El espectáculo natural que concentran los Picos de Europa es tal que puede presumir de ser el primer Parque Nacional que se declaró en España, hace ahora exactamente cien años. Como referente de la cordillera cantábrica y con extensión sobre las provincias de Asturias, León y Cantabria, Picos de Europa impresiona y cautiva a base de bien, con cumbres, valles, prados, ríos, gargantas, flora y fauna que dejan boquiabierto a cualquiera.
Sus grandes desniveles y paisajes de postal le permiten ser uno de los Parques Nacionales más visitados de España, un enclave donde los amantes del senderismo tienen kilómetros para perderse y disfrutar del aire más puro recorriendo rutas de alta montaña. Un destino perfecto para huir del calor del verano y dejarse abrazar por el frescor de la naturaleza más verde.
100 años como Parque Nacional
El 22 de julio de 1918, hace ahora 100 años, el rey Alfonso XIII declaró este entorno Parque Nacional bajo el nombre de “Parque Nacional de la Montaña de Covadonga”. Promovido por Pedro Pidal, Marqués de Villaviciosa de Asturias, Picos de Europa se convertía así en el primer Parque Nacional de España y con él se establecía un precedente para los espacios protegidos del territorio nacional. Aunque inicialmente su extensión comprendía únicamente una superficie de 16.925 hectáreas, progresivamente fue siendo ampliado para en 1995 ser de 64.660 hectáreas y en 2014 alcanzar las 67.455 hectáreas que incluye hoy día.
Su cercanía al mar Cantábrico le debe su nombre. A escasos 15 km en línea recta este imponente macizo montañoso ha hecho históricamente de referencia para navegantes a su llegada a tierra firme. Pero además de su espectacular orografía, fruto de una elevación de hace 65 millones de años y la acción de los glaciares, Picos de Europa destaca también por su compleja biodiversidad, con una flora que combina cumbres con valles y una fauna que puede presumir de incluir el 88% de los mamíferos terrestres de la Península Ibérica, el 82% de los anfibios, el 62% de los reptiles y el 72% de las aves reproductoras, con 170 especies observadas. Ahí es nada, siendo hogar del rebeco cantábrico, la cabra montés, el lobo ibérico, el urogallo cantábrico, el quebrantahuesos o el oso pardo. Especias muchas de ellas protegidas.
Lo que no te puedes perder en Picos de Europa
El Parque Nacional de Picos de Europa se merece unos cuantos días de tu tiempo y podrías pasar toda una semana disfrutando de sus montañas, sus ríos, sus senderos, sus prados y, cómo no, su gastronomía. Pero para que sepas por dónde empezar, y si no tienes más que 3 ó 4 días, al menos asegúrate de no perderte ninguno de estos imprescindibles.
Cangas de Onís, un buen inicio
Para aterrizar en Picos de Europa quizá no haya mejor punto de inicio que Cangas de Onís. Llena de ambiente y con una rica gastronomía donde no falta ni la sidra ni los quesos, esta localidad ostenta sobre el río Sella uno de los símbolos de Asturias: su “puente romano”, aunque el actual no es tal sino medieval (s. XIII, se estima), y del que cuelga la característica cruz de la Victoria. Desde Cangas tenemos un rápido acceso a los principales atractivos del ya centenario Parque Nacional de Picos de Europa.
La Ruta del Cares
Este espectacular sendero une las provincias de León y Asturias. Su origen se remonta a principios del siglo XX como mantenimiento del canal de agua que alimentaba la central hidroeléctrica de Camarmeña - Poncebos y hoy en día es todo un reclamo turístico. Aunque la ruta que sigue el río Cares va de Posada de Valdeón a Poncebos (21 km) la mejor opción es comenzar la caminata en Caín, dirección Poncebos (11 km), ya que es donde la garganta muestra su mayor grandiosidad y el visitante caminará por un sendero excavado literalmente en la pared de roca.
Bulnes y su Naranjo
El Naranjo de Bulnes, o Picu Urriellu en asturiano, es sin duda el pico más famoso de Picos de Europa y eso que con sus 2.519 metros no le hacen el más alto de la cordillera cantábrica. Este gran macizo calcáreo es todo un hito para los amantes de la escalada, pero si lo tuyo es el senderismo hay un par de rutas que te llevarán hasta la base, o bien desde Sotres o bien desde el pueblo de Bulnes, donde puedes llegar caminando desde la misma Ruta del Cares o en funicular desde Puente Poncebos.
Covadonga y sus lagos Enol y La Ercina
También en Picos de Europa encontrarás el Santuario de Covadonga, donde la Santa Cueva, el Monasterio de San Pedro y la Basílica de Santa María la Real de Covadonga son de visita obligada. Pero es sobre las montañas donde encontraremos sus famosos lagos, rodeados de prados verdes, vacas y al pie de los picos rocosos. Para subir a los lagos Enol y La Ercina se puede acceder tanto en transporte público como privado, pero ten en cuenta que en temporada alta (verano, puentes y Semana Santa) la carretera permanece cerrada de 8:30 a 19:00h y durante ese horario solo podrás llegar a los lagos haciendo uso de los autobuses públicos.
Fuente Dé y su teleférico
Desde la localidad cántabra de Potes, en la vertiente este de Picos de Europa, nace la carretera que nos lleva hasta Fuente Dé. Aquí un teleférico salva un desnivel de 753 metros para llevarnos en menos de 4 minutos hasta los 1.823 metros de altitud. Una vez arriba las vistas dejan atónito a cualquiera. Puedes hacer uso del teleférico para subir y para bajar (17€), solo para subir o solo para bajar (11€), opción que suelen escoger los amantes del senderismo que eligen disfrutar de las rutas que que recorren todo el macizo central.