Dos rutas para recorrer las ciudades y ruinas mayas más reconocidas del Yucatán

La Pirámide del adivino, en el complejo maya de Uxmal.

Elisabeth G. Iborra

Hay que desterrar la extendida (y errónea) idea de que a la Riviera Maya se va a tirarse a la bartola en la playa del hotel con todo incluido, porque en la península del Yucatán, conformada por los estados de Yucatán, Quintana Roo y Campeche, hay muchísimo más que hacer. Basta con alquilarse un coche desde Cancún para enrolarse en dos rutas posibles: la ruta Maya del Yucatán y la de las Ciudades Mayas, que corren prácticamente paralelas. Destacamos los principales enclaves de ambas para que posteriormente tú puedas configurarte la ruta a tu medida:

Para ambos itinerarios, entramos a México por Cancún para que puedas hacerte una idea rápida de cómo viven los mexicanos si sales del circuito comercial y te vas a las plazas llenas de puestos de tacos, enchiladas, totopos... Realizada la inversión en el ambiente, ya puedes ir a lo turístico: Isla Mujeres, playa del Carmen o Cozumel.

Muy cerca destaca el sitio arqueológico de Tulum, las únicas ruinas mayas pegadas al mar Caribe en todo México. No en vano, el palacio Maya y la fortaleza se sitúan al borde de los acantilados, con el bosque a sus espaldas. Al sur de Tulum se localiza la reserva de la Biosfera de Sian Ka’an, una espectacular jungla tropical atravesada por ríos de agua dulce y salada. En la zona arqueológica de Cobá también se mantiene en pie la pirámide más grande de todo el norte de Yucatán, con 42m de pendiente.

Pero si hay un complejo arqueológico maya que sea realmente un símbolo de identidad indígena y nacional, ese es Chichén Itzá, Patrimonio Cultural de México y reconocido por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. Al estar muy bien restaurado, te haces una idea de cómo la fundaron los mayas en el 525 d.C. Basta ver el Templo de Kukulcán, una de las 7 Maravillas del Mundo Moderno desde 2007, o las instalaciones del juego de pelota, las más grandes de México, el Templo de los Guerreros, el Patio de las Mil Columnas...

Al occidente de la Península, se sitúa el mágico pueblo de Valladolid, cuyo centro histórico sigue mostrando su pasado prehispánico y colonial en sus edificaciones virreinales, sus casonas de colores, las creaciones de sus artesanos, el antiguo convento de San Bernardino de Siena y sus construcciones religiosas… Puedes dar un paseo por la “Calzada de los Frailes” hasta el barrio de Sisal antes de acercarte a bucear o a darte un baño en las cristalinas aguas de los cenotes de “Zací”, “Xkeken” y “Dzitnup”.

La siguiente parada es la capital del Estado de Yucatán, Mérida, la “Ciudad Blanca” o la “Blanca Mérida”, famosa por su folklore, su gastronomía, su arquitectura colonial y su riqueza ancestral. En el centro, paseando por sus callejuelas, entre parques y plazas, verás que se mezclan las casas de estilo colonial con otras de marcado sello francés, como las ubicadas en el comercial Paseo Montejo. Curiosamente, la Catedral de San Ildefonso fue construida entre 1561 y 1598 con las piedras de las ruinas de las pirámides y templos mayas.

A 63km de Mérida se asienta, entre colinas, Izamal, “Ciudad de las tres culturas”, por su eclecticismo entre el legado prehispánico y colonial y el México contemporáneo, con sus casonas y lindos rincones amarillos, el convento de San Antonio de Padua y la Pirámide Kinich Kakmo.

Volvemos a una de esas ciudades mayas, Uxmal, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco por sus gigantescas y majestuosas pirámides y templos enclavados en plena selva, con peculiaridades como la larga crestería del Palomar, La Casa del Adivino, el Cuadrángulo de las Monjas, el juego de pelota, la Gran Pirámide, la Casa de las Tortugas y el Palacio del Gobernador.

Campeche: vistas al golfo de México

Tampoco te puedes perder la ciudad colonial de Campeche, en el estado homónimo, y no sólo porque la reconozca la Unesco como Patrimonio de la Humanidad por ser un “modelo de la planificación de una ciudad barroca colonial” con mil edificios de increíble valor histórico, sino por esa mezcolanza bien avenida entre su puerto con vistas al golfo de México, sus centros ceremoniales mayas, sus majestuosas reservas naturales, sus fortalezas y museos, y las edificaciones institucionales de los conquistadores como el Astillero, la Aduana, la Audiencia y la Catedral. Ah, a nivel culinario, prueba las gambas al coco, el pan de cazón, los panuchos, las empanadas, los tamales, ¡y el Ojo Rojo, una especie de Bloody Mary con cerveza!

Entre los 17 sitios arqueológicos de Campeche, se lleva la palma Calakmul, la ciudad maya más grande descubierta hasta la fecha, donde puedes vivir una experiencia “eco-arqueológica” porque combina una Reserva de la Biosfera tropical protegida, con la magnificencia de la civilización maya, motivo por el cual se ha llevado el reconocimiento de la Unesco como el único Patrimonio Mixto de la Humanidad en México. Siendo la mayor extensión de selva tropical del país, cuenta con 86 especies de mamíferos, más de 300 especies de aves y alrededor de 73 tipos de orquídeas, alucinante.

Palenque, la selva maya

Abandonamos brevemente la península del Yucatán para recalar en el norte del estado de Chiapas, donde se esconde Palenque, también Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1987. Para ver sus ruinas, intenta entrar por arriba para luego ir descendiendo, que siempre es menos agotador, aunque gracias a su apabullante naturaleza se hace más llevadero pasear para ver el Templo de las Inscripciones y el Palacio, donde se encaramaban los dirigentes mayas para dar sus discursos más cerca del cielo. Aprovecha para visitar el Parque Nacional de Palenque y las cascadas de Agua Azul, que se encadenan unas a otras, y de Misol-Há, más modestas.

Una vez visitado Palenque, puedes regresar al Yucatán y realizar una parada en la ciudad de Chetumal, al final de la costa caribeña. No te pierdas su hermosa bahía, repleta de manatíes y de cantidad de especies de aves, fauna marina y mamíferos (no se te ocurra darles de comer, que dejan de autoabastecerse y enferman).

De vuelta hacia Cancún, para en la bella Laguna de Bacalar o de los “Siete Colores” y prosigue hacia las maravillosas playas de la Riviera Maya con su frondosa selva de fondo. Desde Puerto Morelos hasta Carrillo Puerto, situado en el corazón de la reserva natural de Sián Ka’an, vas a gozar de la diversidad de la zona en espacios como Puerto Aventuras, las grutas de Aktun Chen, el parque ecológico natural de Xcaret, que contiene el jardín de mariposas más grande del mundo, un aviario y un zoo... O Xel-Há, uno de los sistemas más grandes de caletas y lagunas de la región y uno de los acuarios naturales más grandes del mundo, de modo que vete con todo el equipamiento para bucear. Atrévete a hacer el “sea trek” (caminata submarina equipada con escafandra) y a nadar entre delfines.

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