Multitud de lugares en España se visten de cuento cuando llega la Navidad. Belenes, luces, patios abiertos al público, dulces navideños, villancicos, árboles iluminados y mercadillos callejeros se apoderan de las plazas y calles de nuestros pueblos y ciudades, convirtiéndolos en una fiesta capaz de hacernos volver a la infancia y vivir la calidez de estos días en pleno invierno.
Estos cuatro destinos del país -Córdoba, Oviedo, Málaga y Bilbao- nos parecen lugares perfectos, donde disfrutar de los días de magia navideña acompañados de nuestros amigos y familiares. Si quieres, puedes ir empezando con los preparativos.
Córdoba
Alrededor de unos 40 patios de Córdoba abren sus puertas por estas fechas. Además de la vegetación típica que adornan las paredes, techo y suelos de estos espacios al descubierto hasta formar verdaderas esculturas, declaradas Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, se le añaden plantas propias de esta época, como son los pascueros con su colorido vivaz.
En los patios también tienen lugar actuaciones artísticas con formaciones flamencas, campanilleros y zambombas, lo cual también se disfruta en las calles aledañas. El arte andaluz se apodera de una ciudad única.
Pero Córdoba en Navidad no son solo sus patios. La ciudad andaluza también se engalana con un mercado navideño en la plaza de las Tendillas. Los pequeños tienen su diversión asegurada en el bulevar del Gran Capitán, donde se pueden montar en un castillo, un carrusel y en las pistas de patinaje sobre hielo. Y para quien esté dispuesto a adentrarse más en el mundo de las artes en esta época tan especial, la ciudad ofrece una muestra de corales cordobesas y una ruta de belenes.
Oviedo
La Vetusta de Azorín, el escenario de 'La Regenta', cuya escultura de Mauro Álvarez luce en la plaza Alfonso II con la catedral de San Salvador al fondo, se viste de largo durante los días navideños con una delicada elegancia. El túnel de luz de la calle Pelayo se ha convertido en todo símbolo de esta época en la capital de Asturias junto con el gran árbol de la Escandalera y los pasillos luminosos del Campo San Francisco.
La asociación de belenistas de Oviedo expone en la plaza de Trascorrales y la plaza de la Catedral sus maravillosas creaciones con figuras de tamaño natural. En la ciudad asturiana tampoco faltan los mercados navideños, como los que lucen en la plaza Porlier, calle Mendizábal, la plaza de la Catedral y la calle Eusebio González Abascal.
El Ayuntamiento, por su parte, ofrece un 'tren de la Navidad' gratuito desde la plaza de Ayuntamiento y también un Navibús, un autobús turístico que recorre la Navidad de Oviedo.
Mientras que para los mayores la mejor gastronomía se encuentra en la plaza del Fontán, para los más pequeños hay una pista de hielo, carpa multijuegos y circuito de karts a pedales, entre otros, en el paseo de El Bombé del Campo de San Francisco. Tampoco faltan el desfile de Papá Noel con trinos y elfos el 24 de diciembre junto con la cabalgata y recepción de los Reyes Magos.
Quien esté buscando la mejor música clásica no tiene más que ir al Auditorio Príncipe Felipe o al Teatro Campoamor.
Málaga
Un plan navideño junto al mar. Las buenas temperaturas de la Costa del Sol hacen de Málaga un destino especial para viajar en diciembre. Desde hace unos años, además, la iluminación de la calle Larios se ha convertido en todo un espectáculo. La principal calle de la ciudad andaluza cuenta con un llamativo alumbrado en forma de arco que cada año suma más color y música a esta avenida comercial.
No es el único lugar que cuenta con una iluminación especial estos días con videomapping y drones, también el lateral sur de la Catedral, la terminal de cruceros o el Jardín Botánico de la Concepción.
En estas fechas encontrarás también más propuestas navideñas como el mercadillo de la plaza de la Marina, con más de cien puestos. Pero también hay más en el Muelle Uno y el Paseo del Parque. Por otro lado, cuatro árboles de Navidad, el icono de estas fechas, se yerguen en la ciudad costera en la Plaza de la Constitución, plaza del Obispo, calle Alcazabilla y Plaza de la Marina, además de poder recorrer una ruta de nacimientos.
Para los melómanos, Málaga regala los oídos tanto con música clásica como popular. Para la primera, podemos visitar los conciertos de Navidad en la Catedral y el Teatro Cervantes, mientras que las pandas de verdiales se apoderan de las calles. Los verdiales son una manifestación festiva de origen campesino que consiste en un fandango cantado y bailado en el que le acompañan guitarras, platillos y castañuelas.
Para quienes quieran dejarse tentar por sus museos, Málaga cuenta con unos espacios de arte únicos como son el Museo Picasso, el Carmen Thyssen, el Centro Pompidou, el Museo Interactivo de la Música o la Colección Museo Ruso San Petersburgo.
Bilbao
La capital de Bizkaia es otro destino a disfrutar en Navidad en todo su apogeo. Los barrios más icónicos y el recorrido de la ría se iluminan de forma elegante. Se disfruta de un buen ambiente en la ciudad, ya que algunos bilbaínos celebran estas fiestas en cuadrilla cantando villancicos en los bares.
Mientras que el Muelle de Ripa acoge un mercado tradicional navideño con casetas de madera, en el Muelle del Arenal se puede disfrutar también en familia de una Feria de Artesanía de Navidad. La pista de patinaje o el tobogán de hielo, por su parte, también están ubicadas en el Muelle del Arenal y en el Muelle de Ripa, respectivamente.
La Asociación Belenista de Bizkaia propone una hermosa ruta por algunos de los nacimientos que se muestran en la ciudad. Un modesto nacimiento montañero también se puede ver en la cima de Gorbea, donde un grupo de montañeros escenifica ese momento bajo la cruz.
Los árboles de Navidad toman la ciudad vasca. Los más emblemáticos son el de la plaza del Ayuntamiento y el que reina frente al Teatro Arriaga, pero no son los únicos, ya que hay más de 50, tanto naturales como artificiales, repartidos por los barrios.
No podemos olvidar la cita con el Olentzero, el Papá Noel vasco, quien prepara el 23 de diciembre sus ropajes tradicionales para bajar a Bilbao desde las montañas, un día antes de que empiece su tarea de reparto de regalos.