El valle del Baztan: armonía, naturaleza y tradición para sentirse como en casa
El valle del Baztan, en el norte de Navarra, es un lugar privilegiado. Un entorno verde como pocos, rodeado de montañas y con los Pirineos como telón de fondo. Un lugar que fue tierra de hidalgos e indianos, donde la arquitectura tradicional se mezcla con palacios, y que ha sabido aprovechar los ricos recursos de su tierra hasta hacerlos parte de su propia cultura.
Un valle de pastos y bosques, de ríos y cascadas, de quesos, molinos y tradiciones, donde la influencia vasca es tal que el euskera es omnipresente y en el que tampoco falta alguna que otra leyenda. El Baztan es un valle para recorrer con calma, con tiempo para conocer sus pueblos, sus miradores, sus encantos naturales y su patrimonio histórico. Para disfrutar de su gastronomía y para alojarse en algún viejo caserío recuperado, para así vivir desde dentro la esencia de su pasado.
Por eso, y aunque tu visita a la cuenta alta del río Bidasoa (o Baztan) comprenda muchas otras paradas, al menos debes asegurarte de que busques naturaleza o busques cultura, las que aquí te traemos no harán más que dejarte con ganas de volver cuanto antes.
Para adentrarse en lo verde
Si hay un color que predomina en el Baztan ese es el verde. Está allá donde mires, en sus montañas, sus prados y sus bosques, por lo que sentirnos abrazados por la naturaleza no requiere ningún esfuerzo, basta con ponerse un calzado cómodo y salir a caminar. Aunque los senderos para explorar a nuestro aire parecen no tener fin, hay unos cuantos lugares de especial belleza que conviene llevar apuntados de casa.
- La cascada de Xorroxin
Una ruta circular, de 7,4 km, escasa dificultad y mucha belleza nos lleva a conocer la cascada de Xorroxin. El sendero está perfectamente indicado y es apto para todos los públicos, con un desnivel de unos 150 metros. El punto de origen y final es el pueblo de Erratzu, iremos dejando prados abiertos a nuestro paso hasta introducirnos en la humedad del bosque y llegar hasta este precioso salto de agua del arroyo Iñarbegi, afluente del Bidasoa.
- El Señorío de Bertiz
Aunque en realidad pertenece al Valle de Bertizarana, en el concejo de Oieregi, está tan cerca de Baztán que su visita se vuelve obligatoria. En 1949 el señor de Bertiz, Don pedro Ciga, donó su finca al Gobierno de Navarra y fue declarada Parque Natural. Hoy es un frondoso bosque atlántico, con árboles maduros que forman el único lugar de España que cuenta en su hábitat con las siete especies distintas de pájaros carpinteros que habitan en la península. Cuenta con 2.040 hectáreas de exuberante vegetación y multitud de senderos, así como con un jardín botánico a su entrada que permite admirar y conocer más de 120 especies de árboles y arbustos diferentes.
- El Infernuko Errota
El Infernuko Errota, o Molino del Infierno, es un molino tradicional, construido en época carlista, al que la gente de la zona llevaban a moler su maíz. Pasó muchos años en abandono pero en el año 2000 fue adquirido por la familia Argarate, del cercano restaurante Etxebertzeko Borda, quien lo restauró y puso en valor. Es un lugar de gran interés histórico y cultural pero además, para llegar, podemos recorrer un pintoresco sendero de 5,1 km siguiendo el arroyo Infernuko Erreka, de baja dificultad y alto valor paisajístico.
- Mirador del Valle de Baztan
El valle del Baztan cuenta con su propio mirador, un lugar desde contemplar su verde hermosura rodeada de montañas y salpicada de pequeños pueblos, caseríos y bordas de ganado. Se encuentra en plena NA-2540, a cosa de kilómetro y medio de la localidad de Ziga.
El Baztan más cultural
Otra manera de conocer el Baztan es acercándonos a su historia, a sus pueblos y su patrimonio. Aquí tendrás también un buen número de paradas que hacer, sin olvidar por supuesto algún que otro homenaje gastronómico, y sobre todo recorriendo a tu aire las carreteras del valle para conocer su vida, sus preciosas casonas y a su gente.
- Elizondo
Elizondo es la población de mayor importancia del Baztan. Es la capital administrativa, jurídica y cultural del valle, por lo que hace de centro para un gran número de actividades. Todo empezó en la calle Urrutia, que sigue el curso del río Bidasoa, y en ella se conservan ilustres fachadas y escudos nobiliarios. Siempre hay actividad en la plaza de los fueros y visitantes haciendo fotos en el puente y la presa de Txokoto. Si te gusta el chocolate de aquí no te puedes ir sin probar el famoso urrakin egiña, delicioso chocolate con avellanas. Elizondo, además, ganó gran fama gracias a la exitosa ‘Trilogía del Baztan’ de Dolores Redondo, tanto que cuenta incluso con rutas guiadas por sus calles.
- Urdax
Urdax se encuentra en el norte del valle, casi ya en Francia, y es interesante visitar esta pequeña localidad por varios motivos. Uno, por su monasterio, que fue hospital de peregrinos en el siglo XII; dos, por su molino, íntimamente ligado a la historia del monasterio; y tres, por sus cuevas, pudiendo pasear entre estalactitas y estalagmitas en la de Ikaburu.
- Zugarramurdi
En Zugarramurdi, a solo 4 km de Urdax, nos adentraremos en una historia de cuevas, brujas y aquelarres. Aquí a comienzos del siglo XVII la Santa Inquisición llevó a cabo la caza de brujas más conocida de la historia de España. Para conocerla bien podemos visitar tanto el Museo de las Brujas, donde se recuerda a las víctimas que la Inquisición condenó por brujería, como también las cuevas de Zugarramurdi, un enorme complejo cárstico donde según la leyenda se llevaban a cabo aquellas reuniones y aquelarres brujeriles.
- El Molino de Amaiur
En el valle del Baztan podemos visitar varios molinos, como los ya mencionados de Urdax o Infernuko Errota, así como los de Zubieta y Amaiur. En este último, del siglo XVIII, podemos realizar visitas guiadas, comprar la harina que produce y probar una de las especialidades más tradicionales: los talos, tortas de harina de maíz con queso, txistorra, chocolate o panceta.