España cuenta con quince parques nacionales: diez de ellos se encuentran en la península ibérica, cuatro en Canarias y uno en Baleares.
El 8 de diciembre de 1916 se aprobó la primera Ley de Parques Nacionales que defendía la necesidad de conservar y promover nuestro patrimonio natural. El Parque Nacional de Picos de Europa se reconoció en 1918 como el primer parque nacional de España y segundo del mundo, tras el de Yellowstone, en Estados Unidos. Tras este, catorce espacios más fueron uniéndose a esta denominación, siendo el de Sierra Nevada el más grande y el de las Tablas de Daimiel (Castilla La Mancha) el más pequeño. Todos están integrados en la Red de Parques Nacionales, que supone un 0,7% del territorio español. Vamos a aproximarnos a las peculiaridades de algunos de ellos:
Archipiélago de Cabrera
El parque nacional lo comprende el archipiélago de Cabrera, constituido por la isla de Conejera, la de Cabrera y 15 islotes. Debido a su aislamiento ha llegado a nuestros días con su fauna y flora prácticamente inalteradas, siendo uno de los mejores ejemplos de ecosistema insular sin alterar en el Mediterráneo español. Sus aguas cristalinas se antojan perfectas para bucear debido a su extraordinaria visibilidad: cuenta con uno de los fondos marinos mejor conservados de nuestras costas con más de 200 especies de peces. También podemos encontrar acantilados submarinos de hasta 90 metros de profundidad. Además, en esta isla, más de 150 aves realizan escala en su ruta migratoria, fenómeno de lo más vistoso.
Solo se puede acceder a él mediante los barcos turísticos que operan desde principios de abril a finales de octubre. No se pierda la visita a la bahía desde el Castillo, el museo etnográfico y, por supuesto, un baño en esas aguas de ensueño. Félix Rodríguez de la Fuente se refirió a este lugar como “el Mediterráneo de Ulises, a una hora de Palma”.
Parque nacional del Teide
Este parque tinerfeño es el más visitado de España con 3.300.000 visitas registradas en 2015. Fue declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO en 2007. Además, la cima del Teide representa el pico más alto de España con 3718 metros. El paisaje está caracterizado por conos volcánicos y coladas de lava que dotan al entorno de sorprendentes formas y colores que parecen sacados de otro planeta. El parque tiene un elevado número de especies endémicas, como el tajinaste rojo, un arbusto sin ramas con forma similar a una lanza con minúsculas flores rojas que puede alcanzar los dos metros de altura. El lagarto tizón o el cernícalo son otras especies que solo podrás encontrar en este lugar.
Dicen que el amanecer más bonito de España tiene lugar aquí y se puede disfrutar desde el Refugio de Altavista, a más de 3000 metros de altitud. Ya sea en teleférico, en coche o a pie, la visita al Teide merece la pena por sus vistas sobrecogedoras.
Parque Nacional de las Islas Atlánticas
Ons, Cíes, Sálvora y Cortegada son las islas gallegas que conforman este parque nacional. Fueron habitadas hasta el siglo XVII, pero los constantes ataques piratas obligaron a la población a abandonarlas. El 13 de junio de 2002, la marea negra proveniente del naufragio del Prestige llegó a sus costas (salvo a Cortegada).
Se conocen como “las islas de las aves marinas” y están reconocidas como destino para observar las estrellas por la Fundación Starlight. Además, The Guardian escogió la playa de Rodas, en las islas Cíes, como “la mejor playa del mundo”. Solo se pueden visitar en verano y la única forma de acceder a ellas es mediante un barco de línea regular. Para pernoctar, está el camping Islas Cíes, en el que hay que solicitar un permiso con varias semanas de antelación.
Aigüestortes i Estany de Sant Maurici
Es el único parque nacional situado en Cataluña. En la provincia de Lérida, justo en la parte central de los Pirineos encontramos un exponente de la alta montaña atlántica con frondosos bosques de coníferas, más de 200 lagos, cascadas, valles, prados y picos que superan los 3000 metros de altitud. Sus grandes desniveles tienen como resultado la existencia de diversos ecosistemas y, a pesar de que se nota la presencia del ser humano, la fauna y la flora se encuentran en estado bastante salvaje. Si queremos apreciar la fauna, tenemos que armarnos de paciencia, pues es difícil de observar. Entre sus especies destacan el urogallo, el águila real, el jabalí, la marta y la marmota.
Este parque está situado en una zona con un gran patrimonio histórico: se pueden visitar los pueblos de los Pirineos con evidentes restos románicos en sus iglesias, castillos, torres y puentes. En el pueblo de Llessui hay un Ecomuseo de los Pastores del Valle de Àssua con una exposición sobre la vida y el trabajo de los pastores de ovejas de la zona. Está prohibido acampar, pero se puede pernoctar en cualquiera de sus doce refugios.