La imagen más conocida y repetida de Petra, esa que hemos visto en películas y documentales, la que reconoceríamos sin lugar a dudas, es la que se conoce como “El Tesoro”. Pero esa espectacular fachada esculpida en uno de los recovecos del cañón que da acceso a Petra es solo una ínfima parte de lo que esta antigua ciudad construida por los nabateos tiene que ofrecer. No por casualidad es el principal reclamo turístico de toda Jordania.
Petra es grande, enorme, y aunque las visitas guiadas puedan enseñarte los principales puntos de interés en unas pocas horas lo mejor es recorrerla a tu aire y a fondo, para lo que deberías reservar dos días enteros. Pero ¿Qué es Petra? ¿Quién la hizo? ¿Cuándo? ¿Por qué es tan importante? Y sobre todo ¿Qué es lo que vas a encontrar allí? Te contamos cómo es el mayor tesoro de los antiguos nabateos, la conocida como “Ciudad Rosa”.
Un rápido repaso a la historia de Petra
No se sabe con exactitud cuándo fue construida Petra, pero la ciudad vivió su esplendor como capital del Imperio Nabateo en el siglo I a.C., cuando era un poderoso enclave comercial por el que pasaban valiosas mercancías y su población alcanzaba las 30.000 personas. Más tarde se anexionó al Imperio Romano y también al Bizantino hasta que un terremoto destruyó gran parte de la ciudad en el año 363. Su precipitación se incrementó con el cambio de los itinerarios de las rutas comerciales hasta que terminó siendo abandonada. A mediados del siglo VII solo los beduinos de la zona sabían de su existencia.
Pero fue en 1812 cuando un explorador suizo, Jean Louis Burckhardt, redescubrió Petra al infiltrarse en la zona vestido de santón musulmán y tras convencer a los beduinos para que le llevasen a la ciudad perdida de la que había oído hablar. Así Petra pasó a ser conocida en Occidente y comenzó a atraer visitantes de todos los rincones del mundo. Tal y como sigue ocurriendo hoy, con un volumen de visitantes estimado en 826.993 personas en 2018, y que a finales de agosto de 2019 ya casi había alcanzado las 660.000.
Las espectaculares fachadas que ves esculpidas en Petra no son templos, ni viviendas, ni monumentos, sino tumbas. Mausoleos y mausoleos que se extienden hasta donde alcanza la vista y que se confunden con el color rosado de las montañas, piedra arenisca fácil de tallar pero fácilmente erosionable.
Un paseo por Petra para descubrir la “Ciudad Rosa”
En Petra hay mucho que ver y si quieres ir un poco más allá de lo básico a lo tonto estarás caminando unos 20 km al día, con sus buenos desniveles incluidos. Así que vamos a describir qué es qué, insistiendo en lo que no te puedes perder, para que sepas cómo es esta gran superficie en la que encontrarás restos nabateos, romanos y bizantinos.
- El Siq
El Siq es el famoso y estrecho cañón que da acceso a Petra, quizá tengas la imagen de Indiana Jones cabalgando por él. No es un cañón erosionado por el agua sino producido por el movimiento de placas tectónicas. En algunos puntos la cercanía de sus paredes impide ver el cielo.
- El Tesoro
Al Khazna, o “El Tesoro”, es la verdadera joya de Petra. Llegar a él ya es mágico, pues se empieza a entrever al llegar al final del Siq, y es sin duda el monumento más bello de todo el yacimiento, pues su estado de conservación es espectacular. Esta fachada mide casi 40 metros de alto y está detalladamente decorada, con figuras, frisos y capiteles corintios. Está coronada por una urna funeraria en la que se pensó se escondía el tesoro de un faraón, de ahí su nombre. Fue probablemente construida en el siglo I a.C. y es la imagen más reconocible de Petra, el imán que atrae a turistas de todo el mundo en masa.
- El teatro
Es el único teatro del mundo tallado en la piedra y es obra de los nabateos, aunque posteriormente fue ampliado por los romanos. Tenía capacidad para unas 4.000 personas repartidas en tres niveles de gradas. Que esté esculpido en la montaña, y no se trate de una construcción, le ha permitido mantenerse en buen estado a lo largo de los siglos.
- Las Tumbas Reales
Poco después del teatro llegamos a las Tumbas Reales, cuatro enormes fachadas ricamente decoradas una junto a la otra ubicadas en el centro de la ciudad. Conocidas como las tumbas de la Urna, la Seda, la Corintia y el Palacio lucieron en su día similares al Tesoro, pero están gravemente erosionadas. La fachada de mayor tamaño, la del Palacio, contaba con cinco pisos en diferentes estilos decorativos.
- El Monasterio
El monumento de Ad Deir, o El Monasterio, es uno de los más espectaculares de toda Petra junto al Tesoro. Es la fachada de mayor tamaño, con 47 metros de ancho y 48 de alto, y para llegar a ella hay una buena caminata de 2,5 km (y otro tanto de vuelta) en la que hay que salvar un importante desnivel de unos 800 escalones. Data del siglo II d.C. y el esfuerzo bien merece la pena, además de su belleza las vistas desde allí arriba tampoco están nada mal. Su interior fue posteriormente usado como iglesia y de ahí le viene su nombre.
- El Altar de los Sacrificios
En otra de las zonas elevadas de Petra se encuentra el Altar de los Sacrificios, un área sagrada en la que se llevaban a cabo importantes ceremonias religiosas y donde se conserva el espacio donde los animales eran sacrificados. Aunque entre las rutas altas es de las más accesibles podrás dedicar fácilmente unos 40 minutos a la subida. Desde arriba tienes unas espectaculares vistas de la antigua ciudad de Petra, que queda a tus pies.
- La Calle Columnada
Paseando por la zona baja pasarás por la calle columnada, la principal de toda Petra y que seguramente sería la zona comercial de la ciudad. Su origen es nabateo pero fue remodelada por los romanos, aún queda parte de la calzada y restos de sus columnas en pie.
- El Gran Templo
El Gran Templo quedará a uno de los lados de la calle columnada y pasarás frente a él. Es el mayor monumento arqueológico de toda Petra con una superficie que alcanza los 7.000 m². Se estima que fue erigido por los nabateos en el siglo I a.C. y aún se pueden diferenciar perfectamente sus estancias, sus columnas y sus zonas sagradas, además de pequeños restos de mampostería y pinturas al fresco.
- El Templo Qasr al-Bint
Pasado el Gran Templo pronto llegarás al Templo Qasr al-Bint, el que fue el principal y más importante templo de Petra. Estaba dedicado a la divinidad Dushara y aunque data del siglo I d.C. aún mantiene en pie varios de sus muros de 23 metros de altura. Aquí, como en varios lugares de Petra, hoy en día se siguen llevando a cabo excavaciones arqueológicas.
- La Iglesia
Un poco separada de todo lo demás, pero cerca de los principales templos, se encuentran los restos de una iglesia bizantina del siglo V d.C. Algunos de sus elementos constructivos provinieron de otros monumentos anteriores pero un terremoto acabó con ella. Aún se puede apreciar su planta y el espectacular mosaico que conformaba su suelo.
- El Centro de Visitantes
Y antes de irte de Petra debes dedicar unos minutos al Museo de su Centro de Visitantes. Un espacio con abundante información multimedia, muy didáctico y explicativo, donde entenderás a la perfección la historia y la importancia de la ciudad de Petra. Además, los restos mejor conservados encontrados en las excavaciones se exponen aquí. Su visita es imprescindible.