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Turismo solidario: ¿fenómeno sostenible o moda paternalista?

Elisa Caballero

La Organización Mundial del Turismo (OMT), organismo vinculado a Naciones Unidas, ha fijado 2017 como el Año Internacional de Turismo Sostenible para el Desarrollo. La OMT señala que el turismo se ha convertido en uno de los sectores más importantes y con un mayor impacto socio-económico. Por estos motivos, está siendo reconocido como un factor que ayuda a promover un planeta mejor. Sin embargo, no todo el mundo está de acuerdo con esta afirmación como, por ejemplo, la asociación Ecotumismo, quien defiende un turismo responsable. Denuncian que el turismo solidario es una moda que perpetúa las diferencias económicas y que no respeta las tradiciones y ritmos de la población local.

Pros del turismo solidario

El turismo solidario, también denominado como responsable o sostenible, gana cada vez más adeptos entre los que quieren viajar de una manera diferente con los valores de sostenibilidad, responsabilidad, justicia y equidad en las maletas. Este tipo de turismo promueve la interacción con la población local, respeto hacia el medioambiente y la participación en actividades de cooperación al desarrollo como manera de conocer nuevas realidades y sensibilizar a los grupos de visitantes.

Cada vez son más las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) e incluso agencias de viajes que organizan este tipo de viajes y utilizan esta vía como su principal fuente de recaudación de fondos. Ofrecen a sus voluntarios y colaboradores desplazarse a terreno de trabajo y comprobar de primera mano las acciones que allí llevan a cabo, convirtiéndose así en embajadores de la causa que, a su vuelta, narran a sus amigos, conocidos y familiares lo que han vivido.

Cooperatour y Viajeros Solidarios son algunas de las organizaciones que ofrecen turismo solidario en España. La primera es una organización independiente especializada en turismo solidario y voluntariado internacional. Indican que en sus programas no se va solamente a “ayudar”, sino más bien a aprender. Entre sus objetivos encontramos la sensibilización y la conciencia social y la mejora de las oportunidades de desarrollo de las comunidades empobrecidas. Sus programas incluyen una aventura solidaria en Guatemala, un voluntariado en Tailandia y en Nepal, entre otras. La duración mínima del proyecto es de dos semanas y las tareas a realizar pasan por la construcción de edificios en las comunidades  y actividades educativas con los niños y niñas. Todo el grupo se aloja en casas de familias locales. El coste de este programa es de 650 €, precio en el que no está incluido el billete de avión.

Viajeros solidarios, por su parte, en una ONG cuyo objetivo es “fomentar un turismo solidario y responsable a países del sur por medio de viajes solidarios donde se combina turismo y solidaridad”. Entre sus destinos encontramos India, Nepal, Senegal, Marruecos, Ghana, México y Colombia. La duración de los viajes es de dos semanas y para Senegal, por ejemplo, el importe asciende a 1095€, sin incluir el precio del vuelo. Este viaje, por ejemplo, mezcla turismo con la visita de algunas aldeas donde la ONG Construye Mundo lleva a cabo proyectos de desarrollo rural.

El turismo solidario también tiene enemigos

Sin embargo, este tipo de turismo también cuenta con detractores que lo acusan de ser un fenómeno de moda paternalista que no aporta nada positivo a la población local. Los argumentos en contra de este tipo de turismo giran alrededor de la ética y la moralidad. En ocasiones, puede suponer un choque cultural tremendo para los habitantes y parece estar organizado alrededor de satisfacer las necesidades de los que visitan y no de los y las habitantes.

Para Gustau Nerín, antropólogo y escritor del libro Blanco bueno busca negro pobre, la cooperación y las ONG han frenado el desarrollo en África. Según palabras del propio autor, “hay gente que se va a África ‘a ayudar’ y se pasan tres días pintando una escuela y luego ocho días en una playa paradisiaca. Y esa gente vuelve con una gran satisfacción pensando que ha solucionado los problemas del continente. Pero ha de saber que allí hay gente que hubiera pintado esa escuela mejor y con menos coste”.

En definitiva, el turismo solidario está en boga y, aprovechando que 2017 es el Año Internacional de Turismo Sostenible para el Desarrollo, quizás sería una buena oportunidad para reflexionar acerca del mismo y cómo se puede llevar a cabo un modelo más responsable y sostenible.