exigentes que bajan hasta el río Colorado, tienes para todos los gustos y niveles. Si odias los desniveles entonces la tuya es el Rim Trail, la que recorre el borde del south rim a lo largo de 17 km, pero si quieres (y puedes) bajar y subir hasta el río, entonces plantéate la ruta Bright Angel Trail. Eso sí, prepárate para sus 26 km de ida y vuelta y sus 1.331 metros de desnivel. Lo mejor que puedes hacer es recurrir al servicio de rangers del parque para informarte de sus exigencias y su estado cuando la visites.
Además, diariamente el parque ofrece un programa guiado de mano de sus rangers, tanto en el pueblo como en el área de Desert View, con talleres, caminatas y charlas sobre geología, fósiles, plantas, animales y antiguos pobladores de la zona. En el Visitor Center podrán informarte de sus horarios.
El Gran Cañón desde el aire
Si visitar el Gran Cañón a ras de suelo impresiona, imagínate si lo haces desde el aire. Desde hace ya muchos años una de las actividades más espectaculares y recomendables que puedes hacer en el Gran Cañón es sobrevolarlo. Solo así podrás hacerte una idea de su verdadera inmensidad, aunque ni aun así podrás contemplarlo entero.
No es barato, pero tampoco prohibitivo. Si puedes permitírtelo un vuelo en avioneta, o mejor aún en helicóptero, te permitirá disfrutar de unas vistas que no podrás conseguir de ningún otro modo. Verás que hasta allá donde te alcance la vista el cañón se extiende hasta perderse en el horizonte, y sus paredes y cortados se desploman hasta las profundidades del río. Papillon es la principal compañía que ofrece estos vuelos guiados y comentados y lo hace tanto con avionetas como con helicópteros, ya sea haciendo tours por el Gran Cañón despegando desde el Parque Nacional o volando directamente desde la ciudad de Las Vegas. Con alguno de sus vuelos, y con precios que comienzan en los 145 US$ para las avionetas y los 199 US$ para los helicópteros, podrás vivir una de las experiencias más inolvidables que podrás hacer jamás en el Gran Cañón del Colorado. Y no, no exageramos ni un poquito.