¿Pensando en algún plan romántico para disfrutar en pareja? ¿Te gustarían destinos como París, Venecia o Brujas pero buscabas algo más cercano y económico? España está repleta de rincones con encanto que pueden resultar el plan perfecto para pasar el próximo San Valentín.
Ya sea por sus acogedores cascos antiguos, el olor de sus callejuelas, las luces tenues sobre los adoquines o las historias de amor que nos ha dejado la historia en algunas de ellas, aquí te proponemos cuatro ciudades muy distintas de las que disfrutar de una agradable escapada en pareja.
Granada y su Mirador de San Nicolás
Aunque en estas cosas siempre habrá discrepancias, si se hiciera una encuesta a nivel nacional posiblemente Granada sería elegida como la ciudad más romántica de todo el país. Esta ciudad andaluza tiene algo especial en sus calles, en su aire y en su gente. Una ciudad que invita a pasear, más aún si es de la mano y en pareja, para disfrutar de sus callejuelas, sus rincones y también su gastronomía.
Aunque solo por la Alhambra ya se merece una visita obligatoria, Granada puede presumir de tener un casco histórico acogedor y capaz de atrapar a cualquiera. Recorre sin prisas el barrio de El Albaicín y sube hasta el Mirador de San Nicolás para sentarte en un banco a contemplar la Alhambra, verás que es uno de esos momentos en los que querrás detener el tiempo.
Para vivir un momento especialmente mágico no podemos perdernos el Paseo de los Tristes cuando empieza a caer la noche, siguiendo el cauce del río Darro a los pies de la Alhambra. Una experiencia que a bien seguro querrás completar con una cena a la luz de las velas.
Teruel y sus amantes
Si hablamos de amor y de parejas enamoradas, ¿a quién no le viene a la mente los amantes de Teruel? La historia del amor imposible y trágico de los amantes de Teruel sigue muy viva en la ciudad aragonesa y visitar el mausoleo de esta pareja, donde Isabel de Segura y Diego de Marcilla descansan juntos para siempre, es uno de sus imprescindibles.
Teruel luce con orgullo su clásica arquitectura mudéjar, donde elementos góticos e islámicos van tan de la mano como las parejas en estas fechas, y de la que la catedral de Santa María de Mediavilla (del siglo XII) es un excelente ejemplo. Tras recorrer sus callejuelas, y dado que el frío hará de las suyas en estas fechas, podemos aprovechar para visitar Albarracín, posiblemente uno de los pueblos más bonitos de España.
A mediados de febrero, además, se celebran en Teruel Las Bodas de Isabel de Segura, una fiesta declarada de interés turístico nacional en la que durante varios días la ciudad rememora la tragedia de sus amantes. Las calles se vuelven medievales, el visitante retrocede ocho siglos en el tiempo y se representan diferentes escenas de la historia de los amantes.
Sevilla y su barrio de Santa Cruz
El mejor momento del año para visitar Sevilla es en primavera, normalmente a finales de marzo, cuando el azahar de los naranjos de sus calles es capaz de embrujar hasta al más pintado. Sin embargo, la capital hispalense es un destino perfecto para esas parejas que quieren disfrutar de un ambiente especial en cualquier época del año.
El Barrio de Santa Cruz, en el casco antiguo de la ciudad, es la antigua judería de la Sevilla de la Baja Edad Media, y perderse en pareja recorriendo sus estrechas callejuelas es altamente recomendable. Pasear por las calles Vida, Agua o Judería, sentarse en la plaza de Doña Elvira, detenerse a escuchar sus fuentes y deleitarse con los patios de las casas más antiguas de Sevilla no es mal plan en San Valentín. Eso, y una cena romántica en algún restaurante tranquilo, y ya tendrás la velada perfecta.
Tampoco hay visita a Sevilla que se precie que no incluya la catedral con su Giralda, la Plaza de España, el Parque de María Luisa y, cómo no, algunas de las tapas de sus bares más legendarios.
Salamanca y el Huerto de Calixto y Melibea
Salamanca es una ciudad universitaria por excelencia y por tanto está repleta de jóvenes parejas que disfrutan de uno de los centros históricos más famosos de España.
Si en Teruel fueron sus amantes los que le dieron a la ciudad una historia de amor en Salamanca fue Fernando de Rojas, con su obra La Celestina, quien ubicó en Salamanca el romance de una de las parejas más famosas de la literatura española: Calixto y Melibea. Los protagonistas de esta tragicomedia cuentan en el casco antiguo de la ciudad con su propio jardín, el conocido como Huerto de Calixto y Melibea, un parque muy cuidado al pie del río Tormes con una importante carga romántica. Un lugar tradicionalmente elegido por las parejas para pelar la pava, cómo no.
Pero Salamanca ofrece además muchos otros atractivos para una escapada romántica. Uno no se puede perder ninguna de sus dos catedrales, ni la nueva ni la vieja, y además de disfrutar del ambiente distendido de sus calles jamás se podría pasar por alto su Plaza Mayor, posiblemente una de las más bonitas de toda España.