Que Petra es el principal atractivo de Jordania es indiscutible, pero que todo viaje al país jordano debe incluir una visita a la ciudad romana de Jerash es igual de indudable. Sí, la antigua ciudad nabatea de Petra es, de lejos, lo más espectacular y singular del país, pero lo que aún queda en pie de lo que fue la antigua Gerasa te trasladará fácilmente unos 2.000 años atrás.
Las ruinas de Gerasa son famosas por su extraordinario estado de conservación y podrás distinguir y apreciar los principales elementos de toda buena ciudad romana, con su Cardo, su Decumano, sus templos, su circo, su foro, sus plazas, sus teatros, sus fuentes, etc.
Vivió su máximo esplendor entre los siglos I y III d.C. y llegó a albergar una población que alcanzó los 20.000 habitantes. Su estratégica ubicación hizo de ella una importante ciudad comercial y aunque entró en declive tras un devastador terremoto en el año 747, en la actualidad, y tras más de un siglo de excavaciones y restauraciones, se han sacado a la luz uno de los más espectaculares yacimientos romanos del mundo.
Parte de la Decápolis romana
Para entender Jerash hay que retroceder en el tiempo hasta la Decápolis. En el siglo I. d.C. las ciudades comerciales romanas que hoy en día se encuentran en Jordania, Israel, Siria y Territorios Palestinos formaban parte de lo que se conocía como Decápolis, una agrupación de ciudades que de manera conjunta trabajaban por favorecer el comercio del Imperio en Oriente.
Todas ellas eran consideradas ciudades-estado y aunque gozaban de cierta autonomía seguían la más estricta estructura romana, tal y como podemos apreciar caminando por las calles de Jerash. También en Jordania se encontraban las ciudades de Philadelphia (Ammán), Gadara (Umm Qais) y Pella (Taqabat Fil), además de Gerasa (Jerash), y una cuidada red de comunicaciones aseguraba el comercio entre todas ellas. Cuando Damasco pasó a acaparar los principales intereses políticos, comerciales y políticos las ciudades de la Decápolis, perdieron importancia.
Plazas, calzadas, templos, teatros y mucho más
Hay antiguas ciudades romanas en las que hay que hacer un gran esfuerzo de imaginación para sentirnos en situación, pero Jerash no es una de esas. Aquí el estado de conservación es tal que no te costará sentirte caminando entre comercios y mercaderes luciendo una toga o estola a la última moda romana, de calle en calle, de plaza en plaza, como un ciudadano más de la antigua ciudad de Gerasa. Verás como si el agua de las fuentes aún corriera por ellas, como si las fachadas siguieran recubiertas de mármol y como si la gente hiciera cola para disfrutar de una función en uno de sus teatros.
Entrarás en el yacimiento de Jerash atravesando el Arco de Adriano, una monumental puerta que la ciudad levantó con motivo de la visita del emperador sevillano. A tu izquierda dejarás el circo, donde antes las bigas, las trigas y las cuadrigas eran tiradas por los caballos más rápidos de la región. Y así hasta llegar a la puerta sur, donde se accede al antiguo recinto amurallado. Aquí es donde comienza el verdadero espectáculo arquitectónico de Jerash.
Tras pasar junto al templo de Zeus llegarás al Teatro Sur, construido entre los años 81 y 96 d.C. y que tuvo una capacidad para 5.000 personas. Verás cómo llama la atención su escenario cuidadosamente decorado y su espectacular acústica. La banda de gaita escocesa de Jordania estará allí para demostrártelo, aunque no pegue mucho. Al salir de aquí bajarás al foro, a una enorme plaza ovalada y columnada que tuvo que ser un hervidero de vida hace un par de milenios. Y aquí tomarás el Cardus Maximus, la espectacular calle principal de Jerash, de 800 metros de largo, flanqueada por columnas, pavimentada con grandes losas, alcantarillas y los surcos desgastados que las ruedas de los carros dejaron a su paso.
Al continuar por él no puedes pasar por alto el Ágora que queda a mano izquierda ni el Tetrápilo que marca el cruce con el Decumanus Sur. Un poco más adelante llegarás al Ninfeo, la fuente ornamental dedicada a las ninfas acuáticas, y a sus espaldas se encuentra el Templo de Artemisa, el mayor y más espectacular de toda la ciudad. Fue construido entre los años 150 y 170 d.C. y 11 de sus 12 columnas corintias aún siguen de pie, pero cuando el edicto de Teodosio del año 386 d.C. permitió desmantelar templos paganos sus materiales fueron empleados para construir iglesias, y aquí puedes encontrar los restos de cuatro de ellas.
Antes de continuar hasta la Puerta Norte y atravesar la Avenida de las Columnas, posiblemente la más bella de todo el yacimiento, es fundamental parar y entrar en el Teatro Norte. Fue construido en el 165 d.C., es pequeño y originalmente contaba con 14 filas de asientos, aunque fue ampliado en el 235. Aquí, más que representaciones, lo que tenían lugar eran reuniones del consejo de la ciudad y muchos de los asientos conservan aún el nombre de los delegados del gobierno.
Algo de información práctica para visitar Jerash
Poco menos de una hora por carretera separa Jerash de Ammán por lo que, si no viajas por tu cuenta, en la capital jordana encontrarás infinidad de excursiones de ida y vuelta en el día. El yacimiento de Jerash es bastante grande y hay que ir preparado para caminar por firmes irregulares, subir y bajar escalones y además hacer todo esto bajo un sol posiblemente abrasador, dependiendo de la época del año en la que viajes. Por tanto es básico llevar una buena cantidad de agua, sombrero y protección solar ya que la sombra es escasa. Si quieres disfrutar del Teatro Sur en su pleno apogeo quizá quieras hacer coincidir tu paso con el Festival de Arte y Cultura de Jerash.
Una visita completa y sin prisas a Jerash nos puede llevar fácilmente unas cuatro horas, e incluso más. Los principales monumentos cuentan con paneles informativos con algunos datos básicos pero es recomendable hacerse con una guía explicativa o con los servicios que los guías oficiales ofrecen en el acceso al recinto. El precio de la entrada incluye un pequeño folleto donde se muestra un mapa, una ruta recomendada y datos de interés. Si tienes el Jordan Pass, el pase turístico que incluye el visado y diversos monumentos del país, incluso Petra, la entrada a Jerash está incluida.