Más en elDiario.es
Los seis restaurantes españoles que están entre los mejores del mundo (y sus menús)
PLATOS TÍPICOS
Algo tiene la gastronomía siciliana que la hace especialmente llamativa frente a la de otras regiones italianas. Será por su histórica mezcla de culturas, por su ubicación, por sus características geográficas o por sus arraigadas tradiciones, pero el caso es que Sicilia ofrece una de las cocinas más atrevidas y menos conocidas de Italia. Aquí cada ciudad y cada pueblo tienen sus especialidades, pero si vas a pasar unos días en la isla del Etna, hay unas cuantas cosas que no deberías dejar de probar para hacerte una buena idea de la combinación de sabores que encontrarás.
A lo largo de los siglos por Sicilia han pasado griegos, árabes, normandos y españoles y todos han dejado sus aportaciones culinarias, e incluso hoy el panorama gastronómico local no deja de evolucionar. El fértil suelo volcánico de la isla ha sido siempre clave al enriquecer los platos con productos de la tierra, así como las aguas del Mediterráneo han nutrido las cocinas sicilianas en mil y una variantes. Si a esto le sumamos los panes, las pastas y el dulzor de la caña de azúcar, tenemos un buen abanico de especialidades que es mejor no pasar por alto. De manera que por poco tiempo que pases en la isla italiana, asegúrate de al menos probar algunos de los platos más típicamente sicilianos que aquí te proponemos.
Quizá en la zona de Catania lo llamen arancino y en la de Palermo, arancina, pero ya sea en masculino o en femenino, el caso es que esta especie de croquetas de arroz es uno de los tentempiés más típicos de Sicilia. Se come caliente, tanto de paso mientras caminas por la calle o sentado en un restaurante, y es uno de los bocados más populares entre los locales.
Son, en definitiva, bolas de arroz que pueden estar rellenas con muy diversas posibilidades: carne, jamón y queso, carbonara, pistachos, verduras e, incluso, espaguetis. Las encontrarás de muy diversos tamaños y van empanadas y fritas. Son bastante contundentes - hay que tenerlo en cuenta-, pero son toda una delicia cuando apetece matar el gusanillo.
Verás que en Sicilia la berenjena es la reina de las verduras. Lo comprobarás tanto en la carta de los restaurantes como en los mercados, que siempre es recomendable visitar. De manera que uno de los platos más típicos de la isla es la caponata, un guiso que combina berenjena, cebolla, tomate, aceitunas, albahaca e incluso pasas y piñones. El secreto está en su salsa agridulce, a base de vinagre, que le da un toque realmente exótico.
Lo encontrarás entre los antipasti de muchos restaurantes y prácticamente en cualquier punto de la isla, pero también como un plato para llevar en comercios de comida preparada. A la vista quizá te recuerde a una especie de pisto, pero cuando lo pruebas descubres un mundo de sabor totalmente diferente.
Sicilia es Italia, no nos olvidemos, y eso evidentemente hace que encuentres pasta y pizza por doquier. Vas a tener muchas opciones por delante, pero si quieres probar una combinación verdaderamente siciliana, entonces no olvides sentarte en algún momento delante de un plato de pasta alla Norma. Es una receta que se caracteriza por su sencillez y, una vez más, aquí la protagonista es la berenjena.
Da igual el tipo de pasta que elijas, pero si la pides alla Norma, estará acompañada por tomate fresco, ricota salada y berenjena frita, con alguna hoja de albahaca para imprimir un toque fresco de aroma y sabor. Se dice que su nombre viene de la ópera Norma, de Vincenzo Bellini y, aunque es originaria de Catania, en realidad la puedes encontrar en cualquier rincón de la isla.
El cuscús de pescado es un plato típicamente siciliano, pero sí es verdad que está muy localizado. Lo encontrarás sobre todo en el extremo oeste, en las zonas de influencia de Marsala y Trapani y, por ello mismo, también se conoce como cuscús alla trapanese. Su origen es árabe y, como ya has podido imaginar, se acompaña de pescado que puede ser de muy diverso tipo, ya sea frito o en sopa. Su propio caldo se puede añadir al plato para que gane sabrosura.
No te lo habíamos dicho aún, pero el pistacho es un ingrediente estrella en Sicilia. Está presente en infinidad de platos, tanto dulces como salados y, como no podía ser de otro modo, también en la pasta. Por eso no podemos pasar por alto la pasta con pesto de pistacho.
El pesto que conocemos elaborado con albahaca, ajo, queso y aceite de oliva se combina con pistacho para dar una vuelta de tuerca a su sabor, consiguiendo un resultado singular y auténticamente siciliano. Se puede combinar con muy diversos ingredientes que completan el plato, como el guanciale, una chacina sin ahumar preparada con careta de cerdo.
Otra de las pastas más típicamente sicilianas es la pasta con le sarde, una receta de potente sabor en la que encontrarás sardinas frescas desechas y salsa de hinojo, así como toques de anchoas, pasas y piñones, todo aderezado con aceite de oliva y pan rallado. La pasta elegida para este plato son los bucatini, una especie de espagueti grueso pero hueco, que no le puede ir mejor.
Es sin duda el plato de pasta con pescado más popular de Sicilia y lo encontrarás sobre todo en Palermo, la ciudad perfecta para descubrir cómo un plato con solo unos pocos ingredientes puede generar un sabor difícilmente olvidable.
La gastronomía en Sicilia se caracteriza en muchos casos por su street food, es muy habitual comer algo en la calle mientras vamos de un lado para otro y por eso su oferta de comida rápida tiene su propia personalidad. Tanto, que eso nos hace detenernos en un bocadillo muy peculiar: el pane ca meusa.
Esta es una de esas opciones con las que no todo el mundo se atreve, pues lo que aquí encontramos es un bocadillo de bazo y pulmón de ternera guisados. Es típicamente palermitano y, sobre esa base, se puede añadir queso o cebolla encurtida. Normalmente las vísceras borbotean en un gran y humeante caldero del que son trinchadas para ser introducidas en el pan, rebosantes de caldo para hacer el bocado especialmente jugoso. Si te gusta la casquería, no hay cosa más típica en Sicilia.
Empezamos con los dulces. Y si hay que mencionar uno especialmente siciliano, ese es sin duda el cannolo. Los cannoli son los reyes de la repostería en cualquier parte de la isla y son ideales para acompañar un café a media tarde. Para darles forma, una masa hojaldrada y frita de forma cilíndrica se rellena con crema de ricota fresca, impregnando sus extremos en pistacho triturado. Y a pesar de que esa sea su versión original, también los encontrarás rellenos de pistacho, chocolate u otros sabores.
Aunque hayan ido mucho más allá de las fronteras de la isla, aquí tienes la oportunidad de probar los auténticos y genuinos cannoli sicilianos, porque saben como en ningún otro sitio. Los encontrarás de muy diversos tamaños, eso ya dependerá de tu gusto, pero si los vas a probar ten en cuenta que los mejores son los que se rellenan en el momento, porque si los encuentras hechos, es posible que la ricota termine por ablandar la masa y pierda gran parte de su gracia.
Y como a nadie le amarga un dulce, aquí un dulce dulcísimo: la cassatina. Tiene su origen en la Semana Santa, cuando la cassata se vuelve el dulce más tradicional, pero su versión más pequeña, la cassatina, la puedes encontrar durante todo el año. Y eso es una suerte para nosotros.
Olvida lo de las recetas sencillas, porque la cassatina conlleva una concienzuda elaboración. Esta minitarta incluye una base de crema de ricota, pepitas de chocolate, azúcar, bizcocho, una pasta de almendras y un poco de fruta confitada para adornar. Es como un mazapán de alto standing.
Vamos a por otra de las combinaciones más típicamente sicilianas: la granita y el brioche. Imagina que es momento de desayunar, o de merendar, y que te ponen por delante una granita (granizado artesano) de almendra o de limón, y para acompañar un brioche recién hecho. Y es que aunque los sabores pueden ser muy variados, esta refrescante bebida y este esponjoso bollo levantan el ánimo de cualquiera.
Para ir un paso más allá, no pierdas de vista la opción de elegir un brioche relleno de helado. Dicho así, es como tomarse un bocadillo de helado, y puede resultar un poco raro. Pero cuando el helado se va derritiendo y el brioche se va empapando, entonces todo cobra sentido. Como suele ocurrir en Italia, cualquier helado que elijas será un acierto, pero ya que estamos en Sicilia, no lo dudes y pídelo de pistacho.
Los seis restaurantes españoles que están entre los mejores del mundo (y sus menús)