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Aumentar el precio del tabaco en España para reducir su consumo: ¿quién le pone el cascabel al gato?

Los expertos recomiendan aumentar el precio del tabaco para reducir el consumo de los jóvenes.

Esther Samper

  • Hace unos meses, María Jesús Montero, Ministra de Hacienda, descartó subir la fiscalidad del tabaco, aunque no precisaba si se haría “más adelante”. Teniendo en cuenta las circunstancias y la efectividad de dicha medida, sería recomendable aplicar esta medida cuanto antes para luchar de verdad contra el tabaquismo

En los últimos años, el porcentaje de fumadores en España ha ido incrementándose progresivamente y, en la actualidad, hay tantos de ellos como antes de la aplicación de la primera ley antitabaco (en 2005). A pesar de que la prohibición de fumar en bares y restaurantes y la limitación de la publicidad del tabaco en 2010 consiguió reducir el consumo de dicha droga, la tendencia vuelve a ser al alza desde hace unos años.

Esta evolución reciente del número de fumadores ha sido una de las razones por las que el actual Gobierno en funciones ha puesto en marcha un plan global contra el tabaco. Entre las medidas que ya ha tomado el Ministerio de Sanidad se encuentra una campaña informativa contra el tabaco, incluyendo también a los cigarrillos electrónicos y las shishas y la financiación del medicamento para dejar de fumar, vareniclina, por el Sistema Nacional de Salud a partir de enero de 2020.

El Gobierno en funciones ha recibido diferentes críticas desde el colectivo sanitario por la inclusión de la vareniclina exclusivamente para dejar de fumar. Por un lado, diferentes instituciones como la Organización Médica Colegial (OMC) o la Sociedad Española de Especialistas en Tabaquismo (SEDET) critican que solo se incluya este medicamento en la financiación pública, dejando fuera las terapias sustitutivas de nicotina (como parches o chicles de nicotina) y el bupropión.

Por otro lado, diferentes especialistas médicos ponen cuestión que financiar la vareniclina sea una de las mejores medidas para animar a los fumadores a abandonar el consumo de tabaco. Ciertamente, subvencionar fármacos para dejar de fumar es una medida políticamente segura ya que no tiene coste político, lo cual es ideal en época de campaña electoral: no perjudica a los fumadores y se subvenciona a aquellos que quieren dejarlo. Sin embargo, diferentes estudios epidemiológicos muestran que son precisamente las medidas políticas más impopulares, las que requieren más valentía por su coste político, las que son más efectivas para disminuir el número de fumadores.

¿En qué consisten estas medidas más efectivas para disminuir el consumo de tabaco? Como apunta Rafael Cofiño, jefe del Servicio de Evaluación de la Salud y Programas en la Dirección General de Salud Pública de Asturias, diferentes revisiones sistemáticas sobre este asunto muestran que la medida más efectiva es intervenir en el precio del tabaco, aumentándolo (30 puntos sobre un total de 100). Si tenemos en cuenta que España es uno de los países desarrollados en los que el coste por cajetilla es más bajo, esta opción se presenta como la ideal en estos momentos para reducir el número de fumadores. Así lo señalaba también Carlos Fernández, MIR en Medicina Preventiva y Salud Pública:

La OMS explica así el papel de esta estrategia: La evidencia desde países de todos los niveles de ingresos muestra que aumentos en el precio de los cigarrillos son altamente efectivos en reducir la demanda. Precios más elevados motivan el abandono y previenen el inicio del uso del tabaco. También reducen las recaídas entre aquellos que lo han dejado y disminuyen el consumo entre aquellos que siguen fumando. De media, un incremento del precio del 10% de un paquete de cigarrillos supondría una reducción de la demanda de cigarrillos en alrededor de un 4 % en países de rentas altas y alrededor de un 5% en países de rentas bajas y medias […]. Los niños y los adolescentes también son más sensibles a los incrementos en el precio que los adultos, lo que permite a las intervenciones en el precio tener un impacto significativo en este grupo de edad.

Por detrás de esta medida, la segunda más efectiva para frenar el consumo de tabaco es la regulación de espacios libres de humos (22 puntos sobre 100). En este caso, en España se han ido tomando múltiples medidas desde hace años para ir ampliando progresivamente los lugares en los que fumar está prohibido. En el presente, Sanidad está estudiando prohibir fumar en el coche con niños y también en espacios al aire libre como playas y terrazas. Además, también ha anunciado que plantea prohibir el consumo de cigarrillos electrónicos y shishas en bares.

Como tercera medida más efectiva encontramos las campañas mediáticas de información sobre los riesgos del tabaco (15 puntos sobre 100) y, en cuarta posición, la prohibición total de la publicidad (13 puntos sobre 100). ¿Qué efectividad, según esta escala de control de tabaco, tiene entonces la medida de financiar la vareniclina para dejar de fumar? Pues se encontraría entre las estrategias menos efectivas (solo 2 puntos sobre 100). ¿Se trata de una estrategia que animará a algunos fumadores a dejar de fumar? Sin ninguna duda, pero si lo que se quiere es frenar el consumo de tabaco de la forma más efectiva posible, los estudios indican que hay que incrementar el precio de las cajetillas, aunque tenga un potencial coste político.

Así que, ¿quién le pone el cascabel al gato? Hace unos meses, María Jesús Montero, Ministra de Hacienda, descartó subir la fiscalidad del tabaco, aunque no precisaba si se haría “más adelante”. Teniendo en cuenta las circunstancias y la efectividad de dicha medida, sería recomendable aplicar esta medida cuanto antes para luchar de verdad contra el tabaquismo.

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