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Sobre este blog

El caballo de Nietzsche es el espacio en eldiario.es para los derechos animales, permanentemente vulnerados por razón de su especie. Somos la voz de quienes no la tienen y nos comprometemos con su defensa. Porque los animales no humanos no son objetos sino individuos que sienten, como el caballo al que Nietzsche se abrazó llorando.

Editamos Ruth Toledano, Concha López y Lucía Arana (RRSS).

“He emborronado muchos dibujos con mis propias lágrimas de indignación”

Desahucio. Dibujo: Paco Catalán Carrión

Ruth Toledano

Empezaron a aparecer cada día, publicadas en las redes sociales. Un viñeta cumpliendo rigurosamente con su cita, como inspirada por una misión ineludible. El trazo clásico de la plumilla, la luz exquisita de la acuarela y la contundencia de un mensaje: desahuciados, mendigos, ancianos, niños... Y animales. El drama de los animales. Perros abandonados, gatos perseguidos, cerdos arrastrados, patos embuchados, galgos ahorcados, toros torturados. Las carreteras de la soledad, las aceras del frío, los camiones del exterminio, los banquetes de la crueldad. Y también la ternura, el calor, la solidaridad, el amor.

¿Quién es ese dibujante que, desde hace un año, llama cada mañana a la puerta virtual de nuestra conciencia? ¿Quién es ese artista que comenzó con 20 seguidores en las redes y ahora es seguido y compartido por miles en todo el mundo?

Paco Catalán Carrión (1947) es un pintor valenciano, dos veces galardonado con el tercer Premio Penagos de Dibujo de la Fundación Mapfre: “He dedicado y dedico mi vida al arte, y desde 1982 también a la docencia, en Enseñanza Media. Tengo página en Internet, por si a alguien se le ocurre entrar, con el nombre de Francisco Catalán”. Su trabajo diario puede encontrarse en @pacoayora (twitter) y facebook.com/paco.catalancarrion

¿Por qué los animales?

Los animales son los niños del planeta, la pureza y la inocencia materializada. Los amo profundamente desde que tengo uso de razón. Tener este sentimiento es sinónimo de sufrimiento, además de la impotencia con la gente que considera que los animales están totalmente a nuestro servicio y que podemos hacer con ellos lo que nos parezca. Ya de pequeño me sorprendía el hecho de que nadie te recriminaba si ibas matando pájaros con un rifle o apedreando a un perro o persiguiendo a un gato para fastidiarlo. Nunca hice nada de eso, afortunadamente, pero sí lo vi hacer y sufrí, incluso con cosas mucho peores. Hay que ser conscientes de dónde venimos.

Decidió difundir sus viñetas en las redes sociales.

Mi única aspiración es arrancar una sonrisa o un sentimiento y poner un pequeño grano de arena para intentar cambiar un poco el mundo. Si somos capaces de ver el mundo de otra forma, lo cambiamos. Busco que llegue a mucha gente y haga el efecto que a mí me gustaría. Siempre procurando respetar a todos. Consuela saber que hay personas maravillosas que hacen que los demás no perdamos la esperanza en el ser humano, pero también la maldad anda suelta y es una pena que sea incontrolable por falta de unas leyes que protejan de verdad a los más débiles e indefensos.

¿Cuál es la respuesta en esas redes?

La respuesta es buena porque algunos dibujos han llegado a compartirse miles de veces. Suelen ser personas estupendas a las que admiro. También soy consciente de que a veces hago representaciones muy duras, pero si las edulcorara dejarían de ser sinceras y, por lo tanto, válidas. Lo que no vale para mí no vale para nadie. De todas formas, hay algunos que no me atrevo a poner y que me han hecho padecer mucho al dibujarlos por el mensaje que llevan. Digamos que muchos dibujos los he emborronado con mis propias lágrimas de indignación. Hay tantas barbaridades que padecen nuestros hermanos pequeños los animales que podría estar dibujando sin cesar para ponerles el grito que ellos no pueden dar.

Aparte de sus dibujos, en su pintura también hay una serie sobre tauromaquia.

Siendo antitaurino acérrimo, hice una serie sobre tauromaquia que se componía de obras claramente antitaurinas (cogidas y otros momentos de la mal llamada fiesta). También instantes del suplicio de uno de los seres más hermosos del planeta, como es el toro. No se entendió. Habría hecho lo mismo si hubiera visto las luchas de gladiadores de la antigua Roma. Hay temas que bajo el punto de vista plástico atraen al pintor, aunque el sentimiento sea de repulsión en otro sentido. Supongo que Goya (salvando las distancias) no disfrutaría interpretando los desastres de la guerra ni los fusilamientos, y a ningún pintor que haya representado una crucifixión le guste ese hecho. Últimamente pienso que los humanos no nos merecemos demasiado las artes en general mientras existe ese infierno que hemos creado para los animales.

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El caballo de Nietzsche es el espacio en eldiario.es para los derechos animales, permanentemente vulnerados por razón de su especie. Somos la voz de quienes no la tienen y nos comprometemos con su defensa. Porque los animales no humanos no son objetos sino individuos que sienten, como el caballo al que Nietzsche se abrazó llorando.

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