El ecoturismo es la actividad turística que no modifica ni altera el desarrollo del medioambiente y no daña la naturaleza. Es decir, es un tipo de turismo sostenible, compatible con la ecología y que tiene como objetivo el desarrollo sostenible; un desarrollo que se puede mantener durante largo tiempo sin agotar los recursos naturales o causar graves daños al medioambiente.
Viajar y hacer turismo pueden acarrear consecuencias muy negativas y causar un gran impacto medioambiental, social y económico. Por ejemplo, la contaminación del agua en sitios de playa, la presencia de derivados del petróleo por el uso de vehículos o los derrames provenientes de cruceros disminuyen el oxígeno y modifican el color del agua. Además, la acumulación desmesurada de basura en zonas turísticas altera la vegetación. Por otra parte, la tala intencional de árboles para construir zonas turísticas es claramente uno de los impactos más nocivos, pues viene asociada a la destrucción del hábitat de muchas especies, la contaminación arquitectónica y la pérdida de calidad paisajística. Por último, es importante destacar el impacto que pueden sufrir las comunidades locales, que, en ocasiones, se sienten desplazadas, explotadas u obligadas a contribuir en un proceso de mercantilización en el que la cultura local se convierte en objeto de consumo.
De aquí la necesidad de un ecoturismo que sea capaz de dar respuesta a todas estas problemáticas. Por suerte, últimamente ha aumentado su popularidad entre los viajeros debido, entre otros motivos, a una mayor concienciación y, también, al simple hecho de que es más barato que el turismo convencional. Entre las múltiples ventajas que conlleva este tipo de turismo encontramos la preservación del hábitat, minimizando los impactos físicos y sociales, el uso de fuentes sostenibles para cualquier tipo de construcción, el desarrollo de una conciencia ambiental y cultural en la ciudadanía, la involucración de manera digna de la población local y su traducción como fuente de ingresos. Asimismo, se espera que el contacto de los visitantes con las personas locales beneficie a ambas partes, favoreciendo una mejor comprensión sobre las circunstancias del territorio en cuestión y la superación de prejuicios.
Entonces, ¿quiénes son los ecoturistas? Son los viajeros interesados en la sostenibilidad social, económica y medioambiental, que buscan experiencias locales auténticas manteniendo una interacción respetuosa y recíproca con la comunidad. Estos turistas tratan de minimizar la huella de carbono de sus viajes, planificando su viaje teniendo en cuenta el enorme problema del cambio climático.
En 1990 se fundó La Sociedad Internacional de Ecoturismo (TIES, por sus siglas en inglés) cuya red global abarca más de 190 países, 750 organizaciones y 14.000 personas individuales que aúnan esfuerzos para hacer del turismo una herramienta viable para la conservación, la protección de la diversidad biocultural y el desarrollo sostenible de la comunidad. Esta sociedad ofrece pautas, estándares, capacitación, asistencia técnica y recursos educativos para promover el ecoturismo.
En España el ecoturismo está viviendo un importante auge y contamos con numerosos espacios acreditados con la Carta Europea de Turismo Sostenible (CETS), amparada por la Comisión Europea. Podemos realizar ecoturismo en el Parque Nacional de Doñana, en la zona volcánica de La Garrotxa (entre Los Pirineos y la Costa Brava), en el bosque de Garajonay (en la canaria isla de La Gomera), en el Parque Natural de las Batuecas-Sierra de Francia, en Sierra Nevada, en el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, en la Sierra de Grazalema y, en el Parque Natural de Somiedo, entre muchos otros. En cada zona hay varias empresas que se encargan de organizar actividades de turismo sostenible.
Se puede destacar, por ejemplo, el Aula de Naturaleza Ermita Vieja-Huerto Alegre en Dílar, Granada, encuadrada dentro del Espacio Natural de Sierra Nevada. Este proyecto se centra en la educación ambiental y cultural para niños, jóvenes y adultos, siendo sus campamentos de verano en la granja-escuela su actividad más popular. En ellos se trabaja la ecología y la sostenibilidad, pero también la creatividad, investigación, convivencia y autonomía. Aparte de sus campamentos, ofrecen formación para el profesorado y diferentes propuestas de fin de semana para disfrutar y aprender en la naturaleza cultivando una huerta ecológica, aprendiendo a hacer pan, realizando senderismo y talleres de plantas aromáticas…