Cientos de personas claman contra el “mercadeo” de refugiados de la UE y Turquía
La palabra que más resonaba en la Puerta del Sol de Madrid esta tarde era “vergüenza”. A gritos, envueltos de un ambiente casi festivo con los tambores de una batucada, cientos de personas han expresado su rechazo al principio de acuerdo de la UE y Turquía para frenar la llegada de refugiados a suelo comunitario. “Los derechos humanos no se negocian y las personas no se mercadean”, subrayaba el comunicado de Iniciatica Ciudadana en Madrid. En Valencia, otra concentración por la mañana condenaba el plan de los 28: “El cierre de fronteras es causa directa de todas las muertes y las desapariciones en el Mediterráneo”.
En la concentración celebrada en la capital, varias personas sostenían una bandera de la UE manchada de “sangre”. Así simbolizaban el desamparo de los demandantes de asilo debido a la actitud de la UE en la mayor crisis de asilo desde la Segunda Guerra Mundial. “Europa, asesina. Europa, criminal”, condenaba la multitud al unísono.
El principio de acuerdo de Bruselas y Ankara de este lunes, que aún debe concretarse en el Consejo Europeo de la semana que viene, propone la devolución a Turquía de todas las personas que lleguen a Grecia. Por cada expulsado, la UE afirma que reasentará desde Turquía a un refugiado sirio. Solo a sirios.
El manifiesto leído en la concentración en Madrid, firmado por varios colectivos sociales, incidía en la “ilegalidad” del plan propuesto por los 28 y recordaba que brindar protección internacional a quienes huyen de la guerra es “una obligación”. La ONU también ha expresado esta semana sus dudas sobre la legalidad del acuerdo. “La expulsión colectiva está prohibida por la Convención Europea de Derechos Humanos”, ha destacado Acnur.
“Veo la migración como un proceso natural”, decía Lucía, de 30 años e hija de demandantes de asilo nicaragüenses en Estados Unidos. “He venido porque, como estadounidense, me siento en parte responsable de la crisis de refugiados desatada por las políticas de EEUU en Oriente Medio”, respondía sobre qué le ha arrastrado a la protesta en la capital. A su lado, Alberto, de 38, resumía sus motivos en una lista de adjetivos: “Es que esto es vergonzoso, injusto, indignante... Me da vergüenza formar parte de la UE”.
Un grupo de mujeres de más avanzada edad hablaba a unos metros de distancia. Ana, de 70 años, ha sostenido la importancia de salir a la calle a “reivindicar nuestros derechos, como lo he hecho siempre”. Ahora, los refugiados están sufriendo las “políticas de intereses de cuatro o cinco, que se están enriqueciendo con la venta de armas en estas guerras”. Frente a ella, una amiga denuncia la hipocresía de la UE: “Vende armas en Oriente Medio pero después no quiere asumir a los refugiados que generan sus guerras. Es vergonzoso”.
El manifiesto de la protesta en Valencia, por la mañana, ha denunciado que el acuerdo “convierte a Turquía en un campo de personas refugiadas a las puertas de los países europeos”, y ha recordado que el país “participa en la guerra de Siria”. Varias organizaciones humanitarias han rechazado el pacto con Turquía porque, sostienen, el país no cumple con las mínimas garantías en materia de derechos humanos y asilo.
Ana se despedía para seguir la conga organizada en la Puerta del Sol –“para que los vecinos sepan por qué estamos aquí”, decían los organizadores– con una condena: “No hay derecho, que tengan a los refugiados vagando de un lado a otro, porque ningún país los quiere”.
Las personas congregadas han pedido, en una y otra convocatoria, un pasaje seguro para los miles de demandantes de asilo buscan refugio. “El cierre de fronteras no impide el paso de estas personas sino el que hace más grande el riesgo y la vulneración de derechos”, decían en Valencia. En Madrid, “ningún ser humano es ilegal” se ha alzado, de nuevo, como el emblema de la lucha contra las políticas migratorias y de asilo de la UE.