Huelva tiene una historia minera que comenzó hace más de 5.000 años. El Río Tinto no tiene ni ese nombre ni ese color por casualidad y sus tierras han sido explotadas en busca de metales y minerales por multitud de culturas. Los romanos con su avanzada tecnología y la moderna industria británica fueron sin duda sus épocas de mayor esplendor pero hoy, gracias a la Fundación Río Tinto, este enclave minero se ha convertido en una interesante y completa visita para los turistas más curiosos.
A través de un atractivo museo histórico, la entrada a una antigua mina ya abandonada, un paseo en un ferrocarril de la época británica y una casa museo de estilo victoriano los visitantes puedes conocer el pasado y el presente del Parque Minero de Riotinto, el que fue una de las más importantes minas de cobre del mundo y hoy se enorgullece de contar su historia.
A una hora tanto de Huelva como de Sevilla la localidad de Minas de Riotinto lo tiene todo perfectamente organizado para que pases un completo día de cultura minera. Una vez allí… todo comienza en el Museo Minero Ernest Lluch.
El Museo Minero Ernest Lluch
El Museo Minero Ernest Lluch se encuentra en el antiguo hospital británico y es el mejor punto de inicio para conocer el Parque Minero de Riotinto. Pasear por él es recorrer la historia de la minería onubense de principio a fin, desde sus inicios hace 5.000 años hasta las actuales explotaciones.
Tras una introducción para comprender la geología de la Cuenca Minera de Riotinto y la base de sus trabajos mineralúrgicos y metalúrgicos, las salas comienzan trasladándonos a la Edad del Bronce en el 3.000 a.C. para continuar en el periodo tartésico, pasar a la época romana y visitar una completa reproducción de una mina romana de 200 metros perfectamente ambientada, pasar a la Edad Media y saltar al periodo de explotación británica. En 1873 el Estado Español vendió a Inglaterra los terrenos mineros de Riotinto y estuvo en su poder hasta 1954, durante este tiempo la “Río Tinto Company Limited” llevó a cabo una minería de extracción masiva y todo cambió para siempre.
La presencia británica lo transformó todo, tanto a nivel urbanístico como tecnológico y social, suponiendo una auténtica revolución industrial y la implantación del ferrocarril como herramienta básica de trabajo. Varias salas recogen la importancia del tren en la minería, con la recreación de un anden y la exposición de dos locomotoras de principio del siglo XX, así como el lujoso “vagón de Maharajah” de finales del s. XIX. Semejante despliegue en la zona necesitó su propio hospital y departamento médico, algo que también queda recogido en el museo.
Desde el Museo Minero, a las 12 de la mañana, parte la excursión organizada a la segunda visita del día: la Peña de Hierro.
La Peña de Hierro
Cada uno en su propio coche y siguiendo al guía del Parque Minero los visitantes ponen rumbo a la Peña de Hierro. Esta antigua mina se remonta a la época romana aunque su principal explotación tuvo lugar de mediados del s. XIX a mediados del XX, fue cerrada en 1972 y es visitable desde 2004.
Siguiendo las indicaciones del guía los visitantes atraviesan una galería subterránea de 200 metros de longitud ataviados con su correspondiente casco de seguridad hasta asomarse a la mina a cielo abierto de Peña de Hierro, la gran huella de 330 metros de diámetro y 85 de profundidad que han dejado los trabajos de extracción de minerales y metales durante más de 120 años.
El paisaje del terreno es espectacular y su peculiaridad es tal que tanto el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial como la propia NASA han desarrollado aquí investigaciones dada su similitud con la superficie de Marte.
Desde aquí, con cada visitante en su vehículo, la visita se dirige a la próxima parada del día: el Ferrocarril Turístico Minero.
El Ferrocarril Turístico Minero
El ferrocarril británico no solo fue de vital importancia en los trabajos mineros sino también en el trasporte de los materiales hasta el puerto de Huelva donde se embarcaba hacia Inglaterra. Hoy día gracias al trabajo de Fundación Río Tinto los visitantes pueden hacer parte de este recorrido en un tren turístico, con locomotoras y vagones de la época restaurados, y seguir el cauce del Río Tinto durante unos 12 kilómetros en un trayecto de hora y media.
El ferrocarril se implantó con la llegada de los ingleses a la zona, llegó a instalarse una red de más de 300 km de vía estrecha, se contaban más de 1.300 vagones y 2.000 vagonetas, además de 143 locomotoras de vapor y 7 eléctricas para los túneles de enlace. El tren lo era todo.
Los sábados, domingos y festivos de todo el año los visitantes pueden disfrutar de este trayecto turístico en un tren de tracción diésel, pero si quieres una experiencia realmente auténtica lo mejor es hacer coincidir tu visita con el tren histórico de locomotora de vapor, en activo únicamente los primeros domingos de mes de noviembre a abril.
La Casa 21 de Bellavista
Desde que la Río Tinto Company Limited tomó las riendas en 1873 y la presencia británica se instauró en tierras de Huelva todo cambió en la Cuenca Minera de Riotinto. Se crearon barrios específicos para albergar el staff inglés desplazado hasta la zona y hoy podemos pasear por sus calles para contemplar las casas de marcado estilo victoriano.
Una de ellas, la “Casa 21” ubicada en el barrio de Bellavista y cerca del Museo Minero, hace de casa museo con una recreación exacta de cómo fueron estas viviendas entre finales del s. XIX y comienzos del XX. Con sus cuadros, sus muebles, su cocina, su despensa, los juguetes de sus niños e incluso con el cableado eléctrico que recorre sus paredes uno puede trasportarse en el tiempo en cuestión de segundos.
Los británicos dejaron su huella, no solo en las montañas y en las tierras de Riotinto sino también en la propia cultura onubense y española. Fue tal la importancia de su presencia que significó la entrada de deportes ingleses en nuestro país, tanto que Minas de Riotinto puede presumir de ser la cuna del fútbol en España. Ahí es nada.