Trucos y consejos para preparar un gran viaje

La idea de realizar un gran viaje ilusiona a cualquier amante de lo desconocido. Pero no hablamos de viajes de unas semanas, sino de viajes de varios meses, de verdaderos “grandes viajes”. De esos que marcan un antes y un después en nuestras vidas.

Tomar la decisión no es tarea fácil, el trabajo, la familia, la casa… todo parecen barreras difíciles de superar pero muchas veces no son más que excusas que camuflan el miedo que tenemos a salir de nuestra zona de confort.

Por suerte, cuando de verdad se quiere, el espíritu viajero y las ganas de conocer nuevos sitios, nuevas culturas y nuevas personas supera todo esto y mucho más. Si eres de los que sueña despierto frente a un mapamundi, estos consejos son para ti.

La ruta ¿dónde y cuándo quieres ir?

¿Sabes dónde quieres ir? A veces se tiene muy claro y otras no tanto, hay momentos en los que el destino es algo secundario y lo que mandan son las ganas de lanzarse a viajar.

Sin embargo, siempre es recomendable tener una idea aunque sea aproximada de la ruta que se quiere seguir, así podremos prever las necesidades que pueden exigir algunos países.

Tan importante como el dónde lo puede ser también el cuándo. Además de poder encontrarnos con climas extremos si viajamos a latitudes muy apartadas, no sólo es cuestión de frío y calor. Ten también en cuenta las temporadas de lluvias, las de huracanes o las de tifones, hay algunas zonas del planeta que es mejor evitar en determinados momentos y, si no lo tenemos en cuenta, podemos vernos atrapados en algún lugar donde es difícil poder aprovechar nuestra estancia.

Un consejo: parece una obviedad, pero si vas a visitar países de diferentes hemisferios ten en cuenta que las estaciones son inversas. Con un poco de planificación quizá puedas viajar siguiendo siempre el verano.

Pasaporte y documentos ¿necesitas visados?

La documentación necesaria para emprender un gran viaje podría ocupar todo un artículo por sí sola. En realidad has de tener unos cuantos imprescindibles bien controlados y todo lo demás dependerá de tus destinos.

Por supuesto, tu pasaporte debe estar en regla y cuanto más lejana sea la fecha de expiración mejor, ten en cuenta que habrá países que te pueden exigir hasta 6 meses de validez aunque sólo vayas a estar en él un par de días. El DNI, por supuesto, también deberás llevarlo encima, así como un carnet de conducir internacional si tienes pensado conducir fuera de España.

Junto al pasaporte es importante que lleves tu cartilla de vacunación internacional, hay países que te pueden exigir ciertas vacunas y tendrás que demostrar que las tienes.

Si viajas por el Espacio Económico Europeo o Suiza la tarjeta de sanidad europea también es bueno que vaya entre tus documentos.

Algunos países exigirán tener un visado para poder cruzar sus fronteras y permanecer en él, pero es cierto que con pasaporte español hay muchos otros que te dejarán entrar sin mayor complicación. Si es necesario pueden darse dos situaciones: una, que lo adquieras “on arrival” en el momento que llegas a la frontera; o dos, que lo tengas que sacar con antelación, para lo que te será necesario acudir a una embajada de ese país antes de llegar, ya estés en España o en algún país vecino.

Un consejo: escanea y digitaliza todos tus documentos y súbelos a la nube, siempre los tendrás a mano en caso de necesidad y serán muy útiles en caso de pérdida o robo.

Sanidad, centro de vacunación internacional y ¿seguro?

Gestionar los asuntos de salud dista mucho de ser la parte más interesante del viaje, pero si no lo organizas con tiempo te supondrá muchos dolores de cabeza. En cuanto tengas medio decididos los destinos que quieras visitar solicita una cita en el centro de vacunación internacional de tu ciudad. Ten en cuenta que las vacunas requieren de varias semanas para hacer efecto y, en algunos casos, son necesarias varias dosis.

Además, en la mayoría de los casos, los centros de vacunación tienen cierta demora para poder atenderte: olvídate de presentarte la semana antes con cara de angustia para que te inmunicen ante todas las enfermedades del mundo. Avisado estás.

¿Botiquín? Sí, pero lo justo. Salvo en lugares muy muy recónditos tendrás acceso a los fármacos más comunes con facilidad, y si necesitas algo más específico sólo tendrás que recurrir a tu seguro de viaje que, sin lugar a dudas, te recomendamos contratar. Nunca se sabe y puede ser de gran ayuda. Si padeces de alguna enfermedad organízate con tiempo la gestión de esos fármacos.

Un consejo: que el botiquín no ocupe la mitad de tu mochila. Con algún analgésico, algún antibiótico de amplio espectro recetado por tu médico y un kit básico de curas tendrás más que de sobra.

El dinero ¿efectivo o tarjeta?

Qué gran dilema ¿verdad? pero, como podrás imaginar, si vas a viajar durante algún que otro mes es totalmente inviable que lleves todo el dinero del viaje en efectivo desde que sales de casa, por lo que lo mejor es que vayas sacando a lo largo del viaje.

Es fundamental llevar encima siempre moneda local en efectivo. Lo mejor es sacar dinero al llegar a un país, ni mucho ni poco, y ser capaz de cambiar de país habiendo gastado todo ese efectivo para no tener que cambiar en el siguiente país. Una vez que te encuentras en un nuevo país podrás sacar la nueva moneda local en un cajero. Recuerda, no llevas dinero traído de casa, así que tendrás que sacar sí o sí.

Aquí es donde entran en juego las condiciones de tu banco a la hora de sacar dinero en el extranjero. De un banco a otro estas comisiones y tipos de cambio pueden variar muchísimo, tenlo en cuenta, quizá hasta te pueda interesar cambiar de banco si las condiciones del tuyo no te convencen.

En algunos países podrás pagar con tarjeta prácticamente todo y en otros no podrás pagar prácticamente nada. Es importante llevar efectivo encima pero sin excesos, cuanto mayor sea la cantidad mayor será también el disgusto en caso de robo o pérdida.

Un consejo: algo siempre útil, vayas a donde vayas, es llevar encima cierta cantidad de dólares estadounidenses. En caso de necesidad te los cambiarán en cualquier rincón del mundo y te pueden sacar de un apuro.

La mochila y el equipaje

Tu destino condicionará tu equipaje y tu equipaje condicionará tu mochila. Hay mochilas más ligeras o más robustas dependiendo de la carga que vayan a soportar, pero recuerda que lo recomendable es que su peso no supere el 10% del tuyo. Eso como referencia ideal.

Si viajas con aparatos electrónicos, como cámaras de fotos y vídeo u ordenador portátil, lo mejor es que lleves una mochila pequeña de la que nunca te separes.

Ten en cuenta que un viaje más largo no significa un equipaje mayor, lo mismo que usarás en un viaje de dos semanas será lo que utilices en un viaje de varios meses, basta con ir lavando ropa de vez en cuando, y sólo si pasas por destinos de climas muy opuestos tendrás que cargar con una ropa más variada.

Los “por si acaso” mejor que se queden en casa, lo más probable es que nunca los llegues a sacar de la mochila y los maldigas cada vez que te la eches a la espalda.

Un consejo: una mochila con apertura delantera te será mucho más práctica que una con sólo apertura superior, cuando día tras día tengas que abrirla para meter y sacar cosas lo agradecerás.