Guía básica para descubrir Ferrol en un fin de semana

Roberto Ruiz

19 de mayo de 2023 22:38 h

Agazapado y protegido del mar abierto se encuentra Ferrol. Una ciudad cargada de historia que le debe gran parte de su monumentalidad a su puerto, estratégicamente ubicado en la seguridad de su ría y que ya en el siglo XVI daba cobijo a la Armada Real de Felipe II. Su situación ha hecho que Ferrol sea naval y militar, lo que a su vez lo convirtió en ilustrado, modernista, fortificado y marinero; sin dejar de ser gastronómico, playero y festivo como buen municipio de costa gallego que es.

Ferrol, en las Rías Altas gallegas y a poco más de media hora en coche desde A Coruña, tiene argumentos de sobra para convertirse en una interesante escapada de fin de semana. Su centro, el barrio de A Magdalena, se lo debe a Carlos III y, como tantas otras cosas, es fruto de la época de esplendor vivida durante la Ilustración del siglo XVIII. Todo lo heredado de aquel periodo puede dar forma a un pequeño viaje cargado de interés cultural, estrechamente ligado a su tradición naval, en el que no faltarán tampoco amplias playas y caprichosas calas en las que desconectar.

El Ferrol de la Ilustración

En 2018 el municipio gallego presentó su candidatura 'Ciudad de Ferrol. Puerto de la Ilustración' a la Xunta de Galicia para su posterior traslado al Ministerio de Cultura con el objetivo de formar parte de la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. El siglo XVIII marcó un antes y un después en la ciudad al convertirla en la principal base marítima de España y de entonces le debe algunos de sus signos más característicos. Desde el barrio de A Magdalena, que hoy se puede considerar el centro de Ferrol, al Baluarte de San Juan y el Castillo de San Felipe, que aunque sus orígenes son anteriores junto al Castillo de la Palma hicieron que la ría de Ferrol fuera inexpugnable. El Arsenal Militar, declarado Bien de Interés Cultural, también es uno de los mejores representantes de esta época de esplendor, así como el Cuartel de Dolores, que presume de ser el cuartel más antiguo de España.

El Ferrol de las playas

Como sabes, Galicia está plagada de playas, pero es cierto que por su clima y su mar no son su principal reclamo, al menos si lo comparamos con destinos playeros del Mediterráneo. Sin embargo, eso no quita que pueda presumir de unas costas plagadas de banderas azules; la limpieza, sus características ambientales y su seguridad le hacen merecer este distintivo. Ferrol cuenta con cuatro playas con bandera azul: Doniños, San Xurxo, Esmelle y A Fragata, todas ellas con grandes y espectaculares arenales abiertos al mar.

Aunque si preferimos espacios más pequeños y escondidos, entonces disponemos de coquetas calas como las de As Fontes, la de O Porto, Lobadiz, Lumebó o las calas de Medote y Sartaña, de arena blanca y fina y separadas entre sí por unas grandes rocas. Si las olas no son lo tuyo, Ferrol también ofrece la tranquilidad de su ría, con playas como la de A Graña, Cariño o San Felipe.

El Ferrol de los museos

Ferrol tiene muchas cosas que contar y sus museos son grandes narradores de historias. A estas alturas seguro que ya no te quedan dudas de cuánto le debe Ferrol a su puerto, por lo que hay dos museos, ambos además englobados dentro del Ferrol de la Ilustración, que no debemos pasar por alto. Uno de ellos es el Museo Naval, ubicado en un bonito edificio del siglo XVIII que fue Cuartel de Presidiarios. Es el lugar ideal para conocer algunos de los momentos más destacados de la Armada Española a lo largo de su historia y en él verás maquetas de barcos, armamento y numeroso material relacionado con la navegación. Y otro es el Museo de la Construcción Naval, situado en una nave industrial también del siglo XVIII, perfecto para aprender en profundidad sobre las diversas técnicas de construcción de barcos llevadas a cabo a lo largo de los siglos a través de maquetas y material audiovisual explicativo. 

El Ferrol más monumental

Si el tiempo que le vamos a dedicar a Ferrol es un fin de semana, hemos de organizarnos bien para ser capaces de sacarle partido también al centro de la ciudad. Entre sus monumentos religiosos, la Concatedral de San Julián dedicada al patrón de la ciudad es un buen ejemplo de arquitectura neoclásica. Mientras que entre sus monumentos civiles, la Casa Consistorial, de estilo imperialista, el Casino, el edificio de Correos de estilo regionalista o el edificio de la Pescadería, modernista, son paradas que no debemos pasar por alto. La Pescadería es de hecho una de las visitas más llamativas de Ferrol pues, además de su arquitectura, en ella siempre es interesante curiosear entre sus variados puestos de pescado. Todo el barrio de A Magdalena fue declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1983 y en sus calles, cuadriculadas y surgidas en el siglo XVIII por el rápido crecimiento de Ferrol debido al Arsenal militar y al Astillero Real, se dice que nacieron las galerías acristaladas de madera lacada en color blanco que vemos en muchos otros puntos de Galicia, como en la propia A Coruña.

Si queremos ir un poco más allá para ver algo diferente, entonces puede resultar curioso realizar la Ruta de las Meninas, en el barrio de Canido. En él el pintor Eduardo Hermida puso en marcha esta iniciativa para reactivar el barrio y numerosos artistas y voluntarios secundaron su idea hasta que hoy se cuentan más de 300 de ellas dibujadas en paredes y fachadas. El paseo ha sido nombrado como 'Itinerario cultural dentro de Galicia' por la UNESCO.

Y el Ferrol de las fiestas

Siempre puede ser interesante descubrir un nuevo destino coincidiendo con alguna de sus celebraciones más auténticas, porque es algo que puede hacer de nuestro viaje una experiencia realmente diferente. Si nuestra visita es en marzo, podemos coincidir con la Noche de las Pepitas, cuando las rondallas, que nos harán recordar a las tunas, recorren las calles de Ferrol al compás de la música. El 7 de enero es el día del patrón de la ciudad, San Julián, y entre otros actos se puede degustar arroz con leche gratuitamente, y así probar un plato típicamente ferrolano. Aunque si queremos ver algo verdaderamente singular, entonces podemos hacer que nuestro viaje sea en abril para que coincida con el Festival Ilustrado, cuando las ferrolanas y los ferrolanos visten trajes de época y danzan al son de los minués para trasladarnos a esa otra época que tanto significó y a la que tanto le debe la ciudad de Ferrol.