En medio del Mediterráneo, al sur de Italia, un archipiélago forma la República Maltesa, un país que en superficie supera por poco a la canaria isla de El Hierro. Pequeño y abarcable. Un conjunto de tres islas (Malta, Gozo y Comino) por el que dada su ubicación estratégica han pasado varias de las civilizaciones más importantes de la historia.
A Malta podrías dedicarle tranquilamente entre cuatro y cinco días, pero una escapada de fin de semana podría ser suficiente para ver sus principales puntos de interés si te organizas bien. La antigua ciudad de La Valletta es su capital y forma una pequeña península amurallada. Sería un buen lugar para ubicar tu alojamiento pero como verás está rodeada de otras pequeñas penínsulas, como Sliema, Vittoriosa, Senglea y Cospicua, buenos lugares también para ubicar tu centro de operaciones.
Si solo dispones de dos días deberás dedicar uno al conjunto de sus ciudades históricas y otro a recorrer el resto de la isla. Vas a tener que correr un poco, pero te servirá de aperitivo para convencerte de que querrás volver con más tiempo. Que aerolíneas low cost operen en su aeropuerto internacional siempre facilita mucho las cosas.
La Valletta y sus alrededores
La ciudad fortificada de La Valletta, además de ser la capital del país, es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1980. Por ella pasaron fenicios, griegos, cartagineses, romanos, bizantinos y árabes, pero fue la Orden de los Caballeros de Malta la que nos dejó la ciudad que vemos hoy día. Entre edificios señoriales levantados en piedra color pastel se concentra un gran número de monumentos históricos, por lo que te recomendamos pasearla con calma recorriendo sus callejuelas. Los museos de Arqueología y de Bellas Artes pueden ser interesantes, pero desde luego no puedes perderte nada de lo que te contamos a continuación.
- La Concatedral de San Juan
Reserva unos minutos de tu tiempo para visitar la Concatedral de San Juan, porque sin duda es el lugar más espectacular de toda La Valletta. Por fuera no llama mucho la atención, pero dentro te espera uno de los Barrocos más poderosos que hayas visto jamás. Incluido su suelo. Aquí además podrás admirar dos grandes obras de Caravaggio: “La decapitación de San Juan Bautista” y “San Jerónimo escribiendo”.
- Upper Barrakka Gardens
En una de las zonas más altas de la ciudad se encuentran estos jardines desde los que se obtiene una perfecta panorámica de las tres ciudades vecinas y fortificadas de La Valletta: Vittoriosa, Senglea y Cospicua. Además, aquí se encuentra el ascensor Barrakka, la mejor manera de superar el desnivel que nos separa del mar si queremos tomar el ferry para cruzar a alguna de ellas. También aquí se encuentra la Saluting Battery, una batería de cañones que cada día a las 12h dispara una salva que desde 1820 ha servido para que los capitanes de los barcos calibraran sus instrumentos de navegación.
- La Cottonera
La Cottonera es el nombre que recibe el conjunto de las tres ciudades vecinas de Vittoriosa, Senglea y Cospicua, que también se merecen una visita. Son menos monumentales que La Valletta pero sí más auténticas, con calles menos turísticas y más residenciales, que te darán una idea más real de Malta. Además, desde ellas las vistas a La Valletta son espectaculares.
- Sliema
Al norte de La Valletta se encuentra Sliema, un área de gran ambiente nocturno y plagada de bares y restaurantes. Turísticamente no tiene grandes atractivos pero puede ser una buena zona para alojarse, las vistas a la capital son fantásticas y se llega a ella tras un corto trayecto en ferry.
El resto de la isla de Malta
Si has dedicado un día a La Valletta otro lo tendrás que invertir en recorrer otros puntos de interés de la isla de Malta. Una completa red de autobuses te permitirán moverte de un lado a otro, pero si quieres aprovechar mejor tu tiempo lo más recomendable es alquilar un coche, pero recuerda que al haber sido colonia británica hasta 1964 (aunque los ingleses tardasen 15 años más en irse definitivamente…) en Malta se circula por la izquierda.
- Marsaxlokk
Marsaxlokk es un bonito y colorido pueblo pesquero ubicado al sur de Malta. Merece la pena acercarse a darse un paseo junto a sus coloridas y vivas embarcaciones, y si madrugas verás cómo es el principal punto de entrada de pescado de toda la isla.
- Mdina
Mdina es la antigua capital de Malta, una ciudad fortificada y amurallada que parece sacada de otra época. Impoluta y en excelente estado de conservación Mdina llega a parecer un escenario. Lo mejor es perderse por sus calles medievales y asomarse a contemplar las vistas que ofrece desde sus alturas.
- Mosta y la Rotunda
En el municipio de Mosta encontrarás la Rotunda, una iglesia circular de mediados del siglo XIX que guarda una peculiar historia. El 9 de abril de 1942, en plena Segunda Guerra Mundial, una bomba alemana cayó sobre la iglesia y atravesó su cúpula, pero no explotó. Las 300 personas que se encontraban en su interior salieron ilesas. Hoy una réplica de aquella bomba de 500 kilos se exhibe en la sacristía.
- La Blue Grotto y los acantilados de Dingli
Sin lugar a duda uno de los grandes atractivos que tiene Malta son sus aguas turquesas, de hecho es uno de los mejores lugares de Europa para la práctica de submarinismo. Gran parte de su costa está formada por escarpados cortados, como los espectactaculares acantilados de Dingli, fantásticos para presenciar la puesta de sol, o la Blue Grotto, otro de los básicos de Malta. Una formación rocosa con cuevas en las que entra el mar y que podrás recorrer en pequeñas embarcaciones destinadas a los turistas.
- Las otras Islas
Y además de la isla de Malta el país tiene otras dos islas habitadas: Gozo y Comino. Son islas en las que encontrar el relax y la desconexión, con playas y calas de aguas cristalinas, pero para visitarlas necesitarás algo más que dos días en este pequeño archipiélago mediterráneo.